Teresa Ribera, el poder verde de una vicepresidenta que va ¡°a muerte¡±
La futura vicepresidenta de Transici¨®n Ecol¨®gica y Reto Demogr¨¢fico es una autoridad en cambio clim¨¢tico. Su tarea ser¨¢ lidiar con el negacionismo
La especialidad de Teresa Ribera (Madrid, 50 a?os), una autoridad en cambio clim¨¢tico, lleva aparejada otra no menos dif¨ªcil: lidiar con esa corriente bien negacionista o bien esc¨¦ptica que resumi¨® un ciudadano an¨®nimo a las c¨¢maras de televisi¨®n llev¨¢ndose un dedito al ojo: ¡°D¨®nde est¨¢ la contaminaci¨®n, que yo la vea¡±. Pero no solo. Hace 12 a?os, cuando ya estaba en la administraci¨®n socialista como secretaria de Estado de Cambio Clim¨¢tico ¡ªcon anterioridad fue directora general¡ª, acudi¨® a EL PA?S a ser entrevistada por los lectores. Uno le hizo ver que sal¨ªa a correr todas las ma?anas, tomaba apuntes de la distancia recorrida y el tiempo que hac¨ªa, y hab¨ªa podido ¡°constatar¡± que el ¨²ltimo invierno hab¨ªa sido el m¨¢s largo y fr¨ªo desde 1993: ?c¨®mo pod¨ªa ser esto? Entre los favorables a la lucha contra el cambio clim¨¢tico, un hombre ¡°observaba¡± que los ciudadanos compraban cada vez coches todoterreno que contaminan m¨¢s. Un tercero preguntaba por qu¨¦ se segu¨ªan haciendo carreteras. Un cuarto se interes¨® en saber si habr¨ªa que abandonar Espa?a para combatir el calentamiento global. Tampoco es que la respuesta de la nueva vicepresidenta del Gobierno espa?ol fuese tranquilizadora: ¡°La verdad, espero que no. Estamos en una zona sensible y especialmente afectada, con escenarios de incrementos importantes en la temperatura y alteraciones significativas en los recursos h¨ªdricos disponibles¡±.
Toda la carrera pol¨ªtica de Ribera (funcionaria del Cuerpo Superior de Administraciones del Estado hasta 2012, cuando pidi¨® la excedencia, y profesora universitaria en la Aut¨®noma de Madrid) se ha construido en una causa que ha ganado en importancia en paralelo al poder e influencia de la propia Ribera: el cambio clim¨¢tico y la necesidad, cada vez m¨¢s acuciante, de actuar. Suyo fue parte del ¨¦xito de la cumbre que organiz¨® Madrid hace un mes, pero su trayectoria no comienza con Pedro S¨¢nchez ni con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, el anterior presidente del Gobierno que apost¨® por ella, sino en el Ministerio de Medio Ambiente que dirig¨ªa entonces Jaume Matas (PP), donde entr¨® como alta funcionaria en el departamento de Cambio Clim¨¢tico. Desde ah¨ª empez¨® una escalada profesional y pol¨ªtica con una idea, la de energ¨ªas renovables, planeta sostenible y reducci¨®n de emisiones, idea que la llev¨® a la empresa privada (Isofot¨®n) y al Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI), una de las instituciones mundiales clave en el desarrollo de pol¨ªticas de sostenibilidad.
Es socialdem¨®crata declarada, defensora de la sanidad y educaci¨®n p¨²blicas, donde estudiaron ella y sus tres hijas. Est¨¢ casada con Mariano Bacigalupo, miembro de la Comisi¨®n Nacional de Mercados y Competencia (CNMC). Viven en Majadahonda y, seg¨²n advierten desde su c¨ªrculo ¨ªntimo, hasta el d¨ªa antes de ser nombrada ministra se desplazaba utilizando el transporte p¨²blico, que fomenta. Es senderista, camina durante horas y una de sus aficiones es hacerlo, en cuanto puede, por la sierra de Madrid. Y entre sus pasiones, adem¨¢s de la lectura (una de sus escritoras preferidas es Almudena Grandes), est¨¢ la de cocinar. ¡°De todo y para todos¡±, dicen quienes han compartido mesa con ella. Es de familia numerosa, la mayor de cinco hermanas. Una integrante de su equipo cuenta que la madrina pol¨ªtica de Ribera, la mujer que la introdujo en esta actividad, es la abogada, activista y presidenta de Movimiento por la Paz Paquita Sauquillo, hist¨®rica defensora de las libertades durante la dictadura, diputada de la Asamblea de Madrid, eurodiputada y senadora.
¡°Cuando cree en algo, va a muerte¡±, dicen en su entorno. Es met¨®dica, paciente y obsesiva. ¡°Determinante¡± es la palabra que m¨¢s usan quienes la han visto en su acci¨®n pol¨ªtica. De ella destacan su experiencia en el ¨¢mbito de la transici¨®n ecol¨®gica que la han convertido en un referente en las pol¨ªticas europeas. Una de las razones de su vicepresidencia, m¨¢s all¨¢ de las lecturas pol¨ªticas hay que encontrarla en el mismo paralelo que las carteras de feminismo e igualdad que ten¨ªa Carmen Calvo: la intenci¨®n de que la transici¨®n ecol¨®gica sea transversal y act¨²e sobre el resto de ministerios desde una posici¨®n m¨¢s elevada. Su exposici¨®n en la vida p¨²blica no ha corregido a¨²n su oratoria, curiosamente ¨¢gil e inteligible cuando departe en privado, explicando con paciencia las cosas, pero demasiado t¨¦cnica y forzada a la hora de hacerlo en p¨²blico.
¡°La mayor torpeza que podr¨ªa cometer un mandatario es, ante el miedo a la contestaci¨®n, no hacer nada¡±, dijo hace dos meses al periodista Manuel Planelles en EL PA?S. ¡°Aquellos pa¨ªses productores de combustibles f¨®siles cuyos ingresos fiscales y el PIB siguen dependiendo enormemente de ellos corren el riesgo de quedar atrapados. Y por tanto, de no tener ingresos para financiar sus pol¨ªticas p¨²blicas demandadas por sus clases medias, no poder invertir¡ Ser¨ªa un error que alg¨²n mandatario con miedo a afrontar lo que significa el cambio no lo haga¡±, dijo. Su poder ahora, y el de su departamento, es mayor que nunca.
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