El no debate sacude la campa?a
Rev¨¦s a la estrategia de S¨¢nchez de reeditar la foto de Col¨®n despu¨¦s de que la Junta Electoral excluya a Vox de la confrontaci¨®n entre l¨ªderes
La campa?a m¨¢s an¨®mala y m¨¢s divisiva, la de los cinco partidos y de los dos bloques ideol¨®gicos, la de las nuevas banderas y los viejos himnos, la campa?a que deb¨ªa atravesar la mitad de su recorrido por el desierto de la Semana Santa, ha sufrido un audaz golpe de guion. Ya todo el mundo contaba con que la playa y las procesiones ser¨ªan un competidor imbatible para los m¨ªtines. Por eso la campa?a que empez¨® oficialmente la medianoche del viernes era en realidad una especie de pr¨®rroga de la largu¨ªsima precampa?a anterior. La de verdad, la del momento para el que todo el mundo se preparaba, iba a ser muy corta, apenas cuatro d¨ªas, entre la noche del martes 23 y el cierre oficial, el viernes 26. Hasta que la justicia electoral decidi¨® meter baza en el guion y trastocarlo todo.
En las dos horas que durase el debate del pr¨®ximo martes, transmitido por las dos cadenas de televisi¨®n del grupo Atresmedia, deb¨ªan dirimirse las grandes estrategias de los partidos. Pablo Casado y Albert Rivera iban a rivalizar sobre qui¨¦n lograba descomponer a Pedro S¨¢nchez; Santiago Abascal intentar¨ªa demostrar que nadie tiene m¨¢s arrestos que ¨¦l en la defensa de Espa?a; S¨¢nchez jugar¨ªa a movilizar al electorado progresista present¨¢ndose como un dique frente a "tres derechas que se parecen como tres gotas de agua", y Pablo Iglesias intentar¨ªa recuperar fuerzas en ese mismo medio televisivo en el que forj¨® su liderazgo. El presidente hab¨ªa tomado la decisi¨®n de ir a las cadenas privadas y aceptar a Vox, pese a que no todos en su partido estaban muy de acuerdo y a que la apuesta inevitablemente se iba a interpretar como un desaire a la televisi¨®n p¨²blica. Abascal acced¨ªa encantado, dispuesto incluso a romper por un d¨ªa su estudiada indiferencia ante esos grandes medios que cada ma?ana desprecia en su cuenta de Twitter como fake news. En todo eso estaban los l¨ªderes pol¨ªticos hasta que este martes lleg¨® la Junta Electoral y mand¨® parar.
Con la ley en la mano, una cadena de ¨¢mbito nacional no puede incorporar a Vox a un debate entre l¨ªderes. Desde la ¨²ltima reforma de la legislaci¨®n en 2011, las televisiones privadas tienen obligaci¨®n de respetar los mismos principios de "neutralidad e igualdad" que las p¨²blicas. Sobre esa base, la Junta estableci¨® entonces que en los debates televisados solo podr¨ªan participar partidos que hubiesen obtenido al menos un 5% en unas elecciones de ¨¢mbito nacional. Mientras el v¨¦rtigo del cambio continuo agita la pol¨ªtica y las elecciones, las leyes contin¨²an a su antiguo ritmo burocr¨¢tico. Regular la jornada de reflexi¨®n ya no parece que sirva para mucho en los tiempos de WhatsApp. Prohibir la publicaci¨®n de encuestas en la ¨²ltima semana tampoco resulta muy eficaz cuando alguien puede difundir sondeos desde una p¨¢gina web alojada en un pa¨ªs extranjero. Y regular estrictamente los debates resulta complicado en estos tiempos en que cualquiera puede meter en su casa a unos l¨ªderes pol¨ªticos y ponerlos a discutir delante de una webcam.
El problema ya asom¨® en 2015, cuando el viejo bipartidismo se resquebrajaba con la irrupci¨®n de dos partidos nuevos, todav¨ªa sin representaci¨®n parlamentaria. Entonces se les encontr¨® encaje. Podemos y Ciudadanos hab¨ªan rebasado el 5% en las elecciones europeas del a?o anterior, y sus l¨ªderes fueron autorizados a participar en un debate a cuatro, tambi¨¦n en Atresmedia. Vox ha llegado como un cometa m¨¢s imprevisto y veloz incluso que los de Iglesias y Rivera. Ni siquiera ha pasado por el rito inici¨¢tico de unas europeas. Por mucho que en esta campa?a sea un actor prominente, el ¨²ltimo registro oficial de su comparecencia en unos comicios de ¨¢mbito nacional es de las generales de 2016. Obtuvo el 0,2% de los sufragios.
Al final, previsiblemente habr¨¢ debate, pero solo a cuatro, sin Vox. S¨¢nchez no podr¨¢ reeditar en el plat¨® la foto de Col¨®n. Casado y Rivera se libran de un inc¨®modo compa?ero de viaje. Iglesias a¨²n podr¨¢ confiar en su desparpajo televisivo. Y Abascal tendr¨¢ ocasi¨®n de seguir present¨¢ndose como un outsider v¨ªctima de fake news. La sacudida del no debate acab¨® enterrando este martes todo lo dem¨¢s: los aplausos de Pablo Casado a su candidato Juan Jos¨¦ Cort¨¦s, un d¨ªa despu¨¦s de que este hubiese dicho que S¨¢nchez "se sienta con violadores y pederastas"; la advertencia del presidente de que los socialdem¨®cratas han ganado por los pelos en Finlandia, cuando las encuestas les daban gran ventaja; la ardorosa defensa de Rivera de los derechos de los gais... Y el "?viva Espa?a!" de Pablo Iglesias. Fue durante un mitin en La Rioja. Entre el p¨²blico, alguien quiso provocar con el grito patri¨®tico e Iglesias no se arredr¨®:
¡ª ?Viva Espa?a, claro que s¨ª! Ning¨²n patriota de charanga y pandereta nos va a dar lecciones de ser espa?oles.
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