El dilema de la democracia: integrar a los ultras o aislarlos
El pacto para ceder poder en las instituciones a un partido como Vox ser¨ªa inaceptable en Francia o Alemania
El pasado domingo, todos los partidos democr¨¢ticos alemanes cerraron filas y votaron al candidato de la CDU para evitar que Alternativa por Alemania (AfD) se hiciera con la alcald¨ªa de G?rlitz, junto a la frontera con Polonia. Un d¨ªa antes, el candidato del PP, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, se convert¨ªa en alcalde de Madrid con los votos de toda la derecha, incluida la m¨¢s extrema. Del pacto entre el PP y Vox, que garantizaba a este ¨²ltimo partido porciones de poder territorial, tambi¨¦n se benefici¨® Ciudadanos, aunque se resistiese a sentarse a gobernar con los ultras.
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, que en 2017 gan¨® el El¨ªseo a la cabeza de un movimiento republicano que cort¨® el paso a la l¨ªder del Frente Nacional, Marine Le Pen, advirti¨® a Albert Rivera de sus amistades peligrosas y amag¨® con echar a los liberales espa?oles de su grupo en el Parlamento Europeo.
¡°Quienes acusan a Macron de injerencia no entienden c¨®mo funciona Europa¡±, explica el exministro de Exteriores y eurodiputado del PP Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo. ¡°La pol¨ªtica europea se basa en familias pol¨ªticas y el grupo liberal tiene todo el derecho a saber si Ciudadanos ha perdido la virginidad, igual que el popular tiene bajo escrutinio al h¨²ngaro [Viktor] Orb¨¢n¡±.
Margallo asegura que su partido y Vox parten de ideas de Espa?a ¡°muy dif¨ªciles de conciliar¡±, pues el segundo ¡°se salta toda la Ilustraci¨®n¡±, se desmarca del r¨¦gimen de derechos y libertades y cuestiona el Estado del bienestar propio de la econom¨ªa social de mercado, adem¨¢s de mantener ¡°diferencias tremendas¡± en pol¨ªtica europea.
Ello no impide, en su opini¨®n, que puedan colaborar. ¡°Hay que diferenciar los ¨¢mbitos¡±, argumenta: ¡°No es lo mismo hablar de la recogida de basuras o la rebaja del IBI que del Estado auton¨®mico, que Vox quiere desmantelar¡±. Pero incluso a nivel regional, agrega, es posible llegar a acuerdos ¡°sobre materias concretas, como en Andaluc¨ªa, siempre que quede claro que solo compromete a aquello que est¨¢ recogido en un papel¡±.
?Y en Europa? ¡°Podemos coincidir en la defensa de algunos intereses espa?oles, como la agricultura. Pero nada m¨¢s¡±.
Jos¨¦ Fern¨¢ndez-Albertos, doctor en Ciencia Pol¨ªtica por la Universidad de Harvard e investigador del CSIC, destaca que no hay un solo modelo de relacionarse con la extrema derecha en Europa. Frente al cord¨®n sanitario de Francia o Alemania, el FP? austriaco ha participado en el Gobierno de Viena hasta su reciente salida por un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n, y los xen¨®fobos forman parte del Ejecutivo? noruego. En Dinamarca los ultras apoyaban desde fuera al Gobierno de derechas hasta las recientes elecciones legislativas, mientras que ninguno de los dos grandes partidos de la extrema derecha holandesa (el de Geert Wilders y el de Thierry Baudet) ha logrado a¨²n tocar poder.
Fern¨¢ndez-Albertos cree que, a mayor fragmentaci¨®n del mapa pol¨ªtico de un pa¨ªs, m¨¢s probabilidad de pactos con la extrema derecha. Y a?ade que, ¡°dentro del ecosistema de partidos ultras¡± europeos, cabe diferenciar las ¡°fuerzas antisistema¡± de aquellas que ¡°nacen de una escisi¨®n de la derecha tradicional¡±. ¡°Tanto los l¨ªderes de Vox como la mayor¨ªa de sus votantes proceden del PP. Vox no ha venido a romper el eje izquierda-derecha, sino que se ubica en un extremo, lo que facilita el acuerdo de las derechas¡±, explica.
El polit¨®logo admite que no tiene respuesta para la cuesti¨®n crucial: ¡°Si aspiramos a integrar a estos movimientos en la democracia o los excluimos con la esperanza de que pesen cada vez menos¡±. En su opini¨®n, ¡°una vez que existen, la estrategia de la marginaci¨®n tiene sus riesgos y quiz¨¢ sea m¨¢s efectivo poner en evidencia que sus f¨®rmulas simplistas son ineficaces para resolver los problemas de la gente¡±.
Quien lo tiene claro es Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, exsecretario de Estado de Cultura y Agenda Digital con Mariano Rajoy: ¡°La ¨²nica conclusi¨®n posible para un dem¨®crata es que cualquier trato con la ultraderecha solo sirve para dignificarla y blanquearla. No puede haber tolerancia con los intolerantes, ni se puede integrar a quienes cuestionan las bases de la democracia y el pluralismo¡±. Lassalle achaca los pactos con Vox de su antiguo partido, el PP, a que ¡°la derecha espa?ola no acaba de enterrar los fantasmas hist¨®ricos que la atormentan¡± y persisten en sus filas ¡°cierta frivolidad intelectual y camarader¨ªa sociol¨®gica¡± con la ultraderecha. Pero avisa: ¡°Quien se abraza con el fascismo ya se sabe c¨®mo acaba. Solo hay que mirar la historia¡±.
Vox amenaza al PP con hacer p¨²blico su acuerdo secreto
Nunca se hab¨ªa presentado con tanta crudeza: la candidata de Vox a la Comunidad de Madrid, Roc¨ªo Monasterio, en declaraciones a El Economista el d¨ªa 14, exigi¨® "tener una parte del presupuesto en proporci¨®n [al n¨²mero de esca?os]". Solo tres d¨ªas despu¨¦s, el pasado lunes, Vox revel¨® que, en el pacto suscrito entre el secretario general del partido y su hom¨®logo del PP, se acordaba ceder a la formaci¨®n de Santiago Abascal "capacidad de gesti¨®n presupuestaria proporcional a los resultados obtenidos en cada Ayuntamiento", as¨ª como "concejal¨ªas de gobierno y puestos de responsabilidad directiva en entes municipales".
Por primera vez en democracia, un acuerdo pol¨ªtico entre dos partidos para repartirse el poder en las instituciones se mantiene en secreto. Vox asegura que es el PP el que no quiere que se difunda. "No lo vamos a hacer p¨²blico por consideraci¨®n a [Mart¨ªnez] Almeida", declar¨® Javier Ortega a La Raz¨®n. "Quedamos en el compromiso de no filtrarlo pero, si lo siguen cuestionando, no quedar¨¢ m¨¢s remedio", remach¨® Roc¨ªo Monasterio en Onda Cero.
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