Una investidura bien vale un regreso a Pedralbes
El acuerdo con ERC agit¨® en los ¨²ltimos d¨ªas a algunos diputados que hab¨ªan garantizado su apoyo a S¨¢nchez

Tres ministras en funciones acuden el 18 de noviembre pasado, una semana despu¨¦s de las elecciones generales, a la 12? edici¨®n de los premios que concede la patronal catalana Foment del Treball. Nadia Calvi?o (Econom¨ªa), Mar¨ªa Jes¨²s Montero (Hacienda) y Margarita Robles (Defensa) escuchan con inter¨¦s a Pere Aragon¨¨s, vicepresidente de la Generalitat y hombre fuerte de ERC. En su discurso ofrece algunas claves para desatascar un futuro cargado de incertidumbre: ¡°Tenemos una oportunidad y estamos convencidos de que el di¨¢logo es la herramienta para todos. Pedralbes es una base ambigua pero necesaria para avanzar (¡) Es el primer paso de un camino que ser¨¢ dif¨ªcil y largo, pero estoy convencido de que es un buen punto de partida, porque responde al consenso cada vez m¨¢s amplio que pasa por resolver pol¨ªticamente un conflicto pol¨ªtico¡±.
La investidura de Pedro S¨¢nchez est¨¢ abocada a un nuevo fracaso si no le apoyan, entre otros, los 13 diputados de ERC. Los socialistas, que han acordado en 48 horas un Gobierno de coalici¨®n con Unidas Podemos, conocen ese riesgo. El presidente en funciones asume que la abstenci¨®n de Esquerra para su investidura bien vale un regreso a Pedralbes. La declaraci¨®n de Pedralbes, que asumieron los Gobiernos de S¨¢nchez y Torra en diciembre de 2018, establec¨ªa la puesta en marcha de un di¨¢logo sobre el futuro de Catalu?a a trav¨¦s de dos mesas de negociaci¨®n, una integrada por los partidos representados en el Parlament y otra de Gobiernos, a trav¨¦s de la comisi¨®n bilateral prevista en el Estatuto. Aquel plan fracas¨® casi antes de nacer y desencaden¨® la furibunda reacci¨®n de los tres partidos de la derecha (PP, Cs y Vox), unidos en la plaza madrile?a de Col¨®n para protestar contra unas conversaciones que nunca se iniciaron.
Diez meses de bloqueo y dos elecciones generales despu¨¦s, los socialistas comienzan la negociaci¨®n con Esquerra cediendo palabras que eliminan obst¨¢culos para el acuerdo. Primer comunicado conjunto de ERC y PSOE (28 de noviembre): ¡°Compartimos la voluntad de di¨¢logo que permita la formaci¨®n de Gobierno (¡) y encauzar el conflicto pol¨ªtico en Catalu?a desde el entendimiento institucional¡±.
El candidato S¨¢nchez hab¨ªa insistido durante la campa?a electoral en una idea que ahora molesta: ¡°El problema de Catalu?a no es de independencia sino de convivencia¡±. El PSOE borra de su argumentario el problema de convivencia en Catalu?a y acepta sin problemas el concepto de ¡°conflicto pol¨ªtico¡±. La investidura de S¨¢nchez bien vale una rectificaci¨®n sem¨¢ntica.
La primera reuni¨®n avanza pese a ¡°constatar la existencia de diferencias¡±. Siguen negociando. En los encuentros, hablan unos minutos de las cuestiones en las que el consenso es f¨¢cil: de la reforma laboral, de la derogaci¨®n de la ley mordaza, de los problemas de la vivienda, de la ley contra el cambio clim¨¢tico... El resto del tiempo lo dedican a buscar las palabras de un acuerdo sobre el futuro de Catalu?a que sea digerible para ambas partes.
ERC empieza a limar los aspectos m¨¢s ambiguos de la declaraci¨®n de Pedralbes: quiere que el di¨¢logo entre Gobiernos se saque del marco de la comisi¨®n bilateral que prev¨¦ el Estatuto (¡°el Gobierno de Espa?a y el Govern de la Generalitat de Catalunya establecer¨¢n las delegaciones de forma paritaria y con los miembros que ambas partes decidan¡±); que haya un compromiso de calendario (¡°se iniciar¨¢n los trabajos en el plazo de 15 d¨ªas desde la formaci¨®n de Gobierno de Espa?a y se establecer¨¢n plazos concretos para sus reuniones y para presentar sus conclusiones¡±) y que lo acordado se someta a consulta entre los catalanes (¡°las medidas en que se materialicen los acuerdos ser¨¢n sometidas en su caso a validaci¨®n democr¨¢tica a trav¨¦s de consulta a la ciudadan¨ªa de Catalunya, de acuerdo con los mecanismos previstos o que puedan preverse en el marco del sistema jur¨ªdico-pol¨ªtico¡±).
