¡°Yo, ?ngel Gonz¨¢lez Acosta, declaro que no estoy muerto¡±

Ha tenido que grabar un v¨ªdeo y colgarlo en Facebook con un mensaje inequ¨ªvoco: ¡°Hoy, 23 de septiembre de 2019, yo, ?ngel Gonz¨¢lez Acosta, declaro que estoy vivo¡±. Y ciertamente, lo est¨¢. Su hija Ang¨¦lica, de 39 a?os, con la que vive en Venezuela, lo corrobora en conversaci¨®n telef¨®nica: ¡°Yo lo veo todas las ma?anas, vivo en la misma casa que ¨¦l¡±. Pero seg¨²n el Juzgado de Primera Instancia e Instrucci¨®n de Los Llanos de Aridane (La Palma), y a instancias de otra de las hijas de ?ngel, est¨¢ oficialmente fallecido desde 2010 ¡ªcon el 1 de enero de 2008 como fecha del deceso¡ª.

Justo hoy, 3 de octubre, a ?ngel le toca soplar las velas de su 86 cumplea?os. Aunque no est¨¢ para muchas celebraciones desde que en 2017 se enter¨® de que ya no estaba entre los vivos. ¡°?Pap¨¢, t¨² est¨¢s muerto?¡±, le pregunt¨® Ang¨¦lica cuando recibi¨® una partida de nacimiento de su padre, espa?ol nacido en La Laguna (Tenerife) en 1933, al ver la nota al margen que certificaba su muerte. ¡°?C¨®mo?¡±, replic¨® ¨¦l incr¨¦dulo. Lo primero que creyeron fue que se trataba de un simple error de alg¨²n funcionario. Sus pesquisas les llevaron, sin embargo, a una revelaci¨®n inesperada. Hab¨ªa sido la propia hija de ?ngel, aquella que dej¨® junto con su madre en las islas en 1978 cuando emigr¨® a Venezuela, la que hab¨ªa instado el procedimiento en 2007 ante el juzgado palmero. ?l se volvi¨® a casar despu¨¦s con otra mujer en su pa¨ªs de acogida.

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias confirma que las investigaciones se iniciaron a petici¨®n de Mar¨ªa Gonz¨¢lez. Se publicaron anuncios en el BOE, en Radio Nacional de Espa?a y en diarios locales para que quienes tuvieran noticias de la existencia del padre de aquella lo pusieran en conocimiento del juzgado. Tambi¨¦n se practicaron pruebas testificales y se libr¨® oficio al censo de Venezuela. Nada result¨®. As¨ª que, de acuerdo con lo que establece el C¨®digo Civil en su art¨ªculo 193, al haber transcurrido diez a?os desde las ¨²ltimas noticias habidas del ausente, o, a falta de estas, desde su desaparici¨®n (o tras cinco a?os si al expirar ese plazo hubiera cumplido 75), se declar¨® su fallecimiento.

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?ngel desconoce las razones que llevaron a Mar¨ªa Gonz¨¢lez a iniciar el procedimiento. ¡°Me he sentido un poquito desmejorado porque aunque est¨¦ vivo afecta bastante, precisamente porque fue mi hija la que me dio por muerto¡±, cuenta tambi¨¦n por tel¨¦fono. A pesar de ello, no le hace ning¨²n reproche y solo espera que lo declaren vivo (¡°que me quiten este peso que tengo¡±, reclama). En esa lucha est¨¢ acompa?ado de su otra hija, Ang¨¦lica, quien promovi¨® una reciente reuni¨®n de ambos con el c¨®nsul espa?ol en Venezuela para que este diera fe de que su padre vive: ¡°Yo lo estoy viendo, pero no lo puedo declarar vivo, ha de ser un juez¡±, le contest¨® a su petici¨®n.

Ang¨¦lica desea que todo se solucione lo antes posible para que su padre, que mantiene la nacionalidad espa?ola y cuya c¨¦dula de extranjer¨ªa ha caducado, pueda tramitar ayudas que le correspondan y realizar cualquier gesti¨®n que requiera en su d¨ªa a d¨ªa. El mismo juzgado de La Palma que declar¨® el fallecimiento ha iniciado ya el procedimiento para revocarlo. El TSJC informa de que el ¨®rgano judicial est¨¢ ultimando las gestiones para contactar con el interesado, ¡°pues solo ¨¦l puede acreditar su identidad y que la declaraci¨®n de fallecimiento es err¨®nea¡±.

?C¨®mo hacerlo? La posibilidad de emprender un viaje a Espa?a, adem¨¢s del elevado coste econ¨®mico que supondr¨ªa, le genera incertidumbres: ¡°?Le dejar¨¢n entrar si est¨¢ muerto? Para ellos ser¨¢ como un muerto viviente¡±. Pide a cualquier profesional experto en leyes o a una ONG en Espa?a que les ayude en su causa. Ella, de momento, enviar¨¢ estos d¨ªas un correo electr¨®nico al juzgado con la esperanza de acabar con el vital enredo. ¡°Quiero que me lo resuciten¡±, zanja.