Casar la fabricaci¨®n artesanal con la transformaci¨®n digital
Productos artesanos que conviven con alta tecnolog¨ªa. Esta es la transformaci¨®n digital.
Un jarr¨®n poli¨¦drico se va generando de la nada. Una fresadora corta la tapa de una mesa-maceta. Un l¨¢ser puntea un cart¨®n con una precisi¨®n que permite precisar las constelaciones del firmamento. Son las protagonistas tecnol¨®gicas de un cambio de la transformaci¨®n digital que va a reinventar los objetos m¨¢s mundanos, desde una camiseta, a unas gafas, a una pieza de joyer¨ªa. Pero el trabajo artesanal, tanto en los bocetos previos a cada objeto a crear como en la personalizaci¨®n del mismo y sobre todo en el conocimiento que tiene que adquirir el dise?ador, no desaparece.
Es la paradoja que se vive en un fab-lab, centros de prototipado en los que se dise?an proyectos para crear, mediante el dise?o digital, cualquier utensilio de nuestro espacio f¨ªsico e incluso de nuestro cuerpo, mediante implantes, pr¨®tesis o incluso trasplantes de ¨®rganos.?
Revoluci¨®n en el prototipo
Las tecnolog¨ªas de transformaci¨®n digital viven un momento de estallido. La curva de Gartner de expectativas sobre la impresi¨®n 3D, activa desde 2005, muestra c¨®mo se han disparado para el sector m¨¦dico. La industria de pr¨®tesis impresas en 3D ha superado ya los 13.000 millones de euros de facturaci¨®n. Sin embargo, el deseo de tener una impresora en 3D en el hogar ha bajado al chocarse con una realidad ignorada sistem¨¢ticamente por los medios: la impresi¨®n 3D todav¨ªa es una tecnolog¨ªa lenta y limitada.
¡°Es, desde luego, la m¨¢s famosa. Y tambi¨¦n la que menos usamos en el fab-lab¡±, explica Daniel Garc¨ªa, m¨¢nager del Fab-Lab IED Madrid. ¡°Se usan sobre todo para piezas que consideramos complejas, como en joyer¨ªa, que no pueden hacerse con un fresado. Por ponerte un ejemplo, en una pieza que se pueda crear con las dos tecnolog¨ªas, el fresado nos tardar¨ªa una hora y media y la impresora 3D ocho horas. Y adem¨¢s no podr¨ªamos replicar esa pieza en impresi¨®n 3D, al menos no con el mismo acabado, porque los moldes que sacas no tienen la misma calidad¡±.
Hay dos mitos a derribar para que la percepci¨®n p¨²blica de la impresi¨®n 3D se ajuste a la realidad. Seg¨²n Garc¨ªa, el primero es la sensaci¨®n de que la tecnolog¨ªa habilita al ne¨®fito. ¡°Una persona se compra una impresora 3D y ya se piensa que puede hacer cualquier cosa. Cuando no tiene ni idea de lo b¨¢sico, por ejemplo c¨®mo usar un software de dise?o 3D. La tecnolog¨ªa se ha abaratado mucho por haber caducado las patentes y eso ha hecho que el usuario asuma que puede usarla sin un esfuerzo grande de aprendizaje. Cuando ve que no es as¨ª, empieza la curva de frustraci¨®n¡±. El otro mito en el que insiste Garc¨ªa son los tiempos. ¡°Toda la manipulaci¨®n de v¨ªdeos de Youtube que reproducen el proceso a c¨¢mara r¨¢pida o que hacen la trampa del corte plasmando solo el principio y el final de la fabricaci¨®n. Y claro, as¨ª la gente lo ve y se piensa: ¡®Oh, voy a poder sustituir ese manguito que se me ha estropeado de mi lavavajillas en un minuto, ya me lo hago yo¡¯. La impresora no es una termomix¡±.
¡°No hay que pensar en nosotros como f¨¢bricass, sino como centros de prototipado", Daniel Garc¨ªa, m¨¢nager del fab-lab del IED Madrid.
