ERC y el viraje desde el no a S¨¢nchez a la abstenci¨®n

Ha costado m¨¢s de un mes de reuniones oficiales, otras bajo el radar, un sinf¨ªn de llamadas telef¨®nicas y un contacto permanente entre bambalinas en los que la prudencia y los pies de plomo han sido la norma. Formalmente, las conversaciones entre el PSOE y ERC arrancaron el 28 de noviembre, pero las negociaciones se remontan a los d¨ªas posteriores al acuerdo de Gobierno que Pedro S¨¢nchez y Pablo Iglesias rubricaron el 12 de noviembre. Esquerra ha necesitado las siete semanas que han transcurrido desde las elecciones generales del 10-N para completar el viraje del no a la abstenci¨®n en la investidura del presidente en funciones. Ya lo advirti¨® Gabriel Rufi¨¢n en la investidura fallida de julio. "Septiembre nos complica la vida pol¨ªtica a todos y el oto?o no ser¨¢ un buen momento para hacer pol¨ªtica, por motivos obvios", avis¨® el portavoz de los republicanos. Al final habr¨¢ investidura, pero ERC ha hecho sufrir al PSOE mucho m¨¢s de lo que esperaban en La Moncloa y Ferraz. La preocupaci¨®n fue a m¨¢s los ¨²ltimos d¨ªas, en especial tras las cr¨ªticas al discurso del Rey en Nochebuena. Catalu?a fue la ¨²nica comunidad a la que Felipe VI se refiri¨® de forma expresa y por cuya situaci¨®n mostr¨® una "seria preocupaci¨®n". Rufi¨¢n compar¨® el mensaje del Rey con "un mitin de Vox".

Un d¨ªa despu¨¦s del pacto de Gobierno entre S¨¢nchez e Iglesias, mientras los Mossos d¡¯Esquadra desalojaban la frontera de La Jonquera, una de las acciones de Tsunami Democr¨¤tic como reacci¨®n a la sentencia del proc¨¦s, ERC empezaba a vislumbrar c¨®mo enfocar¨ªa las negociaciones con el PSOE. Y con ellas, la primera pega, porque se hablaba de un problema de ¡°convivencia¡± en Catalu?a, algo con lo que los republicanos no estaban de acuerdo. ¡°Lo que hay es un conflicto pol¨ªtico¡±, insist¨ªa Pere Aragon¨¨s, coordinador de ERC y vicepresidente del Govern. As¨ª las cosas, los republicanos apuntaron el primer requisito para sentarse a hablar, junto con otra condici¨®n para la abstenci¨®n de sus 13 diputados en el Congreso, imprescindible para que S¨¢nchez pudiera ser investido presidente en segunda votaci¨®n: que el PSOE accediera a dar forma a una mesa de negociaci¨®n de Gobierno a Gobierno en la que se pudiera hablar de todo, empezando por el derecho de autodeterminaci¨®n al que los independentistas no han renunciado nunca.

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La decisi¨®n de la direcci¨®n de ERC de someter a votaci¨®n de la militancia esa cuesti¨®n sorprendi¨® al PSOE, receloso de que el proceso de acercamiento se cortocircuitara antes de empezar. ¡°?Est¨¢s de acuerdo con rechazar la investidura si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto pol¨ªtico con el Estado a trav¨¦s de una mesa de negociaci¨®n?¡±, era el tenor de la imbricada pregunta que se hizo el 25 de noviembre a las bases que respondi¨® con un rotundo 94,6% a favor de la estrategia de la c¨²pula.

El calendario que manejaba el PSOE para la investidura se ha ido retrasando ante los reparos que Esquerra iba poniendo, inquieto por no facilitarle argumentos a Junts per Catalunya en el probable adelanto electoral en Catalu?a para 2020, y que no garantizaban el ¨¦xito de la investidura. A su vez, S¨¢nchez no estaba dispuesto a presentarse por tercera vez al proceso tras los fracasos de 2016 y del pasado verano. De ah¨ª que las fechas originales que daban por segura la investidura en la semana del 16 al 20 de diciembre se pospusieran.

El siguiente plazo que los socialistas manejaron fue una investidura entre el 27 y 30 de diciembre. ERC incluso acus¨® al PSOE de hacerles "chantaje" para que S¨¢nchez fuese investido el pen¨²ltimo d¨ªa del a?o. Esquerra tampoco movi¨® ficha despu¨¦s de su congreso, despu¨¦s de que el Tribunal de Justicia de la UE resolviese que Oriol Junqueras gozaba de inmunidad parlamentaria tras la proclamaci¨®n de los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo del 26 de mayo y que el Tribunal Supremo deb¨ªa haberle excarcelado para que pudiera coger el acta como eurodiputado. La opci¨®n que finalmente ha cuajado se celebrar¨¢ los d¨ªas 4, 5 y 7 de enero, justo cuando en el PSOE ya se extend¨ªa la opini¨®n, nunca en p¨²blico, de que quiz¨¢s lo m¨¢s conveniente era dejar la investidura para despu¨¦s del d¨ªa de Reyes. Al final pesaron las presiones de los ¨²ltimos d¨ªas a ERC ¡ªque fueron a m¨¢s en la reuni¨®n de los equipos negociadores el viernes pasado¡ª, como la decisi¨®n del Gobierno de aplazar la revalorizaci¨®n de las pensiones y la subida salarial de los funcionarios hasta que se haya formado un nuevo Ejecutivo.

