El PP recupera grandes ciudades gracias al tripartito con Vox y Cs

La primera gran disputa en la larga batalla por la hegemon¨ªa de la derecha termin¨® este s¨¢bado con un vencedor claro: el PP. En un solo d¨ªa, Ciudadanos, que hace solo un mes reivindicaba el liderazgo de la oposici¨®n y del bloque de la derecha, entreg¨® ese t¨ªtulo a la formaci¨®n de Pablo Casado ¡ªque estuvo a punto de perderlo en las elecciones generales¡ª y normaliz¨® a la extrema derecha de Vox al usar sus votos para consolidar un tripartito de derechas que funcion¨® como un bloque s¨®lido con muy pocas excepciones en el reparto del poder municipal.

Esta unidad entre la derecha y la extrema derecha hizo que el PSOE, que la noche electoral pens¨® que hab¨ªa obtenido un gran resultado, lograra solo un moderado avance. Una mejora opacada, adem¨¢s, por Madrid, la joya de la corona, que vuelve al bloque de la derecha con Vox como gran protagonista. El partido de Santiago Abascal asegura que en los pr¨®ximos d¨ªas se visualizar¨¢ que ha obtenido ¡°representaci¨®n en todos los gobiernos y en todos los entes municipales¡±, algo que el grupo de Albert Rivera hab¨ªa intentado rebatir hasta ahora.

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Espa?a era hasta diciembre de 2018 el ¨²nico gran pa¨ªs de la Uni¨®n Europea sin extrema derecha en las instituciones. Eso se acab¨®. Cs y el PP han decidido apoyarse en Vox y no plantear el cord¨®n sanitario que rige con este tipo de formaciones en pa¨ªses como Francia. El tripartito ya es clave en Andaluc¨ªa. Y las tres formaciones pasan a serlo en Madrid y varias de las ciudades m¨¢s importantes.

Despu¨¦s de un largo tira y afloja, Cs dio aire al PP, al que en teor¨ªa quiere sustituir como l¨ªder de la derecha, y le entreg¨® la capital y otras 11 grandes ciudades. Adem¨¢s, le ha prometido presidir las tres autonom¨ªas en las que sus votos son imprescindibles: Madrid, Castilla y Le¨®n y Murcia. A cambio, Cs solo ha logrado tres ayuntamientos de capitales de provincia: Palencia, Granada (en alternancia con el PP) y Badajoz.

Por el contrario, en los pocos casos en los que pact¨® con el PSOE, Ciudadanos logr¨® mucho m¨¢s: Melilla, su ¨²nica presidencia auton¨®mica ¡ªlo logr¨® con un solo diputado, prueba del enorme margen que habr¨ªa tenido si hubiera jugado en las dos bandas en toda Espa?a¡ª, Ciudad Real y Albacete (en alternancia) y Alcobendas.

Ciudadanos argumenta en privado su decisi¨®n de mantenerse en el bloque de la derecha ¡ªsalvo contadas excepciones¡ª en que ah¨ª es donde est¨¢n la enorme mayor¨ªa de sus votantes, que en buena parte provienen del PP. Es ah¨ª, sostienen fuentes del partido, donde est¨¢ su crecimiento posible, como se vio en las elecciones generales. Esos electores, siempre seg¨²n las mismas fuentes, no le perdonar¨ªan a la formaci¨®n de Albert Rivera que ayudara a la izquierda a hacerse con el poder en instituciones clave.

Los n¨²meros finales son rotundos. En las 80 ciudades clave ¡ªcapitales de provincia y municipios de m¨¢s de 100.000 habitantes¡ª el PSOE ha pasado de 32 a 42 alcaldes pero solo ha crecido de 6,1 millones de habitantes gobernados a 7,7. El PP pierde 11 alcald¨ªas y gana solo cuatro, pero estas ¨²ltimas son grandes ciudades como Madrid o Zaragoza, lo que hace que pase de 4,2 millones de gobernados a casi siete, informa Daniele Grasso.

Lejos de este reparto entre los dos bloques a izquierda y derecha que han sustituido el bipartidismo por una especie de bibloquismo, en Barcelona se vivi¨® una competici¨®n muy diferente: la que libra el independentismo contra el resto de los partidos catalanes. La uni¨®n puntual de tres grupos aparentemente enfrentados como el de los Comunes, el PSC, y el del exprimer ministro franc¨¦s Manuel Valls, logr¨® arrebatar la alcald¨ªa al independentista Ernest Maragall y se la dio finalmente a Ada Colau, una de las pocas alcaldesas del cambio que resisten desde 2015, con Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez, Kichi, de Podemos, en C¨¢diz, y Joan Rib¨® en Valencia.

Si Valls hubiera hecho caso a Albert Rivera ¡ªse present¨® en la lista de Cs¡ª y hubiera votado en blanco como hicieron tres ediles de su grupo, Maragall se habr¨ªa convertido en alcalde con la intenci¨®n declarada de utilizar el simb¨®lico ayuntamiento para ayudar a la causa independentista. Pero el exprimer ministro franc¨¦s y otros dos ediles fieles rompieron esa disciplina y permitieron que Colau se hiciera con el bast¨®n de mando. ¡°Nos llaman equidistantes, pero no ser¨¦ una alcaldesa independentista ni una alcaldesa antiindependentista, gobernar¨¦ para todos los barceloneses¡±, clam¨® Colau, en un pleno tenso, con manifestantes independentistas en la calle y la presencia del exconseller Joaquim Forn, que dej¨® la c¨¢rcel para asistir al pleno y tomar la palabra y volvi¨® a la prisi¨®n al terminar el encuentro.

Forn, en un tono solemne y entre gritos de ¡°llibertat, llibertat¡±, denunci¨® que Colau era un ¡°instrumento ¨²til¡± de ¡°una operaci¨®n pol¨ªtica dirigida por los poderosos¡±. Valls, que se estrenaba como regidor, le contest¨® que los ¡°verdaderos poderosos¡± son los empresarios catalanes que ¡°financiaban de manera ilegal el partido del se?or Forn¡± ¡ªen referencia a Converg¨¨ncia¡ª y ahora apoyan al independentismo.

Tambi¨¦n el Pa¨ªs Vasco vivi¨® ajeno a los dos bloques que dominan la pol¨ªtica espa?ola. All¨ª, el PNV se hizo con las principales alcald¨ªas, incluidas las tres capitales, gracias al pacto suscrito con los socialistas. En Pamplona, el PSOE se vot¨® a s¨ª mismo y permiti¨® as¨ª que la coalici¨®n de derechas Navarra Suma arrebatara la alcald¨ªa a Bildu. En Galicia, donde hay elecciones en 2020, el PP ya no tiene ninguna de las siete grandes ciudades.

En una jornada clave, que reparte el poder local de los 8.131 municipios en un solo d¨ªa, hubo tambi¨¦n sorpresas. En Burgos, una de las pocas alcald¨ªas que hab¨ªa logrado Cs, Vox incumpli¨® el pacto y el ayuntamiento fue para el PSOE. En Huesca, que tambi¨¦n ten¨ªa que haber sido para los naranjas, finalmente se pact¨® que fuera para el PP pero un voto en blanco del que nadie se hace cargo ¡ªaunque todos apuntan a Cs¡ª tambi¨¦n dej¨® el bast¨®n de mando en manos de los socialistas. Mucho movimiento, en fin, pero los bloques que marcar¨¢n la legislatura quedan m¨¢s consolidados.