La ca¨ªda de El Tomate, el narco discreto y respetado del Guadalquivir
El traficante m¨¢s importante de Sanl¨²car ha acabado detenido en una operaci¨®n junto a otros 44 miembros de su banda
Caballos, gallos de pelea y la virgen del Roc¨ªo. Nada de lujos extravagantes ni ostentaci¨®n, Antonio R.P. viv¨ªa sin grandes estridencias. As¨ª es como este sanluque?o de 44 a?os pas¨® inadvertido durante a?os. En las ant¨ªpodas de algunos traficantes del Campo de Gibraltar, hostigados ahora por el cerco policial, la vida le iba bien a?El Tomate hasta que ¨¦l tambi¨¦n ha ca¨ªdo.
Ni su BMW de m¨¢s de diez a?os, ni su rumoreada racaner¨ªa, ni su aparente vida tranquila y hogare?a han evitado que El Tomate acabe detenido junto a otros 44 miembros de su banda en la Operaci¨®n Candela-Narh, protagonizada por la Polic¨ªa Nacional, Guardia Civil y Agencia Tributaria. Este narco no escatimaba en precauciones para pasar desapercibido, tanto en su modesta vida diaria, como en sus alijos a trav¨¦s del r¨ªo Guadalquivir. Sin embargo, tanta discreci¨®n ocultaba un alijo de 7,7 toneladas de hach¨ªs que su banda custodiaba, adem¨¢s de ocho armas de fuego que los agentes han conseguido intervenir.
¡°De ¨¦l bromean que hasta tiene guardado el dinero de la comuni¨®n del ni?o¡±, aseguraba un polic¨ªa a EL PA?S el pasado mes de agosto. Para entonces, los agentes ya lo ten¨ªan en el punto de mira desde hac¨ªa meses. Su ca¨ªda se presum¨ªa pronto, acelerada a su vez por el esc¨¢ndalo que supuso que el pasado 4 de agosto una fore?a ¡ªuna embarcaci¨®n habitual de pesca¡ª acabase embarrancada en la playa de Bajo de Gu¨ªa atestada con 1.000 kilos de hach¨ªs y ante la incr¨¦dula mirada de los ba?istas. Los ocupantes eran hombres de El Tomate que intentaban librarse de los agentes en una peligrosa persecuci¨®n.
La banda de El Tomate usaba la desembocadura del r¨ªo Guadalquivir para transbordar el hach¨ªs que el narco sanluque?o compraba a su proveedor de siempre de Marruecos. Al amparo de una embarcaci¨®n naufragada conocida como "el barco del arroz", la mafia repart¨ªa la carga de droga en potentes semirr¨ªgidas o en una peque?a flota pesquera con base en Sanl¨²car que eran propiedad de los cu?ados de Antonio, apodados Los Candelas. Una vez con la carga dividida, los pilotos tiraban de pericia y temeridad para librarse de los agentes y conseguir alijar la droga en el Guadalquivir, un r¨ªo lleno de complicados recovecos, ca?os y marismas donde la navegaci¨®n hace posible llegar hasta la provincia de Sevilla.
El Tomate era respetado en los submundos del hach¨ªs de Sanl¨²car como un empresario fiable, que da trabajo, aunque regatea al c¨¦ntimo sus acuerdos. As¨ª fue como se convirti¨® en el narco fuerte que nunca dej¨® de mover droga en el Guadalquivir, a la sombra de los ostentosos traficantes del Campo de Gibraltar, famosos por narrar sus juergas e, incluso, sus cuitas amorosas a trav¨¦s de las redes sociales. Pero ni eso le ha librado de la detenci¨®n, que se produjo a mediados de septiembre en su casa de la zona rural Colonia Monte Algaida, aunque no ha sido divulgada hasta este lunes por la polic¨ªa en un comunicado. Tanto en los registros de su domicilio como de otros implicados en su negocio los agentes han encontrado 7,7 toneladas de hach¨ªs, ocho armas de fuego, seis coches ¡ªtres eran robados¡ª, seis embarcaciones y 91.000 euros en met¨¢lico.
El juez encargado de la investigaci¨®n ha encontrado indicios suficientes para mantenerlo, desde entonces, en prisi¨®n provisional. Aunque no es nada nuevo para ¨¦l, esta es la tercera vez que el narco se las ve con la Justicia. En el juego del rat¨®n y el gato, Antonio R.P. lleg¨® a huir a Marruecos en una de las ocasiones anteriores para zafarse de una detenci¨®n. Pero acabaron pill¨¢ndolo en 2011, cuando regres¨® a Sanl¨²car para estar presente en un evento privado de doma. Desde entonces, se hab¨ªa vuelto a¨²n m¨¢s comedido. Ahora, ni su discreci¨®n le ha librado de volverse a ver esposado.
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