De cortijillos para pobres a chalets de 400.000 euros
La costa granadina se pobl¨® de edificaciones ilegales con la llegada de la democracia
¡°Si los ricos tienen cortijos, los pobres tambi¨¦n tenemos derecho a uno¡±. As¨ª comenz¨® el desmadre urban¨ªstico en Motril, en la costa de Granada, repleta de lo que los vecinos ya conocen como ¡°los cortijillos¡±. Pero hace mucho que las construcciones dejaron de ser cortijillos para convertirse en chalets y segundas residencias de post¨ªn. Son m¨¢s de 400 viviendas en la zona de Las Zorreras, que llegan a las 2.000 diseminadas en los alrededores de la ciudad de Motril. Tienen todo lo necesario para vivir: luz, agua y carretera asfaltada, pero les falta un documento, la licencia que convierte esas casas en legales. En toda la costa granadina, las casas fuera de la normativa suman 6.885, seg¨²n los datos oficiales de la Junta?de Andaluc¨ªa.
Las viviendas de Las Zorreras y alrededores motrile?os comenzaron a brotar, cuentan los lugare?os, con la llegada de la democracia. Antonio, propietario de una vivienda legal, lo recuerda: ¡°Aqu¨ª todo el mundo ten¨ªa unos marjales [unidad de medida de superficie utilizada por la zona] de terreno del abuelo y empezaron a construir casas de aperos¡±. La realidad pol¨ªtica de Motril tuvo su peso, cuenta un portavoz de Ecologistas en Acci¨®n. En 1979, alcanz¨® la alcald¨ªa el Partido de los Trabajadores de Espa?a. Con el viento a favor de esa formaci¨®n de tendencias mao¨ªstas, los trabajadores comenzaron a construir sus propios cortijos. ¡°Al principio de 40 o 50 metros cuadrados¡±, explica Antonio, ¡°pero luego a todo el mundo se le qued¨® peque?o¡±. A apenas 100 metros de su casa, Antonio se?ala un chalet de varias plantas que acaba de ser vendido. El precio inicial era de 600.000 euros. El final, calcula, ¡°no habr¨¢ bajado de 400.000¡±. No est¨¢ mal para no tener los papeles en regla.
Muchos lugare?os piensan ¨Co quieren pensar¨C que como pagan recibos de agua, de luz o de IBI, su vivienda es legal. Lo cierto es que no, pese a los varios intentos de adaptar la situaci¨®n a la normativa urban¨ªstica. ¡°En 2007, el Ayuntamiento intent¨® una regularizaci¨®n, que no s¨¦ muy bien lo que era¡±, explica el vecino. ¡°Jam¨¢s hablaron de legalizaci¨®n. Supongo que era algo parecido a registrar las viviendas y tomar nota de su existencia. Pero aquello no sirvi¨® de mucho¡±. En 2013, la Junta aprob¨® ya un decreto de legalizaci¨®n de este tipo de viviendas, pero muchas no pod¨ªan acogerse por defectos b¨¢sicos, como la escasa calidad de la construcci¨®n o porque estaban sobre ca?adas y excesivamente cercanos a caminos. Apenas un centenar de viviendas consigui¨® legalizarse entonces.
En Las Zorreras, casi no hab¨ªa nadie en los imponentes chalets en la tarde del mi¨¦rcoles. Y, entre los pocos transe¨²ntes, algunos ni siquiera sab¨ªan que la Junta ha legalizado finalmente sus casas.
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