D¨ªa del orgullo diputado y los trucos para coger sitio
El presidente en funciones ventila el tr¨¢mite de saludar sin m¨¢s a los de Abascal. Tambi¨¦n ha estrechado la mano de Junqueras
El primer d¨ªa en el Congreso deber¨ªa decretarse d¨ªa del orgullo diputado. Es cuando m¨¢s encantados est¨¢n de conocerse, porque en realidad no se conocen entre ellos, abundan las ocurrencias y las camisetas para salir en la tele, y luego ya el resto del a?o se aburren m¨¢s. Es un d¨ªa de tr¨¢mite con mucho color¨ªn, poca chicha, pero donde se ve por fin de cerca al que se detesta sin haber cruzado palabra antes con ¨¦l. Pero c¨®mo se lo tomaron los de Vox, all¨ª clavados en el patio a las 7.15. Con entusiasmo escolar, entraron en el hemiciclo como hora y media antes, ocuparon los que eran los esca?os socialistas en la anterior legislatura y all¨ª se hicieron fuertes. No se movieron, y para cuando empez¨® la sesi¨®n seguramente alguno tendr¨ªa ganas de ir al ba?o. Pero la pol¨ªtica requiere sacrificios, y Espa?a m¨¢s. Un socialista catal¨¢n madrugador, Jos¨¦ Zaragoza, debi¨® de sentir en ese momento que era su deber mantener la posici¨®n e incrustarse en el enemigo. All¨ª se qued¨®, sin provisiones ni nada, y al final hasta charlaban animadamente, el roce inevitable que se producir¨¢ en esta nueva legislatura y donde a veces surgen los milagros de la comprensi¨®n. Con el arte de saludar y las reglas de urbanidad empieza a convivir la gente. Los del PSOE flipaban un poco al llegar y ver que les hab¨ªan quitado el sitio, as¨ª que segu¨ªan por la escalera arriba. Adriana Lastra acab¨® en la sexta fila.
Los diputados de Junts per Catalunya y ERC, pero sobre todo los primeros, volcaron su imaginaci¨®n en el amarillo, como color de temporada: mochilas, corbatas, lazos en la cartera, chaquetas, broches de mariposa. Ocuparon el centro del hemiciclo, junto a los de Unidas Podemos. Consiguieron guardar tres sitios para que los presos independentistas se sentaran tambi¨¦n justo detr¨¢s del Gobierno. Por el contrario, al lado derecho, el del PP, no se acercaba nadie, quiz¨¢ por si se pega la mala suerte. Berm¨²dez de Castro hac¨ªa guardia en la primera fila, totalmente vac¨ªa. Al final fueron rellenando los espacios los de Ciudadanos, que hu¨ªan del centro ¡ªhermosa imagen pol¨ªtica¡ª, entre otras cosas porque all¨ª estaban los independentistas, y tend¨ªan a mezclarse con los populares. En el PP estaban muy calladitos, se notaba mucha falta de emoci¨®n. No parec¨ªa el primer d¨ªa, sino el ¨²ltimo de algo. Por el ala derecha reinaba la tranquilidad, era un bloque m¨¢s homog¨¦neo, de hecho, Rivera y Casado acabaron sentados en la misma fila, cada uno en un extremo. Era en el otro lado donde hab¨ªa m¨¢s l¨ªo, m¨¢s confusi¨®n y d¨®nde, de hecho, el PSOE tendr¨¢ que buscarse amigos. El PP y Vox se miraban de frente, como en un espejo: unos ve¨ªan a d¨®nde van, y los otros de d¨®nde ven¨ªan.
Como hab¨ªa barra libre para sentarse, fue una jornada de extra?as parejas, adem¨¢s de los cruces de personajes antit¨¦ticos. Los fot¨®grafos estaban al acecho para meter en la misma imagen a Abascal con un diputado negro del PSOE, hasta que de repente apareci¨® otro que era mismamente de Vox, y ah¨ª se acab¨® la gracia. Menos mal que pas¨® un diputado socialista con una camiseta de Gaysper, el fantasma LGTBI que denosta Vox, y ah¨ª le cascaron la foto. Es un d¨ªa para estas chorraditas, puro entretenimiento para las redes sociales. Tambi¨¦n en la tribuna pasaban cosas: el presidente del Parlament, Roger Torrent, acab¨® sentado con el presidente de Cantabria, Miguel ?ngel Revilla. La mayor¨ªa de los diputados son nuevos y se notaba: venga fotos, tuits y selfis de debutante emocionado. Al diputado del Partido Regionalista C¨¢ntabro (PRC), Jos¨¦ Maria Maz¨®n, le esperaron incluso sus colegas con una entra?able pancarta: ¡°Todos somos Maz¨®n¡±. Qu¨¦ responsabilidad para el pobre Maz¨®n.
