El pueblo dividido que repetir¨¢ las elecciones

El ambiente se nota enrarecido en La Granja de la Costera, Valencia, uno de los dos municipios que tendr¨¢ que repetir las elecciones. Los comicios del 26 de mayo terminaron con un empate a 106 votos entre el PSOE y el PP tras un recurso a la Junta Electoral de Zona. La Junta Central orden¨® m¨¢s tarde anular la votaci¨®n al apreciar una irregularidad grave en la mesa electoral, uno de cuyos vocales iba de n¨²mero cinco en la lista socialista. Los dos candidatos no se dirigen la palabra. Hay bastantes vecinos que no se saludan. Y todos aseguran que la tensi¨®n se dispara en el pueblo cada vez que se acercan las elecciones locales, cuya repetici¨®n, temen, tardar¨¢ meses en concretarse.

¡°Aqu¨ª la pol¨ªtica siempre ha dividido mucho a los vecinos, no es de ahora. La mayor¨ªa de familias son de un partido o del otro¡±, afirma a la puerta de su casa Santiago Ferrer, de 43 a?os, obrero en una f¨¢brica de pl¨¢sticos. Situada a 70 kil¨®metros de Valencia y rodeada de naranjos, La Granja de la Costera lleva a?os perdiendo habitantes, aunque nunca ha tenido muchos. En 1900 viv¨ªan aqu¨ª 500 personas, ahora son 297. Y el sectarismo parece hacer el pueblo a¨²n m¨¢s peque?o. ¡°Al bar de la piscina, como lo rehicieron los del PSOE, muchos del PP no van¡±, pone como ejemplo Ferrer.

Mientras se come un polo que acaba de comprar en el otro bar del pueblo, Jos¨¦ Monz¨®, bombero jubilado, asegura que el conflicto es antiguo. ¡°Cuando yo era ni?o ya estaban los dos bandos, de derechas y de izquierdas, y ha pasado de padres a hijos. Fuera de la campa?a electoral, est¨¢ cada uno en su sitio, pero cuando vienen las elecciones, vuelve a salir¡±.

No ayuda a calmar los ¨¢nimos la animadversi¨®n que se profesan los candidatos, cuyas casas est¨¢n una junto a otra. El alcalde, el socialista Carlos Garrido, que lleva en el poder desde 2007 y atribuye el resultado tan ajustado al hecho de que ¡°mucha gente antepone las malicias o los temas personales a la gesti¨®n en el pueblo¡±, declina hablar sobre asuntos que han llegado a los ¡°juzgados, insultos, vandalismos y dem¨¢s¡±. Jos¨¦ Miguel Mar¨ªn, candidato del PP, admite, por su parte, que se present¨® porque nadie m¨¢s estaba dispuesto a hacerlo y no quiso darle a su vecino la satisfacci¨®n de ganar por falta de rival. Su enemistad, explica, naci¨® en 2015 por un accidente. ¡°A mi hijo de siete a?os se le cay¨® encima una fuente p¨²blica ¡ªa la que, seg¨²n el regidor, se subi¨® indebidamente¡ª y en vez de venir a casa a preguntar c¨®mo estaba actu¨® contra m¨ª. Hubo dos juicios. En el primero condenaron al Ayuntamiento a indemnizar a mi hijo. Y en el segundo tuve que pagar lo que costaba la fuente, 1.000 euros¡±.

Empleado en una empresa de zumos, Mar¨ªn a?ade que el PP ha reclamado, sin obtener respuesta, saber qui¨¦n est¨¢ en n¨®mina de la sociedad municipal creada para desarrollar el pol¨ªgono industrial. ¡°?l, como alcalde, no cobra, y no sabemos que haya trabajado en ning¨²n sitio en 11 de los ¨²ltimos 12 a?os. As¨ª que ?de qu¨¦ vive?¡±, pregunta. Interrogado al respecto, el alcalde en funciones responde que no piensa ¡°entrar en temas personales¡±.