El milenial que cambi¨® su empresa por la alcald¨ªa
El socialista Luis Salaya, el regidor m¨¢s joven de una capital de provincia, gobierna C¨¢ceres con 31 a?os
Cuando Luis Salaya (Zaragoza, 31 a?os) era un adolescente consigui¨® que el Ayuntamiento de C¨¢ceres pusiese un bus nocturno a Mejostilla, el barrio obrero al que lleg¨® con su familia a los 12 a?os. Hoy no descarta recuperar el servicio ¡ªque fue eliminado por el anterior equipo municipal¡ª con el bast¨®n de mando en la mano. Tras vencer por solo tres votos en las primarias socialistas a dos candidatos que podr¨ªan ser sus padres, soportar en la oposici¨®n que le llamaran nini y desafiar a la crisis con una startup, el 15 de junio se convirti¨® en el regidor m¨¢s joven de una capital de provincia.
Pero no es un alcalde por sorpresa.La vocaci¨®n pol¨ªtica de Salaya viene de lejos y se traduce en una determinaci¨®n ¡°impropia de su edad¡±, explica la teniente de alcalde, Mar¨ªa Jos¨¦ Pulido, que comparte con la madre del regidor una larga trayectoria de lucha feminista. Esa determinaci¨®n le vali¨® para aparcar los estudios de Derecho y fundar una academia de oratoria con 104 euros, transformarla en una exitosa compa?¨ªa de recursos humanos despu¨¦s de arruinarse y dejarla cuando empez¨® la campa?a de las municipales de mayo. Pablo Borrega, su amigo y socio desde los tiempos del club de debate de la Universidad de Extremadura, define al alcalde como un hombre met¨®dico, en¨¦rgico y, en cierta medida, visionario: ¡°Luis ten¨ªa la empresa en la cabeza y ahora me juego una mano a que tiene C¨¢ceres en la cabeza¡±. A Salaya, asegura su amigo, lo echaron del club de debate porque ganaba siempre.
Cr¨ªticas a la cercan¨ªa con el Gobierno extreme?o
La cercan¨ªa con el Gobierno extreme?o ha despertado dudas en algunos sectores sobre el discurso de Luis Salaya, y sus cr¨ªticos lo acusan de no mostrar la misma beligerancia en la defensa de los intereses de la ciudad que cuando estaba en la oposici¨®n.
Juan Carlos Caso, portavoz de la Agrupaci¨®n Vecinal de C¨¢ceres, desmitifica la imagen del nuevo alcalde como un pol¨ªtico cercano: ¡°Es un chico que siempre se ha dedicado a los movimientos sociales ecologistas, feministas o LGTBI, pero si lo sacas de ah¨ª a¨²n est¨¢ muy verde y le falta sensibilidad con el resto de colectivos¡±, se lamenta, en referencia a una c¨¦ntrica rampa que el regidor no ha querido cambiar pese al riesgo que supone para las personas que, como Caso, padecen una discapacidad f¨ªsica.
En una ciudad de 100.000 habitantes, con un tejido industrial d¨¦bil y una tasa de paro del 18%, el nuevo alcalde pretende dirigir el Ayuntamiento como si fuera una startup. Para ello se ha rodeado de concejales procedentes de la sociedad civil, con la consigna de hacer de C¨¢ceres una urbe ideal para emprender y mantener una relaci¨®n directa con sus clientes: los ciudadanos. Sin embargo, Salaya no puede evitar re¨ªrse cuando se le dice que su estilo de gobernar se parece m¨¢s al de la formaci¨®n de Albert Rivera que al del PSOE de Extremadura. ¡°Podr¨ªa asociarse a esa imagen, porque yo concibo la pol¨ªtica como algo temporal. En el PSOE ha habido personas que han hecho toda su carrera en las instituciones, pero si son muchos echamos a perder el partido¡±, reflexiona en su despacho, donde el iPad ha sustituido a los papeles y no falta una fotograf¨ªa con el presidente de la Junta, el socialista Guillermo Fern¨¢ndez Vara.
A juzgar por los concejales que lo apoyan y los que no, si algo tiene Salaya es empat¨ªa. Tanta, que a veces resulta dif¨ªcil trabajar con ¨¦l. ¡°El primer d¨ªa nos dijo que no ¨ªbamos a perder ni un solo minuto en hablar de la herencia que nos dej¨® el PP¡±, destaca Pulido, la teniente de alcalde, que ve como en cada reuni¨®n su jefe contrapone las propuestas del equipo de Gobierno con los argumentos de la oposici¨®n antes de decidir. Esta cualidad, heredada de un debate universitario que te obliga a preparar dos posturas contrarias, le ha granjeado problemas pol¨ªticos, como cuando recibi¨® al portavoz de Vox en la ronda de contactos tras su llegada a la alcald¨ªa. ¡°?l me dijo que no lo prejuzgara y ante eso es muy dif¨ªcil decir que no¡±, explica Salaya, al tiempo que bebe de una cantimplora de Starbucks, donde una tarde naci¨® su empresa alrededor de un caf¨¦ y un ordenador port¨¢til.
El regidor tiene claro que su trayectoria pol¨ªtica terminar¨¢ el d¨ªa que deje de sostener el bast¨®n de mando de la ciudad que lo vio crecer. Mientras su socio espera en Madrid la vuelta del hijo pr¨®digo, Salaya desayuna en los bares de C¨¢ceres para escuchar los problemas de los vecinos y acude al Ayuntamiento en bicicleta para afrontarlos. Sin embargo, hay uno que solo puede curar el paso de tiempo: su edad. ¡°Cuando eres joven tienes que demostrar el doble¡±, asume con franqueza. De momento, tendr¨¢ que demostrar que no hay bus nocturno que se le resista.
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