Espa?a, enfrentada en dos bloques

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La campa?a m¨¢s catalana entra en el juicio del ¡®proc¨¦s¡¯

1979, el precedente de las elecciones generales y municipales en un mes

Espa?a nunca vot¨® con un espacio electoral tan fragmentado y, sin embargo, las opciones est¨¢n ya muy claras. Los espa?oles decidir¨¢n el 28 de abril, la fecha elegida por Pedro S¨¢nchez para el adelanto electoral, entre dos bloques muy definidos. Por un lado, el de la moci¨®n de censura, liderado por el PSOE, un partido que seg¨²n todas las encuestas subir¨¢ pero tendr¨¢ muchas dificultades para sumar una mayor¨ªa con Podemos ahora que ha roto con los independentistas. Por otro, el bloque de centro derecha y ultraderecha ¡ªPP y Ciudadanos (Cs) con apoyo de Vox¡ª que gobierna ya en Andaluc¨ªa. S¨¢nchez empez¨® ayer mismo la campa?a y se coloc¨® frente a ¡°la derecha de Col¨®n¡±. Albert Rivera, l¨ªder de Ciudadanos, rechaza un pacto con S¨¢nchez y apuesta con claridad por el modelo andaluz para La Moncloa.

Los partidos consideran que el tema central que se imponga en la campa?a decidir¨¢ el resultado de las elecciones. Si la derecha, en pleno juicio del proc¨¦s, que dominar¨¢ la escena los pr¨®ximos meses, consigue llevar el debate al combate contra el independentismo, el PSOE y Podemos tienen poco que hacer. Se abrir¨¢ paso a un Gobierno a la italiana en el que se suman desde los liberales a los conservadores pero tambi¨¦n la extrema derecha nacionalista espa?ola.

Si S¨¢nchez logra su objetivo y el eje de la campa?a es la discusi¨®n izquierda-derecha, tal vez pueda movilizar a la izquierda que se qued¨® masivamente en casa en las elecciones andaluzas ¡ª800.000 votos perdieron entre el PSOE y Podemos que se fueron mayoritariamente a la abstenci¨®n¡ª y dar la sorpresa.

Estos eran los an¨¢lisis que se manejaban ayer en las sedes de los partidos y que centraban los primeros discursos de campa?a de sus l¨ªderes. El popular Pablo Casado promet¨ªa un 155 permanente. Rivera lucha ya para ser el l¨ªder del bloque de derechas. Irene Montero, de Podemos, lamentaba que se haya roto la alianza de la moci¨®n de censura que expuls¨® a Mariano Rajoy del poder el pasado 1 de junio. Y el propio S¨¢nchez planteaba a los espa?oles la siguiente disyuntiva: elegir entre la llegada del ¡°bloque de Col¨®n¡± o la continuidad de un Gobierno que pese a lo ef¨ªmero de su mandato ha demostrado, seg¨²n ¨¦l, que tiene un proyecto para reducir las desigualdades y tambi¨¦n ¡°para unir a Espa?a¡±.

¡°La derecha defiende una Espa?a en la que solo caben ellos, nosotros un pa¨ªs constitucional en el que caben todos¡±, sentenci¨® el presidente. S¨¢nchez ya ultima una campa?a para desplegar la pr¨®xima semana y este s¨¢bado arranca con un gran mitin en Sevilla con Susana D¨ªaz.

La tercera opci¨®n que romper¨ªa esos bloques, un acuerdo PSOE-Ciudadanos como el que firmaron en 2016, parece casi imposible. Albert Rivera insiste: no gobernar¨¢ con S¨¢nchez en ning¨²n caso. ¡°Me sorprende que me pongan a m¨ª un cord¨®n sanitario y no se lo pongan a la ultraderecha¡±, se quej¨® el presidente.

El eje izquierda-derecha y la sensaci¨®n de v¨ªctima de dos extremos ¡ªla derecha y los independentistas¡ª que no le han dejado gobernar son claves para el Gobierno en un combate en el que no parte como favorito. Los estrategas de S¨¢nchez quieren aprovechar al m¨¢ximo la foto de Rivera con Casado y el l¨ªder de Vox, Santiago Abascal, el pasado domingo en la manifestaci¨®n por la unidad de Espa?a que se celebr¨® en la plaza de Col¨®n de Madrid. Los colaboradores del presidente consideran esta imagen un error de c¨¢lculo de quien es su gran rival junto a la abstenci¨®n. Ambos partidos tienen votantes lim¨ªtrofes.

Rivera piensa lo contrario y cree que ¨¦l recibir¨¢ sin gran esfuerzo muchos votos socialistas espa?olistas. El l¨ªder de Ciudadanos ve claro que su verdadera batalla es ganarle al PP. Si lo logra, podr¨ªa ser presidente del Gobierno, una haza?a impensable para un partido relativamente nuevo sin apenas poder territorial. S¨¢nchez cree que Rivera le hace un favor consolidando el eje PP-Cs-Vox, que ¨¦l utilizar¨¢ para movilizar a la izquierda, pero el pol¨ªtico catal¨¢n cree que el problema lo tienen los dos grandes partidos, que siguen perdiendo apoyos, como se ha visto en Andaluc¨ªa, mientras ¨¦l no para de subir.

Casado, en su dur¨ªsima batalla por frenar la sangr¨ªa hacia Vox, no tiene ning¨²n problema en defender los pactos con ellos y derechizarse para recuperar ese espacio de lo que no deja de ser una escisi¨®n del PP, lo que favorece tambi¨¦n el discurso del eje de derechas.

Resultado imprevisible

El resultado es imprevisible, sobre todo por el sistema de reparto de esca?os por provincias. En muchas de las circunscripciones, las m¨¢s peque?as, se reparten solo tres actas y hay cinco opciones con posibilidades ¡ªPSOE, PP, Podemos, Ciudadanos y Vox¡ª. La asignaci¨®n de esca?os puede depender de un pu?ado de votos.

S¨¢nchez quer¨ªa agotar la legislatura, pero solo logr¨® resistir ocho meses. Los espa?oles ir¨¢n dos veces a las urnas en un mes ¡ªel 26 de mayo hay auton¨®micas, municipales y europeas¡ª y la campa?a se har¨¢ en plena Semana Santa. Y ser¨¢n las terceras elecciones generales en poco m¨¢s de tres a?os.

Acostumbrado a la supervivencia al l¨ªmite, S¨¢nchez se enfrenta a otra una batalla a todo o nada. El presidente gan¨® las primarias del PSOE empujado por la rabia de los militantes contra la direcci¨®n que lo hab¨ªa echado. Ahora quiere ganar con la indignaci¨®n de la izquierda por la ca¨ªda del Gobierno. Pero esta vez no votan sus militantes, sino todos los espa?oles, y con un escenario muy fragmentado que hace mucho m¨¢s dif¨ªcil la contienda y la formaci¨®n de gobierno, que podr¨ªa retrasarse varios meses con las municipales en el camino. El v¨¦rtigo a la italianizaci¨®n ha venido para quedarse en el que fuera uno de los pa¨ªses pol¨ªticamente m¨¢s estables de Europa. Como suele decir el expresidente Felipe Gonz¨¢lez, lo que falta son italianos para gestionarlo.