Cuando qu¨ªmica personal y sinton¨ªa pol¨ªtica no combinan
Las relaciones privadas entre los principales l¨ªderes pol¨ªticos son escasas, corteses y cargadas de desconfianza
El primer encuentro entre Pedro S¨¢nchez y Pablo Iglesias, sin c¨¢maras y en un lugar secreto, fue tan famoso que se dieron detalles de lo que hab¨ªan comido (tortilla el l¨ªder del PSOE, pescado el de Podemos) y lo que hab¨ªan conversado (finales de la NBA, recuerdos del Estudiantes de los ochenta). Todos estaban pendientes de la relaci¨®n que se establec¨ªa entre ellos porque de ella podr¨ªa depender, en el futuro, que fuerzas de izquierda llegasen al poder. Era junio de 2015. Iglesias dijo: ¡°Me pareci¨® un tipo majo y cordial¡±.
En febrero de 2016 tuvo lugar otro encuentro, este ya en el Congreso: S¨¢nchez deb¨ªa elegir a qui¨¦n se acercaba para formar Gobierno, a Podemos o a Ciudadanos. En privado, Iglesias no desminti¨® su valoraci¨®n p¨²blica de un a?o antes sobre S¨¢nchez, pero la ampli¨® dram¨¢ticamente. Fue nada m¨¢s salir del encuentro hacia el equipo que le acompa?aba. Se quej¨® de que era demasiado ¡°soso¡±, ¡°rob¨®tico¡± y los intentos de Iglesias por relajar la conversaci¨®n (le habl¨® de series, de libros) se enfrentaban a un muro. ¡°No sale del guion¡±, dijo Iglesias.
El 30 de marzo de 2016 se produjo una segunda reuni¨®n e Iglesias se sorprendi¨® gratamente: S¨¢nchez hab¨ªa visto una de las series que le recomend¨® y hablaron m¨ªnimamente de ella. Pero lo ¨²nico que les un¨ªa era el baloncesto. Tambi¨¦n les un¨ªa lo que les separaba: el poder. Dos semanas antes, en el Congreso, Iglesias hab¨ªa dinamitado varios puentes de una tacada al referirse al pasado de ¡°cal viva¡± del PSOE.
¡°Hay un momento en 2015 en que las encuestas ponen a Iglesias, S¨¢nchez y Rivera empatados t¨¦cnicamente. Desde ese momento, los tres creen que pueden ser presidentes del Gobierno y se disuelven posibles colaboraciones porque los tres son, oficialmente, competidores, no socios. Eso resiente las relaciones personales, que yo creo que han tenido mucho que ver en el fracaso de las negociaciones. Y no alcanza a Casado, cuya relaci¨®n personal con ellos es muy buena, la mejor de todas en el ¨¢mbito privado¡±, dice Andrea Levy, compa?era de Pablo Casado en la direcci¨®n del PP.
Lo confirman fuentes cercanas al l¨ªder popular, que resaltan que la relaci¨®n m¨¢s cercana de todas es con el que menos tiene que ver pol¨ªticamente: Pablo Iglesias. El hecho de que los dos hayan tenido hijos prematuros les ha hecho estar en comunicaci¨®n m¨¢s que con cualquier otro l¨ªder, una relaci¨®n cordial que alcanza a la esposa de Pablo Casado, Isabel Torres, que ha hablado en alguna ocasi¨®n con la n¨²mero dos de Podemos y pareja de Iglesias, Irene Montero. Los dos, cuentan en el PP y confirman en Podemos, comparten m¨¦dico y se han encontrado alguna vez en el hospital Gregorio Mara?¨®n, de Madrid. Casado dijo en TVE sobre Montero e Iglesias que son ¡°unos padrazos¡±, y quiz¨¢ la mejor imagen que explique la escrupulosa distancia entre lo personal y lo pol¨ªtico sea lo ocurrido despu¨¦s de uno de los debates electorales de la ¨²ltima campa?a. Tras sacudirse de lo lindo ante las c¨¢maras, con acusaciones y descalificaciones, al acabar el debate Iglesias ense?¨® en su tel¨¦fono m¨®vil a Casado y su pareja fotos de sus hijos.
Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos y cercano a Iglesias, constata esa cordialidad con el l¨ªder del PP. ¡°Dec¨ªa Maurice Duverger, un polit¨®logo franc¨¦s, que un diputado de extrema izquierda est¨¢ m¨¢s cerca de un diputado de extrema derecha que de sus propias bases. ?Por qu¨¦? Porque en la vida parlamentaria te nutres de las mismas fuentes, acudes a las mismas tertulias, escuchas y lees a determinados opinadores¡ Hay un mundo compartido que termina afectando, y esa parte de la vida pol¨ªtica es bueno que exista porque permite acuerdos¡±. ?Y con S¨¢nchez, su socio natural? ¡°Tiene mejor relaci¨®n con Iv¨¢n Redondo [asesor de S¨¢nchez] que con ¨¦l. Intelectualmente es m¨¢s poderoso. Pero la relaci¨®n personal no ha pesado en que no haya acuerdo. Y rencor de Iglesias hacia S¨¢nchez te aseguro que no hay. S¨¢nchez cometi¨® un error cuando vet¨® a Iglesias, porque no lo vet¨® por sus ideas, sino porque entend¨ªa que la brillantez de Iglesias iba a opacarlo a ¨¦l y su tarea de gobierno, pero eso ya es un problema de su autoestima. Pablo nunca ha confundido los espacios personales con los pol¨ªticos. Hemos conocido a gente muy amable con nosotros que si nos tuviese que ejecutar dir¨ªa: ¡®Lo siento, no es nada personal¡±.
