M¨¢s de 30.000 euros en bonos salvan a un restaurante de su probable quiebra

Hay lugares en los que los peque?os detalles acaban generando grandes compromisos. Personas que con su actitud logran convertir esos espacios en irremplazables. Miguel Justo tiene la suerte de ser uno de ellos. Propietario del restaurante LAR, en el centro de Bilbao, lanz¨® un SOS desesperado a finales de abril, y en apenas una semana los habituales de sus mesas y de su barra le han devuelto la esperanza, a ¨¦l y a sus otros seis empleados. En torno a 100 de sus clientes le han comprado bonos de comida futuros por valor de 30.000 euros. "Estamos emocionados, pens¨¢bamos en cerrar y ahora estoy deseando volver a empezar".

Quiz¨¢s no sea casualidad que su local est¨¢ en la calle Amistad, en el n¨²mero cinco, junto al Ayuntamiento de Bilbao. Quiz¨¢s tampoco sea una casualidad que en su peque?o local, cada una de las mesas tenga el nombre de sus habituales. "Aqu¨ª no decimos marchando la mesa uno o la tres, aqu¨ª les llamamos por el nombre de los que vienen, la de Juan, la de I?aki...".

Alucinado, Miguel explica que no solo a partir de ahora sino desde siempre todos sus clientes forman parte de la familia numerosa de sus pensamientos, de ese grupo de personas para las que cocinan y sirven como si lo hicieran para ellos mismos, con la honestidad de quien da lo que puede con la mejor de sus sonrisas y con una aut¨¦ntica sobredosis de buen rollo. "Esto es una broma pero si alguien ha demostrado que es de Bilbao son todos ellos", dice. Lar lleva 15 a?os dando de comer y de charlar a gente que repite, y eso ha hecho que muchos de ellos sean amigos. "Al principio era la comida, el est¨®mago manda", recuerda, "pero luego se ha generado una relaci¨®n extraordinaria entre ellos y su propia familia. Casado con Laura, la cocinera del LAR, todos se conocen incluso sus hijos, Julen, "del Athletic hasta los huesos", y Mikel, el mayor.

Parec¨ªa todo mentira y sin embargo era verdad. Una verdad que le comunic¨® el banco. El 29 de abril, mand¨® un mensaje a trav¨¦s de WhatsApp ofreciendo dos tipos de bonos, cinco men¨²s por 40 euros por men¨² (200 euros) o diez men¨²s por 30 euros men¨² (300 euros), y el sistema enloqueci¨®. Su entidad financiera le dio un aviso cuatro d¨ªas despu¨¦s de que algo estaba pasando a trav¨¦s del sistema de pago inmediato Bizum porque estaba superando el l¨ªmite de transferencias diarias a trav¨¦s de este sistema. Y tanto. En ese periodo inicial sus amigos le compraron por valor de 28.500 euros, y ya va por encima de los 30.000.

Miguel ¡ªy como ¨¦l miles de restauradores y de propietarios de bares y tabernas¡ª tiene un serio problema. Desde que el Gobierno decretara el cierre de bares y restaurantes el 14 de marzo, sus ingresos eran cero y sus gastos cuantiosos. A los generales de los servicios se sumaban todos los derivados de sus empleados, y el coste intangible de la incertidumbre, aunque esta cotiza en otro parqu¨¦. Al ver que el estado de alarma se iba prorrogando decidi¨® lanzar esas dos ofertas. Era una acci¨®n casi desesperada para una situaci¨®n l¨ªmite. "Sab¨ªamos que la gente estaba como nosotros, mal, y no sab¨ªamos si iba a funcionar, pero lo hicimos y la respuesta est¨¢ siendo impresionante. Quiero empezar a cocinar para ellos", dice.