Bruno Mart¨ª, escritor venezolano, era Josu Ternera
El jefe etarra viv¨ªa desde hace seis meses solo en un refugio de monta?a. Llevaba 4.000 euros en efectivo y no iba armado
Un refugio en el monte, una pesada mochila que paseaba de aqu¨ª para all¨¢ y una vida inventada: Jos¨¦ Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, se hac¨ªa pasar por Bruno Mart¨ª, un escritor venezolano que hab¨ªa acudido a la zona a buscar la inspiraci¨®n. El veterano dirigente de ETA, detenido el pasado jueves en el aparcamiento de un hospital de los Alpes franceses tras 17 a?os de fuga, hab¨ªa vivido los ¨²ltimos seis meses oculto solo en una caba?a de monta?a a m¨¢s de 1.200 metros de altura, a los pies del Mont Blanc.
Josu Ternera escogi¨® bien su escondite. En el Plateau de la Croix, cerca de una estaci¨®n de esqu¨ª y a un tiro de piedra de las fronteras con Italia y Suiza, hay muy pocas casas, y casi todas est¨¢n cerradas en temporada baja. Para acceder a esta ¨²ltima zona habitada de la pedan¨ªa de Saint-Nicolas-de-V¨¦roce, de apenas 250 residentes fijos, hay que tomar una escarpada carretera de una sola v¨ªa. Y para llegar hasta la caba?a en la que Urrutikoetxea se ocult¨®, todav¨ªa hay que caminar 15 minutos por estrechos caminos de tierra, de acceso imposible, o muy dif¨ªcil, para los coches. All¨ª, en una sombr¨ªa caseta de madera y techo de chapa met¨¢lica, entre remontes y pistas de esqu¨ª, Josu Ternera llevaba una vida discreta, bajo una identidad falsa, la de un escritor venezolano.
¡°Para nosotros era Bruno Mart¨ª. Dec¨ªa que era venezolano y que escrib¨ªa¡±, cuenta, un tanto irritado, uno de los escasos vecinos que residen todo el a?o en esta aislada localidad. En estas fechas la mayor parte de las caba?as est¨¢n cerradas a cal y canto. Como ahora tambi¨¦n lo est¨¢ la casa del etarra, que fue registrada el jueves por polic¨ªas, seg¨²n testigos. ¡°Lo conoc¨ªamos bien¡±, asegura el vecino, que no quiere revelar su nombre, sin aparente acritud pese a que ha descubierto que el hombre con el que probablemente trat¨® m¨¢s de lo que ahora admite le hab¨ªa mentido sobre su persona.
Importantes vecinos
Un hecho que no sorprende a Jean-Marc Peillex, alcalde de Saint-Gervais, comuna a la que pertenece Saint-Nicolas desde 1973. ¡°La monta?a es una tierra de acogida. La gente es ruda, pero no pasamos el tiempo pregunt¨¢ndonos sobre los otros, no hacemos un examen de admisi¨®n¡±, explica desde su oficina en la alcald¨ªa, a nueve kil¨®metros de Saint-Nicolas. ¡°Por eso es una tierra adaptada a quienes quieren ser discretos¡±, a?ade. Muestra de ello, indica, es que en esta comuna han elegido tener una discreta segunda residencia personas importantes, como ¡°jefes de empresas internacionales¡±. De hecho, antes de que estallara la noticia de que uno de sus residentes era un antiguo jefe terrorista, el residente m¨¢s conocido de Saint-Nicolas era Jean-Christophe Rufin, el miembro m¨¢s joven de la Academia Francesa, exembajador y escritor.
Su ¨²ltima novela, Les sept mariages d¡¯Edgar et Ludmilla (¡°Las sietes bodas de Edgar y Ludmilla¡±) ocupa un lugar preferente en el mostrador de Vivianne, que regenta la ¨²nica tienda de ultramarinos de Saint-Nicolas que abre todo el a?o. Aunque la foto de Josu Ternera que public¨® este viernes el diario local, Le Dauphin¨¦ Liber¨¦, es una de archivo de 2002, a Vivanne no le cabe duda. ¡°Es ¨¦l¡±, afirma mirando la imagen.
En Saint-Nicolas-de-V¨¦roce, los pocos residentes locales se conocen pero, al ser una zona de turismo de esqu¨ª, en ¨¦poca de nieve toda la zona se llena. Hasta 800 clientes puede tener Vivanne al d¨ªa en temporada alta. Aun as¨ª, asegura haberse fijado en ese cliente ¡°amable, educado¡± y que siempre llegaba con la mochila al hombro, la misma con la que fue detenido. Urrutikoetxea, o Bruno Mart¨ª, como lo conoc¨ªan, visitaba su tienda al menos desde febrero, aunque Vivianne dice que ¨²ltimamente no lo hab¨ªa visto. Tambi¨¦n un vecino del Plateau de la Croix, a unos tres kil¨®metros cuesta arriba de Saint-Nicolas, dice que llevaba alrededor de seis meses en la zona, fechas que coinciden con las que barajan fuentes de la lucha antiterrorista espa?olas.
