El inspector obsesionado con La Dama del Camello
Un agente de la Polic¨ªa Cient¨ªfica lleva 18 a?os tratando de identificar a una mujer muerta en una playa de Santander
El inspector jefe Guillermo J. Rosewarne se acerc¨® al periodista Paco Lobat¨®n y le cont¨® su historia a la desesperada: 18 a?os tratando de identificar a una mujer y se iba a jubilar sin haberlo logrado. Fue hace unos d¨ªas, durante la celebraci¨®n del 25? aniversario de la Polic¨ªa Cient¨ªfica en el complejo policial de Canillas (Madrid), mientras el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, los secretarios de Estado y los directores generales conversaban sobre sus inciertos futuros en el Gobierno que est¨¢ por formar. Lobat¨®n, el presentador de televisi¨®n que m¨¢s historias de personas desaparecidas ha escuchado y contado en Espa?a, atend¨ªa el relato con fascinaci¨®n: ¡°?Has o¨ªdo hablar de La Dama del Camello?¡±.
Su cuerpo fue hallado el 29 de junio de 2001 en la playa santanderina del Camello, que recibe su? nombre por la inconfundible forma de una de las rocas que la ocupan. ¡°Eran las dos de la madrugada y me llamaron a casa porque hab¨ªan encontrado a una mujer muerta en la playa, arrastrada por la marea¡±, recuerda el inspector. ¡°Pelo negro, 1,66 metros de altura, unos 40 a?os, complexi¨®n delgada, vest¨ªa un pantal¨®n de tergal beis, una camisa floreada verde y una chaqueta torerilla negra de pa?o¡±. Cerca aparecieron sus zapatos, un bolso de mano (¡°con 1.200 pesetas y sin documentaci¨®n alguna¡±) y una bolsa de El Corte Ingl¨¦s con un bote de colonia de beb¨¦ y dos trapos de cocina. ¡°Por el ticket de compra supimos que hab¨ªa estado en ese centro comercial esa tarde¡±. Desde entonces, esa mujer es un enigma para la brigada de polic¨ªa cient¨ªfica de Santander y una obsesi¨®n para Rosewarne, que la bautiz¨® como La Dama del Camello.
Apenas llevaba tres horas sin vida cuando fue encontrada, seg¨²n revel¨® la autopsia, que estableci¨® el ahogamiento como causa de la muerte. Su cuerpo no presentaba ning¨²n signo de violencia. La inspecci¨®n ocular, a la ma?ana siguiente, no dio ninguna pista: ¡°No se pudo haber tirado ni ca¨ªdo desde el acantilado, se habr¨ªa dado alg¨²n golpe, en una playa tan rocosa¡±. La hip¨®tesis que hoy mantienen los investigadores es que ¡°se adentr¨® en el agua por su propio pie para suicidarse¡±.
Pistas fallidas
?Qui¨¦n era esa mujer que hoy ocupa la ¨²nica sepultura sin nombre del cementerio de Santander? En 2001 ¡°no se filmaba tanto a la gente¡±, las c¨¢maras no la registraron. ¡°Le hicimos la rese?a completa: dactilar, biol¨®gica (ADN), facial...¡±, cuenta Rosewarne. ¡°Esperamos a que alguien la echara de menos¡±. ¡°Le sacamos una foto y la publicamos en la prensa local la misma semana¡±. Infructuoso.
¡°Recorrimos todas las tintorer¨ªas de Cantabria y de las provincias lim¨ªtrofes, porque la chaqueta que llevaba ten¨ªa grapada una etiqueta de haberse limpiado en una tintorer¨ªa¡±. Nada. ¡°Revisamos todos los coches que se pod¨ªa haber llevado la gr¨²a en d¨ªas posteriores, por si hubiese llegado en veh¨ªculo propio¡±. Tampoco. ¡°Hablamos con los conductores de autobuses de l¨ªneas que pasaban por El Corte Ingl¨¦s¡±. Nadie recordaba haberla visto. ¡°Nos hablaron de una mujer cuyo hijo se hab¨ªa suicidado en esa playa... y la encontramos, viva¡±. ¡°Mandamos su muestra de ADN a todos los pa¨ªses conveniados: europeos, latinoamericanos y norteamericanos¡±. Sin coincidencia. ¡°Revisamos la base de datos de personas desaparecidas¡±. No constaba. ¡°Desesperados, localizamos a un experto en ADN ancestral, el profesor Fernando Serrulla, y nos apunt¨® que se trataba de una mujer europea o del norte de ?frica¡±. Marruecos no la encuentra.
¡°Pasados 10 a?os pensamos que se le habr¨ªa caducado el carn¨¦, y empezamos a mirar cada a?o a todas las mujeres a las que les caducaba, entre 12.000 y 15.000 al a?o, una a una¡±. Nada. ¡°Le pedimos a Marga Sanin, experta en retratos, uno de acuerdo con los datos que ten¨ªamos y lo publicamos en prensa en 2013¡±. Llam¨® alguno dando pistas que no condujeron a nada. ¡°Hemos involucrado a Guardia Civil, Ertzaintza y polic¨ªa local, por si se les hubiese pasado incluir a alguna mujer en la base de datos de personas desaparecidas y restos humanos sin identificar¡±. Todo, sin ¨¦xito.
Rosewarne est¨¢ convencido de que ¡°este asunto saldr¨¢ a medida que se desarrollen las bases de ADN¡±. ¡°Como pasa en EE UU, donde la gente puede buscar a sus ancestros¡±, dice el polic¨ªa, el ¨²nico que pone flores en esa sepultura en tierra, marcada en letras rojas en el libro de registro del camposanto santanderino: ¡°Mujer no identificada¡±. Manzana 44, fila 10, sepultura seis. ¡°A los 20 a?os, si nadie la identifica, tirar¨¢n sus huesos al osario¡±, advierte. Mientras, el caso sigue abierto.
6.600 identificaciones por las huellas y 3.000, por el ADN
Un total de 2.000 funcionarios prestan servicio en el ¨¢rea de Polic¨ªa Cient¨ªfica en comisar¨ªas de toda Espa?a. Solo el a?o pasado, las unidades de esa especialidad creada en 1994 rese?aron dactilarmente a 280.000 personas, y m¨¢s de 12.000 gen¨¦ticamente, adem¨¢s de realizar cerca de 90.000 inspecciones oculares en el lugar de los hechos. Con todo ello lograron identificar a 6.600 autores por sus huellas, y a cerca de 3.000 responsables de hechos delictivos les pusieron nombre por el ADN. ¡°Convendr¨ªa recordar que en los atentados del 11-M la labor de la Polic¨ªa Cient¨ªfica fue clave para resolver todo el proceso, y lo fue en dos ¨¢reas distintas¡±, se?alaba el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, en la celebraci¨®n del 25? aniversario de la Polic¨ªa Cient¨ªfica.
¡°Por un lado, fue clave en la identificaci¨®n de las v¨ªctimas, logrando que a las 36 horas de los atentados 155 personas hab¨ªan sido ya identificadas, y a la semana se hab¨ªa identificado a la totalidad de v¨ªctimas¡±. ¡°Realizaron 79 inspecciones oculares relacionadas con los hechos, logrando la identificaci¨®n de todos y cada uno de los que meses m¨¢s tarde resultaron condenados, adem¨¢s de la incriminaci¨®n en los hechos de los terroristas suicidas de Legan¨¦s¡±, remarc¨®.
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