Dar¨ªo Rivas, el emigrante gallego que dio voz a las v¨ªctimas del franquismo
Lleg¨® a Buenos Aires con nueve a?os. Hasta los 99 no dej¨® de buscar justicia para su padre, fusilado en 1936
Dar¨ªo Rivas ten¨ªa nueve a?os cuando se subi¨® a un barco en La Coru?a rumbo a Buenos Aires. Era el menor de nueve hermanos, su madre hab¨ªa fallecido y su padre, Severino, decidi¨® que se reuniese all¨ª con una de sus hermanas mayores. Rivas vivi¨® el resto de su vida en Argentina, pero desde all¨ª busc¨® justicia para su padre, fusilado en 1936. Hasta el ¨²ltimo d¨ªa, con 99 a?os, estuvo pendiente de lo que ocurr¨ªa en su pa¨ªs natal.
"Dec¨ªa que ten¨ªamos que viajar a Espa?a para ver c¨®mo sacaban a Franco del Valle de los Ca¨ªdos", recuerda Adriana Fern¨¢ndez de la ¨²ltima conversaci¨®n que mantuvieron, el pasado domingo. Fern¨¢ndez fue una de las primeras en sumarse a la querella argentina por cr¨ªmenes del franquismo impulsada por Rivas en 2010. "El domingo se cumpl¨ªan 88 a?os de la Segunda Rep¨²blica y nueve de la querella y necesitaba verle y pasar la tarde con ¨¦l. Lo vi muy cansadito, ya casi no hablaba, pero no sab¨ªa que me estaba despidiendo", dice con tristeza. Muri¨® al d¨ªa siguiente.
Rivas, nacido en Castro de Rei (Lugo), complet¨® sus estudios primarios en Villa Ballester, en la periferia de Buenos Aires. All¨ª cambi¨® el gallego por el castellano para integrarse mejor. De adolescente comenz¨® a trabajar como apicultor, pero poco despu¨¦s compr¨® a medias con su hermana una c¨¦ntrica confiter¨ªa porte?a, uno de los negocios m¨¢s habituales entre los emigrantes espa?oles a mitad del siglo pasado. Tambi¨¦n se encargaba de de una compa?¨ªa de construcciones que fund¨® con unos primos. Durante la guerra civil, terminaba la mayor¨ªa de sus d¨ªas en la avenida de Mayo, donde se juntaba con otros republicanos y se daban aliento.
Al enterarse del asesinato de su padre, primero, y del triunfo de Francisco Franco, despu¨¦s, jur¨® no volver a pisar Espa?a. Pero rompi¨® la promesa en 1951 al acompa?ar a su esposa, Clotilde, a visitar a unos familiares. En ese viaje comenz¨® la b¨²squeda de los restos de su padre, que exhum¨® 54 a?os despu¨¦s. Cuando lo logr¨®, se marc¨® un nuevo objetivo: conseguir que se hiciera justicia.
Ya jubilado, siempre de traje y con un andar cada vez m¨¢s fr¨¢gil, Rivas se present¨® en innumerables ocasiones en el juzgado de Mar¨ªa Servini de Cubr¨ªa. Solo o con sus sobrinos, Rivas viajaba desde su casa de Ituizang¨® hasta Buenos Aires para acompa?ar a otros familiares de v¨ªctimas y renovar las esperanzas de ver a los responsables de los cr¨ªmenes del franquismo sentados en el banquillo.
"Nos ha dejado un ejemplo de lucha y de fortaleza. Ten¨ªa unas convicciones y unos valores muy fuertes y todos le debemos much¨ªsimo", lo recuerda Fern¨¢ndez. Coincide con ella M¨¢ximo Castex, uno de los abogados denunciantes: "?l fue el que present¨® la querella a pesar de que ya hab¨ªa encontrado a su padre. Fue un luchador y un ejemplo a seguir".
"Se merec¨ªa otro final, es un momento realmente dif¨ªcil porque se nos est¨¢n muriendo las v¨ªctimas sin justicia y los victimarios sin castigo. Es lo que pasa cuando la Justicia es tan lenta", lamenta Fern¨¢ndez. Rivas anim¨® a esta docente a viajar a Espa?a y buscar los restos de su abuelo, Antonio Fern¨¢ndez. Hab¨ªa sido asesinado con 24 a?os, en octubre de 1936, en la localidad gallega de San Esteban de Valdueza y arrojado a una fosa com¨²n. Fern¨¢ndez lo encontr¨® en 2011.
"Dar¨ªo era un luchador irremplazable, pero vamos a tomar la posta. Seguiremos con la querella y difundiendo la memoria hist¨®rica de Espa?a para que las nuevas generaciones se enteren y los cr¨ªmenes no queden en el olvido", asegura esta compa?era de lucha.
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