La selecci¨®n del jurado consume la primera jornada del juicio del crimen de Polop

El juicio del asesinato de Alejandro Ponsoda, alcalde de la localidad alicantina de Polop, ha consumido su primera jornada en la selecci¨®n y formaci¨®n del jurado. Cinco horas y media despu¨¦s de que comenzara el proceso, la magistrada, Cristina Costa, ha determinado el fin de la sesi¨®n, en la que estaba prevista la declaraci¨®n de uno de los acusados, Ra¨²l Montero Trevejo. La resoluci¨®n del caso, que tratar¨¢ de dilucidar un asesinato cometido hace m¨¢s de doce a?os, deber¨¢ esperar un d¨ªa m¨¢s.

Los nueve integrantes del jurado, m¨¢s dos suplentes, dictaminar¨¢n la inocencia o culpabilidad de los siete acusados, en un juicio que concluir¨¢, en principio, el pr¨®ximo 30 de enero, con la entrega del objeto del veredicto. Hasta entonces, pasar¨¢n por la sala de la Audiencia de Alicante cerca de un centenar de declarantes, incluidos los acusados y el testigo principal, protegido, y la familia de la v¨ªctima de un crimen cuya dilatada instrucci¨®n, sumada al colapso del juzgado de instrucci¨®n de Villajoyosa, ha ido postergando sucesivamente el juicio.

Los hechos sucedieron el 19 de octubre de 2007. Medio a?o despu¨¦s de su cuarta victoria por mayor¨ªa absoluta, Ponsoda llegaba a casa una noche de viernes. A punto de entrar en su aparcamiento particular, recibi¨® tres tiros a bocajarro. Agoniz¨® durante ocho d¨ªas en el Hospital de Alicante y finalmente, muri¨® a causa de las lesiones generadas por la ¨²nica bala que le impact¨®, que se qued¨® alojada en su cabeza.

Su sucesor al frente del Ayuntamiento fue el teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, Juan Cano. Dos a?os despu¨¦s, fue detenido como presunto inductor del asesinato y pas¨® ocho meses en prisi¨®n, de la que sali¨® tras pagar 20.000 euros de fianza. Seg¨²n el escrito del fiscal, en verano de 2007, Cano se reuni¨® con el empresario polopino Salvador Ros en un club de alterne del municipio cercano de Finestrat, el Mesalina. All¨ª, ¡°puestos en com¨²n acuerdo y movidos por la idea de acabar con la vida¡± de Ponsoda, solicitaron ayuda al due?o y al gerente del local, Pedro Hermosilla y Ariel Gatto, ¡°para llevar a cabo su prop¨®sito¡±.

Seg¨²n el fiscal, los instigadores del crimen se reunieron primero con un veterano mercenario confeso, el testigo protegido, y le ¡°instaron a que lo matara¡± por 35.000 euros. Sin embargo, el primer candidato se opuso y, a?os despu¨¦s, se convirti¨® en la principal baza de la acusaci¨®n, dado que no han aparecido las armas utilizadas ni se hallaron huellas o evidencias f¨ªsicas en el escenario del crimen. Su declaraci¨®n se convertir¨¢ en el argumento principal contra los acusados.

Los cuatro conspiradores contactaron entonces con los considerados autores materiales del asesinato. Un narcotraficante extreme?o, Ra¨²l Montero Trevejo, y dos habituales de los clubes de la zona, Radim Rakowski y Robert Franek, los tres con ¡°f¨¢cil acceso al mercado ilegal de armas de fuego¡±, se?ala el fiscal, quienes ¡°s¨ª accedieron a acabar con la vida de Alejandro Ponsoda a cambio de una cantidad aproximada de 50.000 euros¡±.

Todos los acusados se enfrentan a 25 a?os de c¨¢rcel por el delito de asesinato. Los tres presuntos autores materiales, adem¨¢s, podr¨ªan sumar dos a?os m¨¢s de condena por tenencia il¨ªcita de armas.

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