¡°Los narcos son casi ¨ªdolos en el Campo de Gibraltar¡±
Tras 18 a?os de fiscal en C¨¢diz, estrena un cargo ¨²nico en Espa?a
Es dif¨ªcil que a Ana Villag¨®mez ya le sorprenda algo de lo que se cuece en el submundo del narco. Tras 18 a?os como fiscal antidroga de C¨¢diz se ha convertido en la primera fiscal coordinadora antidroga de Andaluc¨ªa, la primera comunidad aut¨®noma de Espa?a en crear este cargo. La prol¨ªfica y compleja actividad derivada del plan especial de seguridad del Campo de Gibraltar ¡ª149 toneladas de droga intervenidas y 4.852 detenidos en un a?o¡ª, ha hecho que Villag¨®mez sea designada para esta tarea.
Pregunta. ?A qu¨¦ responde la creaci¨®n de su cargo?
Respuesta. Las unidades de polic¨ªa y Guardia Civil que persiguen al narco en Andaluc¨ªa realizan investigaciones que afectan a M¨¢laga, C¨¢diz o Sevilla porque, aunque las organizaciones est¨¦n asentadas en el Campo de Gibraltar, se est¨¢n desplazando a otros sitios para las descargas de droga.
P. ?C¨®mo y hacia d¨®nde es la di¨¢spora del narco?
R. Cuando se presiona por un sitio intentan modificar sus rutas o su forma de actuar. Hubo una ¨¦poca en la que el r¨ªo Guadalquivir fue punto de entrada de la mayor parte de las embarcaciones del hach¨ªs. Cuando se presion¨® all¨ª se fueron desplazando hasta que en el Campo de Gibraltar se hicieron mucho m¨¢s fuertes. Ahora estamos viendo como vuelven al Guadalquivir y otras zonas de la provincia de C¨¢diz o Almer¨ªa, Huelva, Portugal.
P. ?Y eso ha hecho que la tarta del narco se haya repartido m¨¢s?
R. Son los mismos narcos que operaban en el Campo de Gibraltar que est¨¢n desplazando parte de su infraestructura y est¨¢n contactando con gente local para participar de las descargas.
P. ?Ha habido dejadez del Estado?
R. Tanto como dejadez¡ Ha coincidido con una ¨¦poca de mucha crisis. No creo que no les haya interesado, sino que no ha habido capacidad hasta que, finalmente, esto ya era un territorio sin ley.
P. ?Teme que el bloqueo del Gobierno d¨¦ al traste con el plan especial en Campo de Gibraltar?
R. No lo s¨¦, queremos que se mantenga. Alertamos de que si no ocurre, volver¨¢ a suceder lo mismo. Se les est¨¢ haciendo m¨¢s dif¨ªcil cometer los alijos. Van a continuar, pero lo importante es pon¨¦rselo dif¨ªcil para que no ganen la batalla.
P. ?Existe colapso judicial como consecuencia de la realizaci¨®n de tantas operaciones policiales como ahora?
R. La situaci¨®n de los juzgados del Campo de Gibraltar no solo se debe a esto, arrastraban una fuerte carga de trabajo. Es lo mismo que sucede en otros juzgados de la provincia, como Barbate. Se parte de situaciones de mucha saturaci¨®n y estas operaciones han supuesto m¨¢s colapso, pero tambi¨¦n es cierto que esas actuaciones ya no solo est¨¢n en el Campo de Gibraltar, sino tambi¨¦n en Sevilla o M¨¢laga. Los grupos policiales son sensibles a que no se saturen los juzgados porque es inoperativo. Pedimos m¨¢s medios para los juzgados para que puedan sacar adelante las operaciones y no est¨¦n tan agobiados de forma que esto suponga un drama porque se vean incapaces.
P. Tiroteos, secuestros... En sus informes alertan de la violencia del narco, ?se ha frenado o contin¨²a?
R. La violencia contin¨²a y sigue creciendo. Se arman para repeler a la polic¨ªa y a otros grupos ante los vuelcos o incluso secuestros por ajustes de cuentas. La concentraci¨®n de tantas organizaciones de la droga en una zona concreta atrae a otras bandas de afuera dispuestas a robarles la mercanc¨ªa.
P. ?Preocupa la corrupci¨®n que el narco provoca como el caso del capit¨¢n descubierto en Algeciras?
R. Mucho. Es necesario mantener el cerco a las organizaciones para evitar que tengan la capacidad y el dinero para comprar a un agente. Con todo, creo que son casos aislados.
P. ?Qu¨¦ papel juega el narco andaluz en la entrada del hach¨ªs de Marruecos a Europa?
R. Son grupos que se dedican a la descarga, a la guarder¨ªa de la droga y a la entrega a los compradores. No son los due?os. En el Campo de Gibraltar han ido un paso m¨¢s all¨¢ y creo que algunos no son meras organizaciones que descargan.
P. ?Temen que surjan nuevos capos al estilo de los hermanos Casta?a?
R. En la zona, hay una cierta aura de atracci¨®n hacia estas personas, los tienen casi como a ¨ªdolos. Por eso es importante que el Estado y la Justicia respondan como efecto disuasorio y de prevenci¨®n.
P. ?Y con las generaciones ya contaminadas por el narco, qu¨¦ se debe hacer?
R. Son muy dif¨ªciles de recuperar. Ni?os peque?os y j¨®venes que est¨¢n metidos en esto y en su familia no ven que sea malo. Poner penas no soluciona el caso de la educaci¨®n.
P. ?Hay riesgo de que los narcos locales cambien a la coca?
R. Hace a?os se habl¨® de que la coca¨ªna intentaba usar la ruta del hach¨ªs por ?frica, pero no hemos detectado ninguno de estos alijos por esta v¨ªa.
P. ?Volveremos a ver pactos como el que se alcanz¨® con el ¡®Messi del hach¨ªs¡¯ -ahora huido- que consigui¨® la libertad tras alcanzar un pacto con el fiscal del Campo de Gibraltar?
R. Hay que tener en cuenta la situaci¨®n de la zona. Para una persona que estaba en paradero desconocido, pareci¨® una buena oportunidad tenerlo a disposici¨®n de la Justicia. Un juez dio el visto bueno a que se le pusiese una fianza. Nuestro criterio, como regla general, es no admitir pactos de este tipo, pero siempre hay que tener en cuenta las circunstancias del caso concreto.
P. ?Cu¨¢l es la situaci¨®n en Andaluc¨ªa con respecto al resto de drogas como la marihuana?
R. Es complicada. Aqu¨ª tenemos el hach¨ªs, las plantaciones de marihuana que est¨¢n proliferando por toda Andaluc¨ªa o el peque?o tr¨¢fico de coca¨ªna que est¨¢ creciendo en forma de puntos de venta en pisos que generan mucha alarma social. A eso hay que sumar el tr¨¢fico de coca¨ªna a gran escala en el muelle de contenedores del puerto de Algeciras.
P. Cada vez hay m¨¢s operaciones exitosas en el puerto de Algeciras, ?se alija m¨¢s o se interviene m¨¢s ahora?
R. No se puede saber. Las conclusiones que se sacan a veces hay que verlas en relaci¨®n con los medios de los que se dispon¨ªan y si ¨¦stos se han incrementado. No se puede sacar una conclusi¨®n de un dato, hay que hilarlo con m¨¢s.
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