Rafael Jord¨¢, CEO de Open Cosmos: ¡°Antes ten¨ªas que irte fuera para cumplir tus sue?os. Ahora puedes hacerlo en Espa?a¡±
La empresa del mallorqu¨ªn de 35 a?os ha introducido innovaciones importantes en el sector de los sat¨¦lites peque?os y ofrece servicios a precios asequibles a empresas y administraciones
Hace 10 a?os, los costes de lanzar un sat¨¦lite al espacio eran una barrera tan grande que solo unos pocos gobiernos y multinacionales ten¨ªan el capital necesario para entrar en el sector. Eso empez¨® cambiar en 2015, cuando SpaceX aterriz¨® con ¨¦xito el Falcon 9, ...
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Hace 10 a?os, los costes de lanzar un sat¨¦lite al espacio eran una barrera tan grande que solo unos pocos gobiernos y multinacionales ten¨ªan el capital necesario para entrar en el sector. Eso empez¨® cambiar en 2015, cuando SpaceX aterriz¨® con ¨¦xito el Falcon 9, un cohete reutilizable capaz de enviar sat¨¦lites al espacio y volver a la base por un gasto mucho menor. Ese mismo a?o, Rafael Jord¨¢ Siquier decidi¨® dejar su trabajo en el gigante Airbus para aprovecharse de esa peque?a revoluci¨®n y crear Open Cosmos, una empresa espa?ola capaz de ofrecer el servicio espacial completo: construyen el sat¨¦lite a gusto del cliente, lo ponen en ¨®rbita y procesan los datos que reciben.
Diez a?os despu¨¦s de aquel momento, Jord¨¢ y su equipo de casi 70 personas han lanzado al espacio ocho sat¨¦lites, est¨¢n fabricando otros 18 y han recaudado 46 millones de euros en la ¨²ltima ronda de financiaci¨®n. La compa?¨ªa ha colaborado con la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en ingl¨¦s) y tiene planes de expansi¨®n en Am¨¦rica Latina, Oriente Medio y Asia.
Jord¨¢, de 35 a?os, ten¨ªa 26 cuando cre¨® la empresa. Siempre fue un joven brillante. Naci¨® en Barcelona y creci¨® en Mallorca, donde se gradu¨® del bachillerato en la escuela p¨²blica con una nota media 9,9, un premio de excelencia acad¨¦mica y la nota m¨¢s alta de selectividad de las Islas Baleares. Estudi¨® ingenier¨ªa aeroespacial en la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a y con 22 a?os empez¨® a trabajar.
Primero en Zero 2 Infinity, una empresa espa?ola que lanza globos al espacio para recabar datos. All¨ª estuvo dos a?os. A los 24 lo contrataron en Airbus, donde trabaj¨® hasta que decidi¨® apostarlo todo por una nueva idea: Open Cosmos. Lo primero que ten¨ªa que decidir era el lugar en el que iba a montar la empresa. Las opciones eran Espa?a, Estados Unidos (donde ten¨ªa acceso a mayor financiaci¨®n) o Reino Unido. ¡°Pero era un chaval de 26 a?os, y a esa edad es muy dif¨ªcil que conf¨ªen en ti para invertir. As¨ª que decid¨ª montar dos empresas, una aqu¨ª y otra en Reino Unido¡±, cuenta Jord¨¢ por videollamada desde Barcelona, donde asisti¨® al Mobile World Congress.
Tres productos clave
Open Cosmos se vertebra sobre tres patas. Open Orbit es el ¨¢rea destinada a dise?ar los sat¨¦lites con el cliente, ponerlos en ¨®rbita y operarlos. Platero, por ejemplo, es un sat¨¦lite que lanzaron para la Junta de Andaluc¨ªa con el objetivo de cuantificar el impacto del cambio clim¨¢tico en el sector agrario y pesquero y mejorar la gesti¨®n de la biodiversidad. Lleg¨® hasta el espacio en un cohete de SpaceX, pesa 9 kilos y est¨¢ a m¨¢s de 550 kil¨®metros de altitud. Tiene una c¨¢mara que puede comunicarse con sensores en el suelo para monitorear la humedad, la vida silvestre o la calidad del agua. Otro de los sat¨¦lites que ya tienen en ¨®rbita se llama Menut y fue lanzado con la colaboraci¨®n de la Generalitat de Catalu?a para ayudarles a combatir el cambio clim¨¢tico y atender las necesidades del territorio.
El sat¨¦lite Menut forma parte de Open Constellation, la segunda ¨¢rea clave en la empresa. ¡°Una constelaci¨®n no es m¨¢s que una serie de sat¨¦lites que van dando vuelas a la Tierra de forma coordinada¡±, explica Jord¨¢. Normalmente, estas constelaciones de sat¨¦lites son propiedad de una sola compa?¨ªa o gobierno, que pone en ¨®rbita decenas de ellos, todos iguales, para recibir o suministrar una informaci¨®n concreta. Starlink, la empresa de Elon Musk que proporciona internet de alta velocidad, es una constelaci¨®n de ese tipo. La de Jord¨¢ est¨¢ formada por sat¨¦lites personalizados con diferentes funcionalidades y pertenecen a distintas empresas que colaboran bajo el paraguas de Open Cosmos.