La verdadera revoluci¨®n que supone un fab-lab se encuentra, por el momento, en la primera fase de la creaci¨®n de un objeto: el prototipo. ¡°No hay que pensar en nosotros como f¨¢bricass, sino como centros de prototipado. En eso ahorramos ahora, con mucha menos inversi¨®n, una cantidad enorme de tiempo. Para que te hagas una idea, una plancha compleja que antes nos llevaba cortarla media hora, ahora, con una cortadora l¨¢ser, la tenemos lista en menos de un minuto. Y en un d¨ªa podemos probar dos o tres versiones de un producto. Antes en una pod¨ªas perder dos semanas¡±, apunta Ignacio Prieto, c¨®-manager del fab-lab. La clave de este ahorro es la flexibilidad de la materializaci¨®n de las ideas. Se puede fallar m¨¢s, m¨¢s r¨¢pido y a mucho menos coste en la fase esencial de la producci¨®n de un objeto.
La reinvenci¨®n de los objetos cotidianos
Kaito es una palabra tailandesa compuesta con dos lexemas: kai (huevo) y to (mesa). El huevo es un s¨ªmbolo planetario de la fertilidad y tambi¨¦n del g¨¦nesis. La gran serpiente Ofi¨®n y la diosa primigenia Eur¨ªnome copulaban para alumbrar el huevo c¨®smico en la leyenda del origen del mundo helena, seg¨²n cuenta el mit¨®logo Robert Graves en la obra Los mitos griegos. Pero Kaito es tambi¨¦n una mesa transparente con una planta en su interior, el trabajo que est¨¢n desarrollando dos alumnos del IED dentro de su fab-lab.
¡°Quer¨ªamos integrar las plantas en el hogar de una manera innovadora¡±, explica Victor Guerrero, uno de los art¨ªfices de este proyecto. ¡°Todo el ?mundo tiene las plantas en un macetero, que ocupa espacio. Quer¨ªamos coger un objeto del hogar e integrar en ¨¦l las plantas¡±. El objeto final ha sido una mesa transparente dise?ada con software por ordenador y posteriormente prototipada empleando las m¨¢quinas del fab-lab. El resultado final cuenta hasta con una ingeniosa soluci¨®n para poder iluminar las plantas sin el engorro de cables que salgan del mueble. La tapa que cierra el vaso que contiene la planta se carga por usb y permite asociarle iluminaci¨®n led.
Otro ejemplo de objeto cotidiano que se beneficia de estas tecnolog¨ªas. Las gafas que dise?a la startup Nina & Quiche. El acabado de sus gafas de madera no puede ser m¨¢s artesanal, usa una t¨¦cnica turca de estampaci¨®n de color por la que se generan dise?os aleatorios y abstractos que permean la montura. Su CEO y cofundador, Daniel Fichera, es un convencido de estos espacios: ¡°Hemos estado experimentando junto con el fab-lab tanto para el empaquetado como para futuros modelos. Lo que nos permite usar la impresi¨®n 3D es prescindir de los moldes en la fase de prototipo, lo que supone un ahorro de costes muy interesante¡±.
A pesar del inter¨¦s que despierta el espacio, Ignacio Prieto, coman¨¢ger del fab-lab, cree que Espa?a a¨²n se encuentra en una etapa ¡°balbuceante¡± para explotar todo el potencial de estos nuevos centros de prototipado. ¡°Se da el problema de que un alumno puede pasar de las aulas directamente a una gran compa?¨ªa ?sin haber tenido la experiencia de trabajar en una peque?a o mediana empresa, donde se ve lo vital que es prototipar. Es un coste que tiene que ser incluido siempre en el presupuesto de un proyecto, porque en dise?o hay que fallar mucho antes de llegar a la mejor soluci¨®n¡±. El fab-lab ofrecer¨¢ la posibilidad de alquilar el espacio y su tecnolog¨ªa para aquellos emprendedores que deseen prototipar su idea, adem¨¢s de su conocimiento para facilitar el aprendizaje y la realizaci¨®n del proyecto. Prieto no puede dar a¨²n el precio que tendr¨¢ este alquiler por persona, pero dice que una estimaci¨®n ¡°razonable¡± rondar¨ªa los 100 euros.
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