A todo esto, las diez y el Gobierno sin venir. Casado tampoco, ni Rivera, ni Iglesias. Son esos gestos de los que mandan para diferenciarse de la tropa, no estar ah¨ª esperando a lo tonto, fingir que est¨¢n ocupad¨ªsimos hasta el ¨²ltimo minuto. Por fin fueron llegando. Ana Pastor, presidenta saliente de la C¨¢mara, y Meritxell Batet, su sustituta, entraron juntas amigablemente y se despidieron bajo el estrado como en el centro del campo, antes de irse cada una por su lado. Entonces lleg¨® el esperado momento esc¨¦nico de los cuatro presos independentistas, que entraron con cierta indiferencia general, esa es la verdad. Los aplausos de los suyos no llegaban a eclipsar el bullicio, y tampoco alg¨²n ¡°?Fuera!¡± lanzado desde Vox. Pero lo cierto es que, pasados unos minutos, all¨ª andaban como si tal cosa. Costaba imaginarse que en unas horas estar¨ªan de nuevo en el trullo. Arrimadas hasta le dio dos besos a Rull, porque estaba sentada al otro lado del pasillo. Luego conversaban con los dem¨¢s, mezclados en el gent¨ªo. Iglesias hizo ostentaci¨®n de cu¨¢nto hablaba con ellos, y solo los del PP y VOX les evitaron expl¨ªcitamente.
Cuando entr¨® S¨¢nchez con el Gobierno hubo aplausos m¨¢s sonoros del PSOE, que para eso son m¨¢s. El presidente en funciones ventil¨® el tr¨¢mite de saludar sin m¨¢s a los de Vox y se acab¨® el morbo. Tambi¨¦n hab¨ªa saludado a Junqueras. Sab¨ªa que ten¨ªa que cumplir con varias fotos del d¨ªa. Entonces fue el turno del presidente de la Mesa de Edad, Agust¨ªn Javier Zamarr¨®n, 73 a?os, de Burgos, alguien llamado a ser uno de los rostros del d¨ªa, porque con su larga barba blanca parec¨ªa estar ante el mismo Valle-Incl¨¢n. Tambi¨¦n por c¨®mo hablaba en su discurso: ¡°La ley es nuestro honor y nuestra servidumbre¡±. Pero fue mejor luego, con el caos de la primera votaci¨®n: ¡°Por favor, propendemos a la trombosis otra vez, vuelvan a sus esca?os¡±. Parec¨ªa el portero ret¨®rico de la pel¨ªcula de La Gran Familia (¡°El se?orito Cr¨ªspulo ha preponderado el ascensor¡±). Y luego: ¡°Estamos produciendo un trombo de dif¨ªcil solventaci¨®n en el foso¡±. Hubo las primeras risas de la legislatura. ¡°Se hiere al pueblo cuando se habla con simpleza¡±, hab¨ªa dicho una vez, y el pueblo lo agradeci¨® bastante en Twitter. En el mismo d¨ªa ha sido presidente en el Congreso y trendig topic. Como se deduce de su jerga cl¨ªnica, Zamarr¨®n es m¨¦dico jubilado, especialista en medicina interna, perfecto para su puesto. Tambi¨¦n fue que ni pintado para ERC tener la diputada m¨¢s joven, Marta Rosique, 23 a?os, que aprovech¨® la ocasi¨®n para estar casi media hora en primer plano con una camiseta indepe con estelada, mientras le¨ªa la lista de diputados electos.
Tras la efervescencia inicial, con la largu¨ªsima elecci¨®n de la nueva presidenta, en dos votaciones consecutivas, vicepresidentes y dem¨¢s tr¨¢mites, comenzaron la normalidad burocr¨¢tica, que todo lo allana como una apisonadora, y los primeros ratos de aburrimiento. Que, en realidad, ser¨¢n lo habitual a partir de ahora, cuando se acaben las camisetas y las tonter¨ªas. O eso les gustar¨ªa a todos, un poquito de previsibilidad.
Porque el final de la sesi¨®n fue apote¨®sico, una ensalada de juramentos creativos, cada uno con su pel¨ªcula. Se jur¨® o prometi¨® por casi todo y su contrario. Por Espa?a, por Catalu?a, por Galicia, por Andaluc¨ªa y hasta por el planeta, as¨ª en general. En euskera, en catal¨¢n, con abucheos, con aplausos. Por los derechos sociales, por los humanos, por la rep¨²blica, por el rey y hasta por la hispanidad, como en el festival de la OTI . Cada cual hizo de su juramento un tuit. Decir simplemente ¡°s¨ª, prometo¡± se convirti¨® en una extravagancia. Al final, cuando todo el mundo se fue, se quedaron solos los cuatro presos, rodeados discretamente de polic¨ªas de paisano. Qued¨® flotando un aire raro, revoltoso, fragmentado y tambi¨¦n la idea de que esta vez esto tampoco ser¨¢ f¨¢cil.
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