A mediados de diciembre, tras la segunda reuni¨®n con foto y comunicado, el acuerdo est¨¢ pr¨¢cticamente listo. Las palabras que pueden complicar el pacto no aparecen en el texto: ni Constituci¨®n ni refer¨¦ndum ni autodeterminaci¨®n. No hay vetos a las propuestas que pueda hacer cada parte, pero se incluyen coletillas ¡ª¡°en el marco del sistema jur¨ªdico-pol¨ªtico¡±¡ª para evitar interpretaciones que puedan dar al traste con lo negociado. El PSOE acepta las condiciones que Esquerra necesita garantizarse para vender el pacto en Catalu?a y coloca algunas frases en el texto para blindarse contra los ataques de sus adversarios pol¨ªticos. El acuerdo se sustenta sobre ¡°los principios de lealtad institucional y bilateralidad que rigen el marco pol¨ªtico de relaci¨®n entre el Gobierno de Espa?a y el Govern de la Generalitat¡±.
Atr¨¢s han quedado la declaraci¨®n unilateral de independencia, la aprobaci¨®n unilateral de leyes inconstitucionales, la celebraci¨®n unilateral de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n prohibido por los tribunales¡ El camino que abre Esquerra con este pacto ya no supone, en apariencia, ninguna amenaza. Los negociadores socialistas consideran que el acuerdo ¡°establece un cauce para el di¨¢logo, pero en ning¨²n caso dice nada sobre la meta de ese di¨¢logo¡±.
El PSOE tiene una meta: alcanzar un consenso sobre mejoras en el autogobierno mediante una reforma estatutaria que deber¨¢ someterse a refer¨¦ndum. El objetivo de ERC es otro: someter a refer¨¦ndum la independencia de Catalu?a. Las dos partes saben que defienden objetivos muy distintos, pero de momento han pactado una tregua que permite formar Gobierno y acabar con casi nueve meses de bloqueo institucional. ¡°Por lo menos ya estamos aqu¨ª, a ver si hablamos y nos entendemos¡±, se?alan.
Las primeras noticias sobre el acuerdo llegan el 30 de diciembre y encienden las alarmas de algunos partidos peque?os que han pactado su apoyo a S¨¢nchez. Suman pocos votos, pero pueden resultar cruciales para el resultado final. Llaman preocupados a sus interlocutores socialistas y les preguntan si S¨¢nchez ha concedido un refer¨¦ndum de secesi¨®n. ¡°Esa consulta¡±, les dicen, ¡°caso de que finalmente se produzca, ser¨¢ como las que se realizan en otras comunidades que reforman sus estatutos. Todo se har¨¢ dentro de la ley¡±. El contacto con los presidentes auton¨®micos socialistas es permanente. Solo Lamb¨¢n (Arag¨®n) y Page (Castilla-La Mancha) amagan con rebelarse. Pero les tranquilizan: ¡°No se har¨¢ nada fuera de la Constituci¨®n, no aceptaremos negociar el derecho de autodeterminaci¨®n¡±.
La preocupaci¨®n tambi¨¦n cunde en ERC porque ese 30 de diciembre algunos miembros de los CDR protestan ante la sede de los republicanos en Barcelona. Les llaman traidores y vendidos. Hablan, asustados, con los socialistas, pero aguantan la presi¨®n. Tres d¨ªas despu¨¦s, la direcci¨®n de ERC consigue validar el acuerdo en su consejo nacional sin apenas oposici¨®n.
En solo dos meses, S¨¢nchez consigui¨® la cuadratura del c¨ªrculo en las peores condiciones posibles rectificando muchas de sus decisiones anteriores. Pero, como dijo Mariano Rajoy, una cosa es lograr la investidura y otra, muy distinta, poder gobernar.
Exigencias inviables de los m¨¢s peque?os
En las etapas recorridas por el PSOE para sumar los votos necesarios, la de ERC fue la m¨¢s complicada, pero hubo otras desagradables. En la negociaci¨®n con los grupos m¨¢s peque?os, a los que S¨¢nchez tambi¨¦n necesitaba para juntar m¨¢s s¨ªes que noes, el PSOE se encontr¨® con algunas reivindicaciones inasumibles. ¡°Algunos pidieron una tarifa el¨¦ctrica m¨¢s barata para los ciudadanos de sus comunidades porque esos territorios eran excedentarios en producci¨®n de electricidad; otros hablaron de temas relacionados con la Seguridad Social para un trato diferenciado. A todos les dijimos que hab¨ªa un principio de solidaridad, de igualdad entre espa?oles y de unidad, establecido en la Constituci¨®n, que no nos podr¨ªamos saltar. Ni para Catalu?a ni para ninguna otra comunidad¡±, aseguran dirigentes socialistas conocedores de la negociaci¨®n.
El acuerdo con Unidas Podemos fue el m¨¢s sencillo. Una vez que Pedro S¨¢nchez decidi¨® que ya no le quitaba el sue?o formar un Gobierno de coalici¨®n con Pablo Iglesias, el programa com¨²n era pan comido. El acuerdo presupuestario de 2018 firmado por ambos partidos, y que naufrag¨® en el Congreso torpedeado por los independentistas, se transcribi¨® casi al pie de la letra en lo relativo a las principales cuestiones: reforma fiscal, derogaci¨®n de la reforma laboral, eliminaci¨®n de la ley mordaza, nueva legislaci¨®n sobre alquileres, ley de eutanasia¡ Adem¨¢s, se introdujeron p¨¢rrafos de compromiso dedicados a Catalu?a sin rebasar l¨ªneas rojas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.