Unas elecciones sin la luz de las encuestas
Esper¨¢bamos que este CIS iluminase las pr¨®ximas elecciones. Pero vamos a seguir a ciegas
El mayor problema del CIS es que hizo sus entrevistas antes de las elecciones del 28 de abril. No puede capturar los efectos que el resultado electoral habr¨¢ tenido sobre los votantes, que son frecuentes. Es previsible, por ejemplo, que Ciudadanos mejore sus n¨²meros en las comunidades donde qued¨® cerca o por delante del PP.
El segundo problema es que las estimaciones del CIS se alejan mucho del resultado de las generales. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, el CIS le da un 52% de votos a la izquierda, mientras que en las elecciones generales se quedaron en el 43%. En Extremadura ocurre algo parecido: el CIS da 17 puntos de ventaja a la izquierda sobre la derecha, cuando hace dos semanas quedaron pr¨¢cticamente empatados. Los datos del CIS dicen que el PSOE mantendr¨ªa todas las comunidades aut¨®nomas donde gobierna y podr¨ªa ganar ¡ªcon apoyo de Podemos y otras fuerzas¡ª en Madrid, Canarias o La Rioja. Sin embargo, si extrapolamos los votos de las generales, ser¨ªan PP o Ciudadanos quienes mantendr¨ªan Madrid y La Rioja, pudiendo arrebatarle a los socialistas tambi¨¦n Arag¨®n y Extremadura.
Estas discrepancias pueden explicarse de diferentes formas. Puede ser que los ciudadanos vayan a votar de forma distinta en las auton¨®micas o que la izquierda se movilice m¨¢s. Pero tambi¨¦n puede ser un problema del sondeo, de sus muestras o sus estimaciones. La verdad es que no tenemos datos para saberlo, al menos de momento. No ayuda en este caso que el CIS haya vuelto a cambiar su cocina, que no es la misma que us¨® antes de las generales. Desde septiembre, el instituto ha usado cuatro o cinco metodolog¨ªas distintas para estimar el voto.
A estas dificultades se suman otras ajenas al CIS. Por un lado, apenas se han publicado otras encuestas que podamos cotejar con sus estimaciones. Los encuestadores han estado centrados en las elecciones generales y se han publicado pocos sondeos de municipios y autonom¨ªas. Eso complica las predicciones porque no podemos promediar encuestas?para aumentar su precisi¨®n.
La historia tambi¨¦n aconseja cautela extra porque en 2015 los sondeos auton¨®micos no fueron precisos: cometieron un error medio por partido de 2,3 puntos, en lugar del 1,8 que es habitual en unas generales. En las europeas de 2014 los errores fueron todav¨ªa peores y hubo desviaciones de seis puntos con PP, PSOE y Podemos.
Todas estas razones obligan a ir con cuidado. Venimos de unas elecciones generales con cientos de sondeos?y ahora vamos a 12 elecciones auton¨®micas, unas europeas y miles de municipales para las que apenas tenemos datos. Si las encuestas son siempre una fotograf¨ªa borrosa, en esta ocasi¨®n lo son especialmente. Y conviene tenerlo en cuenta.
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