Gonz¨¢lez y Aznar culpan a los extremismos de romper los consensos de 1978
Los expresidentes del PSOE y PP difieren sobre la gravedad de la mesa de di¨¢logo con los independentistas en La Moncloa
Son expresidentes del Gobierno de Espa?a, hacen bolos juntos cuando hace nada se denostaban; en los foros de debate tienen m¨¢s coincidencias que discrepancias; se sienten cada vez m¨¢s liberados de ataduras partidistas, y est¨¢n entre ¡°muy preocupados¡± y ¡°angustiados¡± por la deriva extremista de la clase pol¨ªtica. Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar fueron este jueves las estrellas del I Congreso Nacional de la Sociedad Civil, en el Casino de Madrid. Los expresidentes concluyeron, con distintas expresiones, que los consensos labrados desde la Transici¨®n, en 1978, los han ¡°roto¡± los extremismos y la radicalidad. Puestos a ¡°repensar Espa?a¡±, que era el objetivo de la cita, Gonz¨¢lez pide a los pol¨ªticos que se quiten ¡°los cuchillos y navajas de la boca¡± y Aznar que construyan ideas moderadas donde est¨¦n la mayor¨ªa de los espa?oles.
Felipe Gonz¨¢lez (77 a?os) y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (67) han presidido Gobiernos durante 22 de los 42 a?os de esta etapa democr¨¢tica, los que se etiquetan como la fase ¡°madura¡±. Lo han sido todo en sus partidos y siguen siendo referentes de dos visiones ideol¨®gicas del pa¨ªs y del mundo. Gonz¨¢lez record¨®, con palabras del hist¨®rico exministro socialista de la II Rep¨²blica, Indalecio Prieto, que es ¡°socialista a fuer de liberal¡±. Y Aznar, ya se sabe, se considera un guardi¨¢n de ¡°la democracia liberal¡± como la ¨²nica posible.
El congreso, con 130 ponentes y m¨¢s de mil inscritos, pretende discutir c¨®mo habr¨ªa que reformular Espa?a desde distintos ¨¢mbitos la sociedad civil. Aznar le quiso recordar al moderador, Emilio Lamo de Espinosa, presidente del Instituto Elcano, que la idea era suya.
El expresidente del PP (1996-2004) ahond¨® en sus conocidas ideas sobre que la democracia liberal ¡°est¨¢ bajo amenaza real, con riesgos graves y enormes y con enemigos que ejercen una atracci¨®n fuerte sobre muchas capas sociales, que son los populismos y los nacionalismos¡±. Aznar profundiz¨® en el descreimiento y la p¨¦rdida de confianza de los ciudadanos en las instituciones, por culpa de los que las representan ahora y le puso fecha a ese momento crucial: ¡°Desde la Transici¨®n a 2004 Espa?a funcion¨® en una situaci¨®n de normalidad anormalmente hist¨®rica, pero el pacto de 1978 se ha roto, nos lo han roto, no se ha roto solo¡±.
El exjefe de Gobierno socialista (1982-1996), que habl¨® mucho m¨¢s que Aznar, relativiz¨® en el contexto global ¡°la crisis de gobernanza de la democracia representativa¡±, ensalz¨® ¡°la resiliencia¡± demostrada en diversas crisis por las instituciones espa?olas y enfatiz¨® cu¨¢l era su objetivo cuando lleg¨® a La Moncloa: ¡°Mejorar lo que me encontr¨¦ cuando dej¨¦ el Gobierno¡±.
Los dos expresidentes coincidieron en varios an¨¢lisis. El primero fue valorar lo inusitado de este largo periodo democr¨¢tico en Espa?a. Gonz¨¢lez se remont¨® a todas las etapas en las que se ha podido votar libremente para contextualizar que durante varios siglos esos gobiernos apenas duraban nueve meses: ¡°Hemos vuelto a la anormalidad hist¨®rica de la fragilidad y la inestabilidad¡±.
Felipe Gonz¨¢lez se mostr¨® un poco hastiado de ensalzar otra vez las virtudes y aquel esp¨ªritu de entendimiento de los Pactos de La Moncloa, de los constituyentes y para la integraci¨®n europea, pero tambi¨¦n reconoci¨®, como hab¨ªa hecho Aznar antes, que en un momento determinado ¡°se acab¨® la fiesta¡±. El socialista fij¨® esa fecha en 2015, cuando muri¨® el bipartidismo, la formaci¨®n del Gobierno se hizo inviable y se abri¨® en Espa?a una etapa que a¨²n perdura de enconados bloqueos y enfrentamientos pol¨ªticos. Gonz¨¢lez predijo entonces: ¡°Vamos hacia un Parlamento italiano, pero sin italianos que lo gestionen¡±. Este jueves lo record¨®: ¡°Desde entonces estamos en esta situaci¨®n de incertidumbre¡±. Y fue as¨ª c¨®mo reclam¨® para la vida pol¨ªtica presente ¡°acuerdos transversales, basados en los principios que nos han permitido vivir con estabilidad, para los pr¨®ximos 30 a?os¡±.
