El pulso entre Salvini y S¨¢nchez deja en evidencia a Europa

Un duelo, 160 rehenes y toda una Uni¨®n Europea de espaldas al drama del Mediterr¨¢neo. Durante 17 largos d¨ªas el presidente del Gobierno espa?ol, Pedro S¨¢nchez, y el vice primer ministro italiano, Matteo Salvini, han mantenido un pulso pol¨ªtico sobre el desembarco de las personas rescatadas por el barco Open Arms. En Bruselas, mientras tanto, una Comisi¨®n Europea al ralent¨ª y con su presidente y su comisario de Migraci¨®n desaparecidos se limitaba a ofrecer sus servicios de coordinaci¨®n y a repetir una y otra vez que no tiene competencias para intervenir en una m¨¢s de las tragedias que han convertido al Mare Nostrum en la frontera m¨¢s mort¨ªfera del planeta.

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Bruselas evita el protagonismo en la crisis del ¡®Open Arms¡¯

Bruselas contacta con varios pa¨ªses en busca de soluciones para el ¡®Open Arms¡¯

El en¨¦simo episodio ha llegado este domingo, con la oferta espa?ola para que se proceda al desembarco en Algeciras o en el puerto "m¨¢s cercano", el de Mah¨®n (Menorca). El gesto, recibido por Bruselas con una felicitaci¨®n a Espa?a por su solidaridad, choca sin embargo con la l¨®gica matem¨¢tica. Los ¨²ltimos datos de Frontex se?alan que en medio de una ca¨ªda generalizada de las llegadas ¡ªun 30% menos en lo que va de a?o¡ª, Grecia y Espa?a han sido los principales pa¨ªses de destino de los migrantes en los primeros siete meses, muy por encima de Italia. Salvini se ha apresurado a cantar victoria y a subrayar que ¡°Italia ha dejado de ser el campo de refugiados de Europa¡±.

Tras la negativa de la ONG a emprender el laborioso camino hasta Algeciras o Mah¨®n con Italia a unas pocas millas, el conflicto sigue encallado, y quedan aplazadas las cuentas sobre el r¨¦dito electoral de haber obligado a vagar por el mar a decenas de personas que hu¨ªan de la violencia y la miseria. La mano dura o el brazo tendido pueden sumar votos. Pero la crisis ha servido, sobre todo, para poner de manifiesto una vez m¨¢s que la Uni¨®n Europea carece de una pol¨ªtica de migraci¨®n y asilo adaptada a la realidad de un continente en el que las fronteras exteriores han dejado de ser nacionales y han pasado a ser comunes.

La obstinaci¨®n de Salvini en impedir la entrada de los barcos de las ONG en puertos italianos responde, en gran parte, a un c¨¢lculo electoral que le ha convertido en el pol¨ªtico m¨¢s popular de Italia, seg¨²n los sondeos. Pero el caldo de cultivo que ha propulsado el ascenso del l¨ªder ultraderechista ha sido una pol¨ªtica europea que de manera irresponsable descarga en los pa¨ªses de primera l¨ªnea toda la gesti¨®n de las sucesivas y, cada vez m¨¢s frecuentes, crisis de refugiados.

La normativa europea (el llamado Reglamento de Dubl¨ªn) establece que, en general, el pa¨ªs de llegada de un migrante irregular debe ser el encargado de atenderle, verificar su derecho o no al asilo y, en caso negativo, devolverle a su pa¨ªs de origen. El fracaso de la norma en momentos de crisis migratoria ha sido evidente y ha provocado que algunos pa¨ªses, como Italia, dejasen pasar a los migrantes camino del norte de Europa, o que otros, como Grecia, mantengan a miles de personas hacinadas en condiciones infrahumanas en centros de detenci¨®n.

La futura presidenta de la Comisi¨®n, la alemana Ursula von der Leyen, reconoc¨ªa en una reciente entrevista con EL PA?S, la disparatada situaci¨®n provocada por el Reglamento de Dubl¨ªn. ¡°Debo admitir que me pregunto c¨®mo un acuerdo tan fallido pudo llegar a firmarse¡±, se?alaba Von der Leyen. Y recordaba que ¡°lo que Italia quiere es una reforma del sistema disfuncional de Dubl¨ªn¡±.

La Comisi¨®n lleva a?os planteando esa reforma, pero sus propuestas no han sido menos disparatadas que el reglamento en vigor. ¡°En ciertos casos, agravar¨ªa a¨²n m¨¢s la situaci¨®n de los pa¨ªses de primera l¨ªnea al reforzar las obligaciones que afrontan¡±, avisa una fuente diplom¨¢tica de un pa¨ªs meridional.

La reforma, adem¨¢s, puso en pie de guerra a los pa¨ªses de Europa central y del Este al intentar introducir un sistema de reparto de refugiados con cuotas obligatorias. Y amenazaba a los pa¨ªses renuentes, como Polonia o Hungr¨ªa, con sanciones de hasta 225.000 euros por cada refugiado no aceptado, una aportaci¨®n desproporcionada para Estados donde el salario m¨ªnimo ronda los 500 euros y muchos pensionistas perciben 300 euros mensuales.

El fracaso de la reforma ha obligado a buscar soluciones alternativas, como el reparto de los refugiados caso por caso. Francia y Alemania han propuesto establecer un mecanismo de reparto entre los pa¨ªses que deseen participar. Pero la idea no ha prosperado por el rechazo frontal de Salvini y las reticencias de algunos socios, entre ellos Espa?a.

Ante el bloqueo, la Comisi¨®n saliente de Jean-Claude Juncker parece haber arrojado ya la toalla. El equipo de Juncker ni siquiera ha sido todav¨ªa capaz de responder a la carta del presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, que el pasado 8 de agosto reclam¨® a Juncker una intervenci¨®n humanitaria para garantizar el reparto justo de los migrantes estancados en la cubierta del Open Arms. Si Bruselas no reacciona, urg¨ªa Sassoli, ¡°significar¨¢ que Europa ha perdido su alma y su coraz¨®n¡±.

La Comisi¨®n ni ha reaccionado ni ha respondido todav¨ªa a Sassoli. Fuentes del organismo justifican la pasividad ¡°por el riesgo de sentar un precedente, que obligar¨ªa a la Comisi¨®n a tomar la iniciativa cada vez que se produzca un conflicto sobre el desembarco de un barco¡±.

Bruselas, a menudo acusada de querer acaparar competencias, en el espinoso tema de la migraci¨®n prefiere dejar todo el protagonismo a unos gobiernos nacionales que parecen desbordados por la situaci¨®n.

Von der Leyen asegura que tan pronto como tome posesi¨®n buscar¨¢ un nuevo acuerdo sobre pol¨ªtica migratoria y de asilo. Objetivo: una soluci¨®n europea para un problema europeo. Pero esa tarea empezar¨¢ con la nueva Comisi¨®n, que arranca, si se cumple el calendario previsto, el pr¨®ximo 1 de noviembre. Hasta entonces, la opini¨®n p¨²blica asistir¨¢ at¨®nita a la desastrosa gesti¨®n nacional de un problema continental. Y la campa?a de pol¨ªticos como Salvini seguir¨¢ viento en popa gracias a cada desembarco transformado en fiasco.