Por m¨ª, por todos mis compa?eros y por m¨ª el primero

Si uno promete o jura por lo que cree m¨¢s sagrado, los juramentos y promesas de sus se?or¨ªas para acatar la Constituci¨®n fueron un cat¨¢logo de credos, patrias, santos y se?as. En esencia, este martes cada uno jur¨® o prometi¨® por ¨¦l y por todos sus compa?eros de grupo parlamentario, como hacen los cr¨ªos cuando llegan a la meta y se salvan ellos mismos y a los de su equipo. Ocurre, a veces, que las consignas de los adultos son acaso m¨¢s infantiles. Empez¨® su se?or¨ªa Abascal, el primero por orden alfab¨¦tico. ¡°Por Espa?a, juro¡±, clam¨® voz en cuello, como luego sus 23 colegas de siglas, dejando claro que ni ¨¦l ni Ortega-Smith precisan micr¨®fono. Los ¡°por la democracia y los derechos sociales¡± de los parlamentarios de Unidas Podemos pusieron la nota redundante. Pero no fue hasta los ¡°per la llibertat dels presos i exiliats pol¨ªtics¡± de los diputados independentistas y los presos propiamente dichos cuando empez¨® la bronca de Vox y Cs, ¨²nicos sorprendidos por tan previsible numerito, al que dieron, si cabe, m¨¢s realce con su pataleta. Todo es opinable, de acuerdo. Lo que nadie pudo negarle a Juan L¨®pez de Uralde, de la rama verde de Unidas Podemos, fue el premio al m¨¢s inclusivo ¡ª¡°por la democracia y por todo el planeta¡±¡ª ni el posterior y un¨¢nime choteo, esta vez s¨ª, del hemiciclo en pleno.

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El d¨ªa amaneci¨® literario. Quiso el azar, a veces puro algoritmo, que el presidente de la Mesa de Edad, don Agust¨ªn Javier Zamarr¨®n, diputado por Burgos de 73 a?os y primoroso en su desempe?o, se diera m¨¢s que un aire a don Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n, que en paz descanse. Mataba Zamarr¨®n dos p¨¢jaros de un tiro. Encarnar en su figura el esp¨ªritu de la jornada. Y facilitar la tarea de los cronistas con tan golosa met¨¢fora. Hab¨ªa que estar ciego para no ver el esperpento en la apertura de la legislatura. La inefable mezcla entre la grandeza y lo grotesco que tan bien nos retrata. Eso, aderezado con una dosis de Garc¨ªa Berlanga.

Solo hab¨ªa que imaginar a Junqueras, Rull, Turull y S¨¤nchez levantarse en la prisi¨®n de Soto del Real, ponerse la camisa planchada por sus colegas de trena y subir al furg¨®n policial rumbo a sus esca?os de padres de la patria ¡ªespa?ola¡ª para revivir el esp¨ªritu de Todos a la c¨¢rcel. La escopeta nacional estaba representada por sus se?or¨ªas de Vox que, con un enhiesto Abascal a la cabeza, llegaron los primeros y se atrincheraron tras el banco del Gobierno con ¨¢nimo de echarle el aliento en la nuca al presidente S¨¢nchez. Hab¨ªa que ver a Jos¨¦ Zaragoza, n¨²mero dos del PSC, encajonadito vivo entre Abascal y Espinosa de los Monteros como pregunt¨¢ndole a la Moreneta por qu¨¦ le hab¨ªa abandonado.

Los puntos m¨¢s morbosos del orden del d¨ªa, m¨¢s all¨¢ de la elecci¨®n de Batet como presidenta en segunda y tedios¨ªsima vuelta, fueron satisfechos a su debido tiempo. El saludo de Junqueras y el presidente S¨¢nchez, un apret¨®n al vuelo, fue la foto m¨¢s esperada, aunque por el rato que el primero estuvo departiendo con los ministros Borrell y Delgado de vuelta a su esca?o tras depositar sus votos se dir¨ªa que estaban puenteando a Marchena. Tambi¨¦n pudo comprobarse la libre circulaci¨®n de los presos por la sala, pero eso fue en los ratos que les dejaba su desaforada actividad con los m¨®viles que aporrearon toda la jornada. Y, por supuesto, se certific¨® la frialdad entre los populares y los presos, Cs y los presos, y Vox y los presos, quienes, a cambio, se deshac¨ªan en sonrisas con quien fuera que les dirig¨ªa la mirada, presos quiz¨¢ de la soledad del talego al que volvieron en cuanto acataron la Constituci¨®n que violentaron.

Por lo dem¨¢s, vuelta al cole. Besos, risas, recelo con los nuevos, compadreo con los repetidores, toma de posiciones ¡ªRivera comi¨¦ndole el donut a Casado¡ª y c¨¢lculo de posibilidades. ?Uniforme? Los ternos ganan de calle entre los se?ores. Y la mayor¨ªa absoluta de las madres de la patria parece haber hecho a¨²n m¨¢s rico a Amancio Ortega, dada la profusi¨®n de chaquetas blancas y rojas que cuelgan en sus perchas.