Las fases de la negociaci¨®n

Como era previsible, el independentismo reaccion¨® a la sentencia del proc¨¦s endureciendo sus posiciones. Junqueras, l¨ªder de Esquerra y exvicepresidente de la Generalitat, recibi¨® la pena m¨¢s alta: 13 a?os por sedici¨®n y malversaci¨®n. Y eso ha determinado las negociaciones con el PSOE. Los republicanos afrontaban la negociaci¨®n con un calendario con varios d¨ªas en rojo, pendientes de la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE y de su 28? Congreso, adem¨¢s de no dejar de mirar por el retrovisor a sus socios en la Generalitat, Junts per Catalunya, que enseguida dejaron claro que sus ocho diputados votar¨ªan no a S¨¢nchez.

Formalmente, las negociaciones entre los socialistas y ERC comenzaron el 28 de noviembre. La reuni¨®n sirvi¨® para constatar las discrepancias y el recelo mutuo, pero tambi¨¦n la predisposici¨®n por el di¨¢logo. Ya entonces el equipo negociador de Esquerra ¡ªGabriel Rufi¨¢n, Marta Vilalta, adjunta a la secretar¨ªa general, y Josep Mar¨ªa Jov¨¦, presidente del consejo nacional del partido; los dos ¨²ltimos representantes del sector m¨¢s duro de ERC¡ª exigi¨® una mesa de di¨¢logo entre el Gobierno y la Generalitat. ¡°Una mesa de negociaci¨®n que se fundamenta en cuatro pilares: que sea entre Gobiernos, sin apriorismos ni temas vetados [esto es que se pueda hablar de autodeterminaci¨®n y de amnist¨ªa, por ejemplo], con calendario y con garant¨ªas de cumplimiento¡±, defend¨ªa ERC.

Los mediadores socialistas ¡ªAdriana Lastra, vicesecretaria general y portavoz en el Congreso; Jos¨¦ Luis ?balos, secretario de organizaci¨®n del PSOE y ministro de Fomento en funciones; y Salvador Illa, secretario de organizaci¨®n del PSC¡ª propon¨ªan la comisi¨®n bilateral que ya existe entre ambos Ejecutivos. Un formato por debajo de las expectativas de los independentistas, al margen de los foros ya existentes para ello, con un calendario y ¡°garant¨ªas de cumplimiento¡± de los acuerdos a los que se llegue. Y, sobre todo, donde ning¨²n tema estuviera vetado. Esquerra nunca ha ocultado que su propuesta en esa mesa es el derecho a la autodeterminaci¨®n y la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum acordado. Como gesto, abandon¨® cualquier alusi¨®n a la unilateralidad en la ponencia pol¨ªtica de cara a su congreso. Tanto en esa como en las otras reuniones, los socialistas pusieron sobre la mesa otras cuestiones, encaminadas a obtener el respaldo de ERC m¨¢s all¨¢ de la investidura, como una pol¨ªtica de medidas sociales para asegurarse un compromiso a lo largo de toda la legislatura de los republicanos.

El 3 de diciembre se produjo el segundo encuentro, de nuevo en el Congreso y horas despu¨¦s de la constituci¨®n de las Cortes. Socialistas y republicanos acordaron avanzar, esta vez en un comunicado conjunto, en la "v¨ªa pol¨ªtica" para resolver el conflicto en Catalu?a. En esa reuni¨®n ambas partes acordaron verse de nuevo una semana m¨¢s tarde. Dentro de las cesiones a ERC, los socialistas aceptaron que fuese en la capital catalana. "Constatamos avances en la definici¨®n de los instrumentos necesarios para encauzar el conflicto pol¨ªtico", se consensu¨® en el comunicado conjunto. En realidad fueron dos encuentros ¡ªel otro se celebr¨® la v¨ªspera en secreto¡ª, que se realizaron en un pol¨ªgono industrial en Barcelona para evitar, entre otras cosas, manifestaciones independentistas que a?adieran m¨¢s ruido a las negociaciones.

Con todo, ERC negoci¨® con Junts per Catalunya para intentar rebajar el tono de las cr¨ªticas y allanar las conversaciones con el PSOE. Un pacto que sin duda rondar¨¢ la campa?a de las pr¨®ximas elecciones catalanas, a¨²n sin fecha. Otro ha sido el gesto ¡°antirrepresivo¡±. ERC siempre ha exigido a S¨¢nchez que demuestre que su opci¨®n por resolver el conflicto pol¨ªtico no es la v¨ªa judicial. La decisi¨®n del tribunal de Luxemburgo fue la oportunidad que vio ERC para presionar en ese posicionamiento. De hecho, los republicanos no acabaron de despejar su posici¨®n hasta que se hizo p¨²blico el escrito de la Abogac¨ªa del Estado sobre c¨®mo aplicar la sentencia a Junqueras. Para ERC, ese pronunciamiento formal era, en cierto modo, un compromiso de rebajar la presi¨®n del ¨¢mbito penal si, de verdad, se enfocaba la resoluci¨®n del problema pol¨ªtico. Y, sobre todo, si se pretend¨ªa su abstenci¨®n para que S¨¢nchez fuese investido, finalmente, el martes de la semana pr¨®xima.