Una singularidad en el bloque europeo

La socialdemocracia y su izquierda. Dos ideolog¨ªas que, aunque se encuentran en el mismo lado del tablero, no suelen entenderse. Al menos no para compartir un Ejecutivo. Espa?a no es la excepci¨®n, y hasta el martes, era parte de la norma en la pol¨ªtica europea. Con el acuerdo alcanzado entre el PSOE y Unidas Podemos, el pa¨ªs se convierte en una anomal¨ªa y se encamina a ser el ¨²nico Gobierno progresista de coalici¨®n en la UE. Una situaci¨®n que ha ocurrido pocas veces en el continente.

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El caso espa?ol no ser¨¢ el ¨²nico en la historia reciente, pero s¨ª el m¨¢s llamativo desde el experimento de Francia durante los Gobiernos socialistas de Fran?ois Mitterrand (1981-1995) y de Lionel Jospin (1997-2002). Alberto Penad¨¦s, profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad de Salamanca, advierte de que la experiencia europea en este tipo de Gobiernos ¡°suele terminar mal¡± y recuerda que la coalici¨®n de Jospin concluy¨® con una desbandada previa a las elecciones de 2002, donde el socialista qued¨® eliminado en la primera vuelta.

Esta falta de ejemplos a nivel europeo tambi¨¦n se ve reflejada en la actualidad. Espa?a se convertir¨ªa en el ¨²nico pa¨ªs de los Veintisiete donde la socialdemocracia y su izquierda se repartir¨ªan las responsabilidades de Gobierno. Santiago P¨¦rez-Nievas, profesor del Departamento de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, no cree que este sea un fen¨®meno extra?o: ¡°Al final, debemos comprender que, aunque la socialdemocracia tiende al centro, las fuerzas progresistas siempre se disputar¨¢n a los votantes de un mismo sector¡±. En Finlandia, la Alianza de la Izquierda?¡ªde la que forma parte el Partido Comunista¡ª ostenta las carteras de Sanidad y Educaci¨®n, pero en el Gobierno presidido por los socialdem¨®cratas tambi¨¦n hay ministerios para Los Verdes, los centristas y los liberales del Partido Popular Sueco.??

Con el acuerdo alcanzado este martes, Espa?a se apartar¨ªa de la v¨ªa portuguesa. En 2015, el socialista Ant¨®nio Costa qued¨® en segundo lugar en las elecciones parlamentarias. Sin embargo, logr¨® gobernar con un acuerdo de legislatura con los comunistas para configurar un Ejecutivo con apoyos externos. El pacto, conocido como geringon?a (chapuza), sirvi¨® como ejemplo para la posici¨®n de S¨¢nchez en las negociaciones con Iglesias. Esta f¨®rmula ha expirado tras el triunfo de Costa en los comicios de octubre de este a?o, que le permite volver a gobernar en minor¨ªa pero solo con el apoyo del Bloco de Esquerda.

Un caso que hoy por hoy podr¨ªa asimilarse a lo acordado entre Unidas Podemos y PSOE ser¨ªa Dinamarca, donde perdura una legislatura a la portuguesa. All¨ª los socialdem¨®cratas cuentan con el apoyo de liberales y de los llamados verdes-rojos. Aunque Alberto Penad¨¦s matiza: ¡°Est¨¢ claro que no es exactamente igual que en Espa?a porque son m¨¢s ecologistas que rojos¡±. Y concluye: ¡°Es m¨¢s que justo decir que lo de Espa?a ser¨ªa excepcional¡±. Italia, un ejemplo que el propio Pablo Iglesias utiliz¨® como referencia de coalici¨®n de izquierdas y donde gobierna el Partido Dem¨®crata y el Movimiento 5 Estrellas, no es una referencia. Mucho menos despu¨¦s de que este ¨²ltimo haya apoyado un Ejecutivo con la Liga de Matteo Salvini.

Los expertos concuerdan en que las diferencias entre la socialdemocracia y su izquierda no deben dar motivos para generar incertidumbre en Bruselas. Apuntan que en casos como el franc¨¦s, los socialistas optaron por nombramientos estrat¨¦gicos en algunas carteras para ¡°calmar al centro¡±. De concretarse el nuevo Ejecutivo, Espa?a formar¨ªa el primer Gobierno entre fuerzas progresistas desde la Segunda Rep¨²blica.