Uber: por una transici¨®n justa
Si las administraciones p¨²blicas, los taxis y las plataformas iniciamos un di¨¢logo honesto y constructivo podremos avanzar sin dejar a nadie atr¨¢s
Hace un a?o, este peri¨®dico publicaba un extenso art¨ªculo sobre la vuelta de Uber a Espa?a. En el titular, el autor destacaba nuestra apuesta por los conductores profesionales (VTC) y la noticia tuvo m¨¢s de 200 comentarios, algunos a favor y otros en contra. El art¨ªculo inclu¨ªa tambi¨¦n un mapa de los servicios de Uber en Europa. Y la conclusi¨®n en un primer vistazo era clara: Espa?a llegaba tarde a la revoluci¨®n de la movilidad. El contraste era especialmente llamativo si compar¨¢bamos Reino Unido, Francia y Espa?a. Mientras ellos ya hab¨ªan asentado modelos de movilidad avanzados como el carpooling, Espa?a daba sus primeros pasos hacia un nuevo modelo de movilidad.
Es evidente que la llegada de Uber a un pa¨ªs genera preguntas, dudas y recelos. Pero no lo es menos que Uber est¨¢ cambiando la manera en la que las ciudades se mueven. Y lo est¨¢ haciendo para mejor.
Espa?a, no volver a perder el tren de una revoluci¨®n tecnol¨®gica, Uber, su implantaci¨®n en Espa?a y el taxi, su futuro
Uber naci¨® en San Francisco pero fue concebida en Par¨ªs, donde Travis Kalanick tuvo la genial idea al no encontrar un taxi a la salida de un congreso. Cojamos estas ciudades como ejemplo. ?Cu¨¢ntas veces hemos o¨ªdo que Uber crece hasta expulsar al taxi y que luego sube los precios a su antojo? En San Francisco, despu¨¦s de 7 a?os, los precios de Uber se han reducido a un tercio y el mercado de transporte con conductor se ha multiplicado. Hoy, los habitantes de la ciudad dejan su coche en casa, porque se han dado cuenta de que es m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s barato y m¨¢s sostenible compartirlo con sus vecinos.
Algunos dir¨¢n que en Estados Unidos corren demasiado y que en Europa nos gusta ir paso a paso. Pero la realidad es que la mayor parte de nuestros vecinos europeos ya han echado a andar. Mientras, Espa?a sigue en la casilla de salida.
Hoy en Par¨ªs m¨¢s de 15.000 conductores se ganan la vida con Uber, todos con su licencia de transporte, y se han escrito cientos de art¨ªculos sobre todos aquellos que se hab¨ªan quedado fuera del mercado laboral y que hoy tienen un trabajo digno. ?Y la contaminaci¨®n? ?Y la congesti¨®n? uberPOOL funciona hace ya casi dos a?os en Par¨ªs y, desde entonces, se han ahorrado m¨¢s de 100.000 litros de combustible y reducido en m¨¢s de 236 toneladas las emisiones de di¨®xido de carbono.
Pero aunque los beneficios de Uber para las ciudades son evidentes, tambi¨¦n lo es que Uber genera muchas preguntas. Y la m¨¢s importante de todas ellas es: ?qu¨¦ va a pasar con todas aquellas personas que llevan a?os gan¨¢ndose la vida con el taxi y ahora ven como una revoluci¨®n tecnol¨®gica amenaza sus puestos de trabajo?
Si en estos casi 7 a?os hemos aprendido algo es que los cambios no los lideran ni los gobiernos ni las empresas, sino los ciudadanos. Lo que s¨ª podemos hacer entre todos es gestionar el cambio. Y evitar que se convierta en un conflicto. Como mostraba el mapa de Uber en Europa, Espa?a est¨¢ todav¨ªa en los albores de la revoluci¨®n de la movilidad. Pero esta debilidad es tambi¨¦n una fortaleza. Si las administraciones p¨²blicas, el sector del taxi y las plataformas iniciamos un di¨¢logo honesto y constructivo cuanto antes, podemos conseguir lo que muy pocos pa¨ªses han conseguido: un proceso de transici¨®n justa.
Y es que todos nos jugamos mucho en esto. Espa?a, no volver a perder el tren de una revoluci¨®n tecnol¨®gica; Uber, su implantaci¨®n en Espa?a; y el taxi, su futuro. Pero por una vez, podemos hacer bien lo que muchos otros han hecho mal. Podemos, entre todos, ser un ejemplo de c¨®mo el cambio no significa necesariamente conflicto. Podemos avanzar sin dejar a nadie atr¨¢s.
Carles Lloret, director general de Uber para el sur de Europa.
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