Las mujeres de Vegas se esfuman del padr¨®n
La poblaci¨®n femenina de un municipio de Le¨®n ha ca¨ªdo un 21% en la ¨²ltima d¨¦cada, el triple que la masculina; es la mayor brecha por sexos de Espa?a
En Vegas cada vez hay menos almas que salvar, pero su iglesia persevera con las que quedan. En un folleto descolorido colgado a su entrada se acierta a leer: "Orientaci¨®n a cualquier mujer que se enfrenta a un embarazo imprevisto. Nunca estar¨¢s sola". A qui¨¦n alude el mensaje antiabortista es un misterio en un lugar donde escasean las mujeres j¨®venes. En cinco a?os se han registrado solo 24 nacimientos frente a 164 muertes. Que pierda poblaci¨®n un municipio rural como este, con un millar de habitantes, es cosa habitual en el noroeste de la Pen¨ªnsula. Tambi¨¦n lo es que se esfumen del padr¨®n m¨¢s mujeres que hombres. Pero en Vegas esa peculiar brecha de g¨¦nero llama la atenci¨®n: en la ¨²ltima d¨¦cada, la poblaci¨®n masculina ha bajado un 6%. La femenina, un 21%. Es la mayor diferencia en un pueblo de m¨¢s de 1.000 habitantes en Espa?a, seg¨²n un an¨¢lisis de EL PA?S a partir de los datos del padr¨®n del INE.
"?Qu¨¦ dice, que mi pueblo pierde muchas m¨¢s mujeres que hombres?", responde at¨®nito el alcalde, el veterano Manuel Ferreras. "?Yo solo veo viudas andando por la carretera!", replica el primer edil, que este domingo opta a la reelecci¨®n por tercera vez. La misma cara de sorpresa ponen sus paisanas al dec¨ªrselo: la mayor¨ªa han nacido aqu¨ª, muchas menos han regresado y a¨²n m¨¢s raras son las que han decidido instalarse desde otros sitios en este municipio. Lo componen 13 peque?os pueblos rodeados de campos verdes de cebada. Las cifras del padr¨®n no entienden de pol¨ªticas paritarias: solo el 42% son mujeres. Y caen a?o tras a?o.
En la receta de la despoblaci¨®n femenina del campo entran, seg¨²n los expertos que han estudiado el fen¨®meno consultados, ingredientes bien distintos. Algunos de ellos son parte del plato desde hace d¨¦cadas; otros se han a?adido en los ¨²ltimos a?os. El ¨¢mbito rural brinda menos faena a las mujeres que a los hombres. El entorno favorece, aunque m¨¢s en el pasado que ahora, que fueran los varones quienes trabajasen las tierras, y que las heredasen. Las mujeres han sido trabajadoras invisibles: en sus DNI constaba "sus labores", pero adem¨¢s de la ocupaci¨®n dom¨¦stica a menudo cuidaban del campo y el ganado. Y todo sin cotizar un c¨¦ntimo.
Adem¨¢s, el yugo machista de muchos lugares peque?os no daba respiro a las j¨®venes que quer¨ªan progresar, trabajar o formarse. Se fueron a las ciudades en la que los expertos llamaron "huida ilustrada". Dos ingredientes m¨¢s: los programas de desarrollo rural han beneficiado, por lo general, m¨¢s a ellos que a ellas, y las mujeres viven m¨¢s de media; es frecuente que cuando quedan viudas marchen para quedar al cuidado de los hijos, que ya no viven en los pueblos.
Es una rebelde a esa casu¨ªstica, pero no lo sabe: Roc¨ªo ?lvarez, 38 a?os, conductora de autob¨²s, es de Vegas. Se fue fuera, pero ahora quiere que crezcan en su pueblo sus dos hijos. Las calles muertas est¨¢n llenas de casas con las persianas echadas y tablones apostados contra las puertas para que no se filtre?dentro la lluvia. Vac¨ªas todas. "En plena crisis nos ped¨ªan 90.000 euros por una casa de 200 metros cuadrados que hay que rehacer entera", se lamenta. La realidad de dio un tajo a la petici¨®n, que qued¨® al final en 50.000 euros. Roc¨ªo compr¨® el inmueble y ahora hay que retejar y echar muchas horas, junto a su marido en paro, para hacerlo habitable e instalar una calefacci¨®n que, por si no fuera duro el invierno de la comarca, casi ninguna vivienda tiene en la zona. Cuando habite su casa el colegio no podr¨¢ quedarle m¨¢s cerca: la escuela unitaria, con 14 alumnos, ocupa el edificio aleda?o.
"Paisano que se muere, casa que se cierra", sentencia Luis S¨¢nchez Robles, presidente de una junta vecinal de la zona. A sus 36 a?os ha sido el m¨¢s joven de su entorno hasta el nacimiento de su hijo, hace siete meses. Disputas de herencias entre hermanos que viven lejos las mantienen cerradas a cal y canto, asegura. Y, adem¨¢s, la comarca parece no existir para las apps inmobiliarias. Encontrar vivienda en alquiler y en buenas condiciones se antoja casi un milagro.
Las mujeres han sido trabajadoras invisibles: en sus DNI constaba "sus labores", pero adem¨¢s cuidaban del ganado y del campo. Todo sin cotizar un c¨¦ntimo.