Los pocos que reconocen haber tratado con ¨¦l cuentan que sol¨ªa hacer todos los recorridos a pie, pese a las largas distancias y las empinadas cuestas. Fuentes policiales a?aden que esas caminatas eran frecuentes de madrugada. Entonces abandonaba la caba?a y, en su obsesi¨®n por la seguridad, recorr¨ªa los alrededores para vigilar que no hubiera ning¨²n dispositivo policial en las cercan¨ªas.
Para distancias m¨¢s largas, como la visita al hospital que puso fin a su fuga, deb¨ªa usar un coche. Pero en esta zona, cualquier vecino te lleva un trecho, asegura la tendera. Eso ocurri¨® con la persona que le traslad¨® hasta el aparcamiento donde fue detenido y que, tras ser interrogado, la polic¨ªa francesa lo dej¨® marchar al considerar que no ten¨ªa ninguna vinculaci¨®n con el etarra, se?alan fuentes de la lucha antiterrorista.
En el momento del arresto, Ternera trat¨® de convencer en un fluido franc¨¦s a los agentes de la DGSI (el servicio de inteligencia de la polic¨ªa francesa) que ¨¦l no era el jefe etarra que buscaban. Sin ¨¦xito. Cuando le pusieron las esposas, no opuso resistencia. No iba armado. Encima llevaba 4.000 euros en efectivo, cuya procedencia investiga ahora la Guardia Civil.
Traslado a Par¨ªs
Tras pasar la primera noche en la prisi¨®n de la cercana localidad de Bonneville, Urrutikoetxea fue trasladado este viernes a Par¨ªs, donde la fiscal¨ªa le ley¨® la orden de arresto para cumplir ocho a?os de c¨¢rcel que tiene pendientes desde que fue condenado en rebeld¨ªa en junio de 2017. Posteriormente, fue puesto a disposici¨®n del juez de Par¨ªs, que orden¨® su ingreso en la prisi¨®n parisina de m¨¢xima seguridad de La Sant¨¦.
Unas horas antes del encarcelamiento, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, acud¨ªa a las dependencias del Servicio de Informaci¨®n de la Guardia Civil, en Madrid, para felicitar a los agentes que hab¨ªan intervenido en la llamada Operaci¨®n Infancia Robada.
Marlaska recalc¨® que la polic¨ªa espa?ola ¡°no cejar¨¢ en perseguir e investigar hasta que podamos resolver todos los atentados terroristas¡± y alab¨® la cooperaci¨®n policial y judicial francesa. El general Pablo Salas, m¨¢ximo responsable de la lucha antiterrorista del instituto armado, incidi¨® en esta idea y record¨® que los ejes de trabajo de la Guardia Civil son, precisamente, detener a los etarras pr¨®fugos y aclarar los atentados sin resolverse. Un tercer objetivo es vigilar la actividad de la disidencia de ETA, a?adi¨®.
Las cuatro palabras que llevaron hasta el jefe etarra
Hace poco m¨¢s de dos semanas, un agente desplegado por la Guardia Civil en el sur de Francia para seguir a un supuesto contacto "indirecto" con Josu Ternera escuch¨® una conversaci¨®n de este individuo con otro del que a duras penas puedo extraer cuatro palabras: "Jeudi 16 mai h?pital" (jueves 16 mayo hospital). Los responsables de la investigaci¨®n no ten¨ªan entonces la certeza de que se refiriera a Urrutikoetxea (la ¨²nica pista en este sentido era la lejana vinculaci¨®n en el tiempo que la persona que hab¨ªa pronunciado esas palabras) ni ning¨²n dato m¨¢s que permitiera concretar a qu¨¦ centro m¨¦dico se refer¨ªa, admiten fuentes de la investigaci¨®n.
Pese a ello, la Guardia Civil decidi¨® seguir lo que calificaron como una "pista incierta" y montar un amplio dispositivo de vigilancia para ese d¨ªa no s¨®lo en el hospital de Sallanches, donde finalmente fue capturado el dirigente de ETA, sino tambi¨¦n en otros de la zona de los Alpes a un lado y otro de la frontera entre Francia y Suiza. El motivo: desde hace tiempo hab¨ªa indicios de que en esa zona pod¨ªa ocultarse Ternera.
Las agentes vieron confirmadas sus sospechas a las siete de la ma?ana del d¨ªa de la cita al ver llegar a un hombre que se parec¨ªa al etarra en un veh¨ªculo que conduc¨ªa otro sujeto. Con una gorra y cargado con una mochila, Ternera mostraba un rostro m¨¢s delgado que el que mostraban las ¨²ltimas fotograf¨ªas que se ten¨ªan de ¨¦l, y que se remontaban a 2013. Sin embargo, era perfectamente identificable. Fuentes policiales atribuyen esta delgadez no al c¨¢ncer ¡ªdel que parec¨ªa haberse recuperado¡ª, sino a sus caminatas por el monte. Ternera hab¨ªa acudido al centro m¨¦dico ¨²nicamente a someterse a una revisi¨®n.
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