¡°En 2016, S¨¢nchez se enter¨® por boca del mism¨ªsimo Rey, Felipe VI, de que Pablo Iglesias iba a anunciar en ese momento las condiciones que pon¨ªa para apoyar su investidura. Hay cosas que son imposibles de olvidar¡±, se recuerda desde la ejecutiva del PSOE.
En cuanto a la relaci¨®n de S¨¢nchez con Casado y Rivera, ¡°los hechos hablan por s¨ª solos¡±. ¡°Rivera no le felicit¨® tras ganar las elecciones y Casado s¨ª. Rivera ha declinado ir a las dos ¨²ltimas reuniones en verano con Pedro y Casado s¨ª ha ido¡±, recalca un peso pesado de la ejecutiva del PSOE. ¡°Lo que pesa es que Iglesias mantiene la actitud de cuando ten¨ªa 71 diputados y nosotros 84. Pese a que no tiene la misma posici¨®n pol¨ªtica pide lo mismo. Y Pedro no se va a bajar. Pablo siempre ha sido un macho alfa. Como Pedro. Y por eso es muy consciente de lo que supondr¨ªa tenerle en el Consejo [de Ministros]. Por la competencia en s¨ª, m¨¢s all¨¢ de la incertidumbre que supone tener a tu lado a alguien en quien no terminas de fiarte¡±, expresaba un bar¨®n territorial en plena sinton¨ªa con el l¨ªder del PSOE.
¡°Les preocupa que podamos lucir en el Gobierno¡±, contrataca Podemos. ¡°Igual que con Rivera no hay ninguna qu¨ªmica personal, con Iglesias no da esa sensaci¨®n. No es un tema personal. Lo que hay es una diferencia pol¨ªtica¡±, recordaba en julio pasado un colaborador de S¨¢nchez.
Nadie en el PSOE ni en el Gobierno es capaz de atribuir a un hecho concreto la muy mejorable relaci¨®n entre el presidente en funciones y el l¨ªder de Ciudadanos. La conclusi¨®n a la que llegan la docena de altos cargos consultados, incluidos varios miembros de la direcci¨®n del PSOE y ministros, es que Rivera ¡°a¨²n no ha asimilado¡± la moci¨®n de censura contra Rajoy que acab¨® con S¨¢nchez en La Moncloa. ¡°Rivera se ve¨ªa como un muy probable presidente del Gobierno ante los casos de corrupci¨®n del PP y el desgaste del Ejecutivo, pero la moci¨®n lo cambi¨® todo¡±, resume uno de ellos.
¡°Las relaciones personales entre Rivera y S¨¢nchez no son buenas. Rivera no le perdonar¨¢ nunca a S¨¢nchez que matara ¡ª?para siempre?¡ª- su opci¨®n de ser presidente con la moci¨®n de censura¡±, confirma uno de los hombres m¨¢s cercanos a Rivera. ¡°S¨¢nchez no se f¨ªa de Rivera porque de alguna manera se reconoce en ¨¦l, sabe que su principal objetivo en un acuerdo ser¨¢ destrozarle para poder ser presidente. Ambos saben que la pol¨ªtica no es un lugar para hacer amigos. Son extraordinarios supervivientes y se adaptar¨¢n a la situaci¨®n que maximice las opciones que mejor puedan satisfacer su ambici¨®n¡±.
Para reconocer a simple vista el feeling entre los l¨ªderes, explica un miembro del equipo de Casado, basta fijarse en el momento en que los fot¨®grafos hacen su trabajo y los pol¨ªticos tienen que improvisar una conversaci¨®n. ¡°Rajoy hablaba del tiempo, preguntaba por la familia... S¨¢nchez se queda clavado en el sof¨¢, tenso, apretando la mand¨ªbula, porque le cuesta no ir al grano, el resto le sobra¡±, dice el entorno de Casado.
?Y qu¨¦ tipo de relaci¨®n hay ahora entre Rivera y S¨¢nchez? ¡°Inexistente despu¨¦s de la moci¨®n de censura¡±, responde Patricia Reyes, diputada de Ciudadanos cercana al l¨ªder. ¡°Antes de la moci¨®n de censura hab¨ªa una relaci¨®n cordial, pero tras ella no ha existido relaci¨®n de ning¨²n tipo. S¨¢nchez se rode¨® de personas muy diferentes a las del pacto del abrazo y comenz¨® negociaciones con [Quim] Torra. No se dign¨® a llamar a Rivera, siendo el l¨ªder del partido m¨¢s votado en Catalu?a, ni contact¨® con In¨¦s Arrimadas. Ni siquiera ha intentado acercamiento alguno despu¨¦s de las elecciones, al margen de las reuniones oficiales de rigor. En cambio, con Iglesias las relaciones eran mucho m¨¢s fluidas, fue ¨¦l quien ayud¨® a S¨¢nchez a recabar los votos de los independentistas para sacar adelante la moci¨®n de censura y siempre tuvo la consideraci¨®n de socio preferente. No creo que la relaci¨®n personal entre ellos haya tenido nada que ver con el fracaso de la negociaci¨®n¡±.
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