Vox busca el voto del 17% de espa?oles que rechaza las autonom¨ªas
Abascal intenta ganar electores m¨¢s all¨¢ de los decepcionados con el PP
Vox se presentar¨¢ este domingo como ganador de las elecciones. Tiene motivos para ello. Siendo extraparlamentario, cualquier esca?o que obtenga ser¨¢ un avance. Adem¨¢s, como repite Santiago Abascal, ¨¦l ha puesto sobre la mesa temas que estaban fuera del debate pol¨ªtico. Todos los dem¨¢s partidos hablan de Vox y algunos se han escorado hacia sus posiciones. ¡°El genio ha salido de la l¨¢mpara y ya no hay forma de volver a meterlo¡±, proclama su l¨ªder.
Los dirigentes de la formaci¨®n ultranacionalista evitan hacer pron¨®sticos, pero aseguran que su resultado superar¨¢ con mucho lo que aventuran las encuestas, como ya pas¨® en Andaluc¨ªa, y que muchas empresas demosc¨®picas ¡°tendr¨¢n que echar el cierre el 29 de abril¡±.
Las multitudes que Vox ha movilizado en su campa?a, desbordando aforos que otros ni siquiera intentaban llenar, y la duda de si cuenta con un voto oculto convierten su resultado en una de las grandes inc¨®gnitas de estos comicios: ?Hasta d¨®nde llegar¨¢ la ¡°marea patri¨®tica¡±?
Los sondeos dan a Vox entre el 10 y el 15% de los votos, lo que se traduce en 30-40 diputados. Si consiguiera saltar al 20%, como hizo Podemos y sus confluencias en las generales de 2016, llegar¨ªa a 70, pero eso solo ser¨ªa posible con el desplome del PP. Abascal ha llegado a sugerir que el PP se disolver¨¢, como le sucedi¨® a UCD, tras el descalabro electoral, pero un miembro del Gobierno vaticina que, ¡°aunque el Partido Popular va a sufrir mucho, su marca es potente y aguantar¨¢ el tir¨®n¡±.
El objetivo de Vox, seg¨²n fuentes de su direcci¨®n, es llegar al 17,3%. No es un porcentaje casual. Es la proporci¨®n de espa?oles que, seg¨²n el Bar¨®metro del CIS de diciembre de 2018, prefieren tener un Estado con un ¨²nico Gobierno central y sin autonom¨ªas. A ello habr¨ªa que sumar otro 13% que quiere que las comunidades aut¨®nomas tengan menos poder que ahora. Abascal siempre ha insistido en que es una anomal¨ªa del sistema espa?ol que ning¨²n partido represente en las Cortes a los espa?oles que quieren un Estado unitario. A partir de ahora ser¨¢ Vox.
Una de las obsesiones de los dirigentes de Vox es convencer de que su partido no es ¡°el PP aut¨¦ntico¡± ni? ¡°una escisi¨®n del PP¡±. Seg¨²n el soci¨®logo Narciso Michavila, presidente de GAD3, el 45% de los votantes de Vox en las elecciones andaluzas hab¨ªa votado al PP en 2015, el 15% a Ciudadanos y el 15% a partidos de izquierdas. La trampa est¨¢ en que muchos electores de derechas se absten¨ªan tradicionalmente en las elecciones auton¨®micas, por lo que Michavila admite que, si se ampl¨ªa el periodo temporal, m¨¢s de la mitad de los votantes de Vox lo fueron del PP.
Respecto a las motivaciones, Michavila sostiene que siete de cada 10 votantes de Vox pertenecen al grupo ¡°derecha sin complejos¡±, conservadores, urbanos, de renta media y alta y fuertemente ideologizados. Dos al segmento ¡°stop inmigraci¨®n¡±, de clase media y residentes en municipios con fuerte presencia de inmigrantes extracomunitarios. Al resto los caracteriza como ¡°antifeministas¡±, residentes en barrios obreros y antiguos votantes de izquierdas, que se sienten agraviados por las pol¨ªticas de g¨¦nero. El 67% de los votantes de Vox son hombres, la proporci¨®n m¨¢s alta de cualquier partido pol¨ªtico.
Adem¨¢s de estas tres banderas (el nacionalismo espa?ol, el miedo inmigraci¨®n y el antifeminismo) , Vox ha intentado captar a otros colectivos: los cazadores (en Espa?a hay en torno a 850.000 licencias de caza), los taurinos, los comerciantes y peque?os empresarios (cuyas mayores preocupaciones son los impuestos y la seguridad), los due?os de viviendas vac¨ªas (a los que promete el inmediato desalojo de okupas), los polic¨ªas nacionales y guardias civiles (cuya homologaci¨®n de sueldo con las polic¨ªas auton¨®micas respalda) los militares o los nost¨¢lgicos de la dictadura que, como la Fundaci¨®n Francisco Franco, han hecho su bestia negra de la Ley de Memoria Hist¨®rica. Tambi¨¦n ha conseguido atraerse a j¨®venes a los que el ultranacionalismo ofrece una marca identitaria con modelos ¨¦picos y la rebeld¨ªa frente a la ¡°dictadura de la correcci¨®n pol¨ªtica¡±.
La mayor dificultad la tiene Vox para penetrar en las clases trabajadoras. El partido de Abascal ha explotado a fondo en la campa?a el v¨ªdeo de Ismael, un ¡°currante¡± cargado con una plancha de pladur que se declara votante de Vox para estupor del reportero que lo entrevista.
La pol¨ªtica econ¨®mica ultraliberal de Vox dificulta, sin embargo, que haya muchos Ismael. Como muestra, su actitud ante el conflicto entre los taxistas y los VTC. Los taxistas, un colectivo con fama de conservador compuesto por asalariados y aut¨®nomos, deber¨ªan ser mimados por un partido ultranacionalista frente a multinacionales como Uber y Cabify. Sin embargo, Vox ha evitado pronunciarse y, cuando no ha tenido m¨¢s remedio, lo ha hecho a favor de las VTC.
Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, responsable de Relaciones Exteriores de Vox, ha recordado que su partido est¨¢ a favor de la ¡°libre competencia¡±, por lo que ha respaldado una liberalizaci¨®n del sector, compensando los ¡°derechos adquiridos¡± de los taxistas. En pleno conflicto del taxi, en julio pasado, el cabeza de lista de Vox por Barcelona, Ignacio Garriga, arremeti¨® contra ¡°las mafias del taxi [que] se creen due?os y se?ores de las calles¡±.
A diferencia de la ultraderecha francesa o italiana, que prestan gran atenci¨®n a la pol¨ªtica social, Vox aplica un liberalismo thatcheriano. Sus medidas fiscales de apoyo a las familias priman a las numerosas, pero sin diferenciar el nivel de renta. En los 100 puntos program¨¢ticos de Vox sigue figurando, junto a la ley contra los okupas, una ley anti usura, pero Abascal habla mucho de la primera y jam¨¢s menciona la segunda.?
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