Gonz¨¢lez, que hace tiempo que se muestra cr¨ªtico con la clase pol¨ªtica actual y tambi¨¦n con su partido y algunas actuaciones de este Gobierno de coalici¨®n del PSOE y Unidas Podemos, quiso destacar frente a lo que le pasa ahora a Aznar en el PP de Pablo Casado, que ¨¦l ya no representa a nadie, pero s¨ª ofreci¨® un consejo general: ¡°Primero quitarnos el cuchillo y la navaja de la boca, para poder hablar sin cuchillo¡±.
Aznar se reconoci¨® ¡°angustiado como ciudadano espa?ol¡±, porque no le gusta nada ¡°que se vuelvan a tirar los dados al aire¡± y que los espa?oles parezcan haberse ¡°cansado de ser normales¡±. Esos lamentos dieron paso a una serie de valoraciones ya de m¨¢s actualidad de los dos expresidentes, sobre todo tras la cita de este mi¨¦rcoles en La Moncloa de dos delegaciones pol¨ªticas de los Gobiernos central y de la Generalitat.
La mesa, una 'performance'
El socialista fue el primero que aludi¨® a esa cumbre para advertir que ¡°los representantes de Catalu?a no negocian con el Estado, son Estado; van a negociar con el Gobierno central¡±. Y luego para se?alar que ¡°la descentralizaci¨®n empieza a confundirse con la centrifugaci¨®n¡±. Gonz¨¢lez admiti¨®, eso s¨ª, que en la reuni¨®n del mi¨¦rcoles en La Moncloa ¡°no pas¨® nada y en la siguiente mensual probablemente seguir¨¢ sin pasar nada¡± pero lo que s¨ª quiso subrayar es que se ha perdido el sentido de la lealtad y cont¨®, como ejemplo, que en 1981 al expresidente Adolfo Su¨¢rez le faltaban 14 votos para aprobar sus Presupuestos y entonces se ausentaron no casualmente 16 diputados socialistas.
A Gonz¨¢lez todos esos gestos, conversaciones o cesiones con los partidos nacionalistas no le agradan aunque transige con los mismos si se mantienen ¡°en el per¨ªmetro de la ley, el estatuto y la Constituci¨®n¡± y remach¨® que ¡°todo el mundo sabe que no hay espacio para la amnist¨ªa y la autodeterminaci¨®n¡± en esas normas. Lleg¨® incluso a tildar ese tipo de actos como ¡°una performance para lo que viene despu¨¦s en el oto?o, que son las elecciones catalanas¡±.
Para Aznar, sin embargo, ¡°el simple hecho de la reuni¨®n en La Moncloa tiene consecuencias graves y efectos devastadores, porque el di¨¢logo entre iguales choca con la idea de los constituyentes¡±. El pol¨ªtico popular interrumpi¨® a Gonz¨¢lez para asegurar que ninguno de los dos hubiera consentido semejante convocatoria y defendi¨® que ¡°en democracia las formas son esenciales¡±. El popular enmarc¨® esa cita ¡°en el proceso de desintegraci¨®n del Estado que estamos viviendo¡± en un pa¨ªs que ve poco normal ¡°porque le da la llave de la gobernabilidad a un se?or condenado por sedici¨®n¡±, en alusi¨®n a Oriol Junqueras, el l¨ªder de ERC.
Los dos exjefes de Gobierno volvieron a coincidir en el problema de la falta de lealtad de los partidos nacionalistas que persiguen la autodeterminaci¨®n. Felipe Gonz¨¢lez defendi¨® una reforma federal de la Constituci¨®n ¡°para garantizar con mayor claridad pol¨ªtica el precio a pagar por la deslealtad institucional¡± y matiz¨® ah¨ª que no quer¨ªa hablar de reformas del C¨®digo Penal para suavizar algunos delitos, como el propio de sedici¨®n o el de rebeli¨®n. Aznar, sobre ese ¨²ltimo punto, se mostr¨® ¡°absolutamente de acuerdo¡±.
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