Lo comprob¨® pronto Estrella Alfaro, 35 a?os, nacida en Cuenca y prendada de la Tierra de Le¨®n. Trabaja en la Universidad y vive, tras mucho bregar buscando casa, en estos campos deslindados por cercas de plantas vivas. "Puedo seguir una carrera y vivir en plena naturaleza. Eso solo se puede hacer aqu¨ª y en Canad¨¢", dice sonriendo. Estrella alterna su trabajo como conservadora de un herbario con talleres de bot¨¢nica en la Fundaci¨®n Cerezales, que toma su nombre de otro de los pueblitos que conforman Vegas. Su sede, un edificio fastuoso custodiado por bueyes grises, resume el sue?o de mejorar su pueblo de un viejo emigrante hijo de labradores: Antonino Fern¨¢ndez se fue desde Cerezales a M¨¦xico tras la Guerra Civil. All¨ª hizo fortuna como administrador de la cervecera Modelo. Muri¨® en 2016 y su fundaci¨®n da trabajo a 10 personas (una multitud en un municipio en despoblaci¨®n); dos se han venido a vivir a Vegas. Sus fondos han apoyado que un estudiante de ingenier¨ªa de la zona, Iv¨¢n Valbuena, dise?e un aceler¨®metro que detectar¨¢ cu¨¢ndo la persona que lo porte sufre una ca¨ªda y enviar¨¢ una se?al a sus familiares. Iv¨¢n tiene en mente a sus dos abuelos. Viven solos en Cerezales, como muchos de los mayores del pueblo.
La campa?a electoral pasa de largo
Solo tres se?ores Cayos se ven en la plaza del ayuntamiento de Vegas a pocos d¨ªas de las municipales. Se sientan en la terraza del ¨²nico bar que queda. A ninguno de estos vecinos veteranos les han pedido el voto para las municipales. M¨¢s all¨¢ de una simple pegada de carteles, en Vegas la campa?a pasa de largo. Lo confirma Pilar Sancho, 32 a?os, trabajadora con discapacitados intelectuales y concejal que concurre a la reelecci¨®n por el PSOE. Pero las siglas pol¨ªticas importan poco. Antes del anterior alcalde hubo otro, a quien se recuerda con mucho cari?o. "Dudo de que a la gente, si le preguntas por qu¨¦ partido se presentara, lo supiera; era Mois¨¦s, no el candidato del PSOE", reconoce Pilar. De los nueve concejales, seis son socialistas y tres populares. No hay lugar para la nueva pol¨ªtica. "Aqu¨ª pervive el bipartidismo", bromea Alba, 48 a?os, periodista reconvertida en artesana y coach que lleva un a?o y medio en Vegas. De buen grado acepta el apelativo neorrural. Viajera sin tregua, ha encontrado aqu¨ª la base desde la que moverse por el mundo.
?Qu¨¦ piden los lugare?os para quedarse con gusto en Vegas? Que se mantenga la subvenci¨®n a la guarder¨ªa y que el colegio tenga comedor para que los padres puedan dejar a sus hijos e irse a trabajar a donde hay trabajo, en la capital, a menos de 30 kil¨®metros. Que mejore Internet y que se ayude a aut¨®nomos como Mar¨ªa de Celis, bi¨®loga de 38 a?os a la que sus compa?eros de universidad miraron raro cuando les dijo que se volv¨ªa a su pueblo a montar, con una hipoteca y un cr¨¦dito ICO, una explotaci¨®n de cabras lecheras. Con todo, su trayectoria ya no es tan singular: "Muchos de los nuevos ganaderos son profesionales del campo y han estudiado ADE o agr¨®nomos", afirma imp¨¢vida.
En las ¨²ltimas municipales, en 2015, votaron siete de cada diez censados, menos de lo habitual en los pueblos de su tama?o, cuya abstenci¨®n ronda el 22%. Algo tiene que ver el que, en la pr¨¢ctica, muchos sigan empadronados pero ya no vivan aqu¨ª. Lo sabe Julia Gago, 79 a?os, presidenta de la asociaci¨®n de mujeres, la ¨²nica que no queda viuda entre su docena de mejores amigas. Se aburri¨® de contar ovejas y ahora "prefiere contar personas", las que de verdad viven aqu¨ª de continuo todo el a?o: su padr¨®n nocturno las cifra en 62 en Villanueva, uno de los pueblos del municipio y en algunos m¨¢s, hasta 72, en la capital, Vegas.
M¨¢s nuevo que el folleto antiabortista de la iglesia, un cartel cuelga en el tabl¨®n del ayuntamiento y anima a Julia a que visite una exposici¨®n en la Fundaci¨®n Cerezales. El espacio entre las cosas, se titula. En Vegas hay mucho, cada vez m¨¢s, entre las personas.
(*) Se ha consultado a Lorenzo L¨®pez Trigal, catedr¨¢tico em¨¦rito de la Universidad de L¨¦on; Milagros Alario, profesora titular de An¨¢lisis Geogr¨¢fico Regional de la Universidad de Valladolid; Mercedes Molina, catedr¨¢tica de Geograf¨ªa Humana de la Universidad Complutense de Madrid; Eugenio Cejudo, director del Departamento de Geograf¨ªa Humana de la Universidad de Granada; y Francisco Antonio Navarro, profesor contratado del mismo departamento.
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