La Espa?a donde manda Vox
Cuatro alcaldes de pueblos de Castilla y Le¨®n gobiernan con el partido ultra tras abandonar el PP
En agosto, los campos de Castilla y Le¨®n est¨¢n vestidos de amarillo.?Y en la pol¨ªtica local hay alguna que otra mota verde:?aqu¨ª, entre kil¨®metros de secano, el color de?Vox ha llegado a tocar poder. En cuatro pueblos repartidos por cuatro provincias ¡ªVita (?vila), Barruelo del Valle (Valladolid), Navares de las Cuevas (Segovia), Carde?uela de Riopico (Burgos)¡ª, la alcald¨ªa pertenece al partido de ultraderecha. Una visita a tres de esas localidades permite comprobar que aqu¨ª las siglas importan poco: en las municipales a menudo se vota a la persona. Y la organizaci¨®n de las fiestas del pueblo o el estado de las calles preocupa mucho m¨¢s que la unidad de Espa?a o la inmigraci¨®n. En los tres pueblos ¡ªy tambi¨¦n en la localidad burgalesa¡ª, los alcaldes comparten adem¨¢s un viaje pol¨ªtico: del PP a Vox.
A la entrada de Navares de las Cuevas, una poblaci¨®n de solo 25 habitantes censados cercana a Sep¨²lveda, un cartel tejido a mano da la bienvenida a la ¡°Villa del ganchillo¡±. Cada farola, fuente y bolardo est¨¢ vestido de lana multicolor. Y, en la plaza, un acueducto de Segovia de ganchillo de casi tres metros desaf¨ªa a las nubes negras que anuncian tormenta de verano. ¡°Cada vez viene m¨¢s gente a verlo; hemos conseguido poner el pueblo en el mapa¡±, asegura el alcalde, Vicente Robisco, de 80 a?os.?
¡°En los pueblos peque?os hay poca pol¨ªtica. Si el alcalde trabaja por todos se le elige y, si no, se busca a otro¡±, explica el alcalde de Navares
Este octogenario va por su quinta legislatura y esta es la primera que gobierna defendiendo el verde de Vox, aunque el cambio apenas ha tenido trascendencia. ¡°Me han votado casi por unanimidad¡±, dice. Y a?ade: ¡°En los pueblos peque?os hay poca pol¨ªtica. Si el alcalde trabaja por todos se le elige y, si no, se busca a otro¡±, explica Robisco, quien lleg¨® a Navares hace dos d¨¦cadas junto a su mujer, Dorita Rodr¨ªguez, para montar un albergue; el ¨²nico negocio, junto al bar, que funciona en el pueblo.
¡°Nos fuimos del PP por principios, porque no apoyan la vida y aceptan el matrimonio gay¡±, relata Rodr¨ªguez, una versi¨®n que secunda su marido, quien dice que se cambi¨® ¡°para ser coherente con su fe¡±. Varios vecinos del pueblo quitan hierro al trueque de partidos, aunque alguno admite estar molesto, mientras pide que no se le identifique: ¡°El alcalde es muy buena persona, pero no puedo estar m¨¢s en desacuerdo con algunas cosas que piensa. De todas formas, aqu¨ª en las generales ganan los populares¡±, explica.
Tampoco le gusta vivir bajo las siglas de la extrema derecha a Javier Mart¨ªn, de 66 a?os, y vecino de Barruelo del Valle (56 habitantes) desde hace diez. ¡°Yo me quej¨¦; le dije al alcalde que me hab¨ªa costado votarle por ello, pero enseguida los vecinos me dijeron que qu¨¦ m¨¢s daba¡±, cuenta. Mart¨ªn insiste en que el primer edil, Mario De Fuentes, no ha hecho propaganda de Vox, y que ¡°al final, es una persona que se preocupa por el pueblo y no tiene rasgos autoritarios¡±. Las calles de Barruelo del Valle estrenan asfalto y actividades para los m¨¢s peque?os. De Fuentes, de 44 a?os, aprovecha para criticar a su antigua formaci¨®n, con la que gobern¨® el municipio la ¨²ltima legislatura: ¡°Si te hemos votado por llamar al matrimonio homosexual de otra forma y no lo haces, me cambio a Vox, que comparte mis ideas¡±, critica a los l¨ªderes nacionales de su expartido. Y a?ade:?¡°He reflotado el Ayuntamiento con los impuestos m¨¢s bajos que puedo poner¡±.
Una de las variables que m¨¢s explican el viraje del PP a Vox en estas alcald¨ªas es la religi¨®n
Aunque los tres regidores hayan saltado de una formaci¨®n a otra, muchos vecinos se resisten a cambiar de chaqueta. Para Antonio Mart¨ªn, alcalde de Vita (?vila), esa tendencia era de esperar: ¡°Este es un sitio muy tradicional, muy pepero. En las municipales hacen una excepci¨®n y me votan porque soy yo, y me conocen, aunque s¨¦ que a algunos de izquierdas les ha costado mucho¡±.
En este pueblo de 87 habitantes se vive de la ganader¨ªa y el cereal y, a pesar de las consignas nacionales de la ultraderecha, los inmigrantes son bienvenidos. ¡°Hemos tenido b¨²lgaros y marroqu¨ªes, hacen falta manos para la agricultura¡±, explica Mart¨ªn.
La ultraderecha arrastra ya en las comunidades aut¨®nomas a los gobiernos bipartitos de PP y Ciudadanos a asumir parte del discurso de Vox en igualdad y lucha contra la violencia de g¨¦nero. En los pueblos, una de las variables que m¨¢s explican el viraje del PP a Vox en las alcald¨ªas es la religi¨®n. En Vita, el proyecto m¨¢s reciente es pintar la parroquia, que luce suciedad acumulada. ¡°Pronto habr¨¢ una boda y la Iglesia no iba a darnos el dinero a tiempo¡±, cuenta Mart¨ªn.
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