¡°Nos dimos cuenta de que muchos clientes solo quieren datos sobre su regi¨®n de inter¨¦s, ya sea Espa?a, Portugal o Per¨². Y a esos clientes les ofrecemos colaborar con cinco o diez sat¨¦lites a esta constelaci¨®n compartida, y nosotros les damos datos de sus sat¨¦lites y del resto de la constelaci¨®n¡±, explica Jord¨¢. Es uno de sus productos estrella. ¡°En vez de pagar 200 millones de euros, aportas 20 o 30 millones y tienes acceso a la misma cantidad de datos¡±.
Al tercer servicio lo han bautizado como Data Cosmos, una plataforma de datos que re¨²ne im¨¢genes de sus propios sat¨¦lites y otros con los que colaboran para ofrecer al cliente, a trav¨¦s de un modelo de suscripci¨®n, im¨¢genes y datos sobre su zona de inter¨¦s.
Gracias a estas y otras innovaciones, la industria est¨¢ en pleno crecimiento. En 2019, el valor de la econom¨ªa del espacio se estimaba en unos 423.000 millones de d¨®lares, seg¨²n la Federaci¨®n Internacional de Astron¨¢utica (IAF). Para 2030, seg¨²n los datos de esta federaci¨®n, que coinciden con las previsiones de Bank of America, alcanzar¨¢ los 1,4 billones. Si se cumplen los pron¨®sticos, el n¨²mero de sat¨¦lites en ¨®rbita podr¨ªa triplicarse en la pr¨®xima d¨¦cada.
En Espa?a, la industria tambi¨¦n crece a pasos agigantados. El ecosistema est¨¢ compuesto de empresas medianas que generan tecnolog¨ªa puntera muy espec¨ªfica. Como Ineai Space, liderada por Daniel P¨¦rez, una startup madrile?a que dise?a motores el¨¦ctricos para que los sat¨¦lites corrijan sus ¨®rbitas. O DHV Technology, tambi¨¦n espa?ola, que fabrica paneles solares para generar energ¨ªa en el espacio.
Traer talento de vuelta a Espa?a
Desde el otro lado de la pantalla, Jord¨¢ cuenta que la apuesta que hizo por Espa?a fue firme. Ten¨ªa que serlo, porque no le pusieron las cosas f¨¢ciles. ¡°Fue muy dif¨ªcil montar la empresa en Espa?a. En Inglaterra pude arrancar en 24 horas y con un capital de 40 libras (46,8 euros al cambio actual), mientras que aqu¨ª me llev¨® seis meses y tuve que gastar como 4.000 o 5.000 euros en abogados para poder montarlo todo¡±, se lamenta. Adem¨¢s, dos meses despu¨¦s de montar la empresa en Inglaterra, le lleg¨® el primer encargo. ¡°Para hacer un sat¨¦lite y la empresa empez¨® a crecer y a facturar, pude contratar gente¡±, cuenta.
Pero, al mismo tiempo, la empresa en Espa?a no avanzaba. Aun as¨ª, pele¨® hasta que consigui¨® arrancar y empez¨® a conseguir clientes. ¡°Pese a todos los problemas, segu¨ª apostando por ella porque yo quer¨ªa hacer crecer el sector en nuestro pa¨ªs. Ahora ya tiene vol¨²menes de producci¨®n elevados¡±, asegura Jord¨¢. Ese ha sido uno de los resultados m¨¢s satisfactorios de su emprendimiento. ¡°Nunca abandonamos Espa?a porque el sector aqu¨ª tiene muchos ingredientes para ser punteros: hay ingenieros extremadamente capacitados, un sector productivo de peque?as empresas muy especializadas de primer nivel, y cada vez hay m¨¢s financiaci¨®n. Ya hay un ecosistema¡±, cuenta el CEO de Open Cosmos.
Adem¨¢s, han conseguido crear un espacio de innovaci¨®n y desarrollo profesional al que pueden volver los espa?oles que alg¨²n d¨ªa tuvieron que salir de Espa?a en busca de oportunidades. ¡°Una de las cosas m¨¢s bonitas que estamos consiguiendo es repatriar talento a Espa?a, gente que deja sus trabajos en empresas punteras en Europa o Estados Unidos para trabajar en Open Cosmos, porque sienten que aqu¨ª tambi¨¦n pueden desarrollar su carrera sin limitaciones. Antes, para cumplir sus sue?os, los ingenieros ten¨ªan que irse a la NASA y a otros lugares, pero ahora ya no hace falta¡±.