El juego de los 120.000 cuatrillones de melod¨ªas
Esta historia empieza con un manuscrito centenario y -atenci¨®n, spoiler- termina en un repositorio de Github
Al Juego fil¨¢rmonico para componer minues con sus tr¨ªos p. fortepiano, por la suerte de los dados, escrito en el siglo XVII y comprado por la Biblioteca Nacional de Espa?a (BNE) a un anticuario neoyorquino en el a?o 2000, se le notan los a?os. Cualquiera puede verlo, al poco de llegar a la BNE, fue digitalizado y convertido en PDF. Sus 48 p¨¢ginas de papel encuadernadas en cuero se hicieron bytes. Exactamente 404.030 bytes. Pero al anciano documento a¨²n le quedaba trote tecnol¨®gico...
?Flashback!
A?o 1790, d¨¦cada arriba, d¨¦cada abajo. Si eres cortesano y no sabes mover el esqueleto al son del minu¨¦, no eres nadie. Joseph Haydn -o puede que Maximilian Staedler- inventa un sistema que permite componer infinitas variaciones de esta pieza musical con un simple dado. Bueno, infinitas no.
Unas 120.000.000.000.000...(diecis¨¦is ceros m¨¢s) melod¨ªas distintas.
- Manuscrito original del juego filarm¨®nico
El truco son 272 compases predefinidos y numerados asociados a una tabla tipo Hundir la flota, con la numeraci¨®n anterior asociada? a un eje horizontal de letras (orden de los compases) y otro vertical de n¨²meros (resultado de los dados). Digamos que vamos a componer el primer compas (A). Tiramos los dados, obtenemos un siete y buscamos en la tabla el comp¨¢s asociado a la combinaci¨®n A7. Desp¨²es de 31 tiradas m¨¢s, ten¨ªa el m¨²sico su pieza.
?Regreso al futuro!
Seamos realistas. Aunque tuvi¨¦semos la tabla y los dados, tirarlos 32 veces nos causa profunda pereza. En parte, porque una vez completada la haza?a, la mayor¨ªa de nosotros no sabremos ni silbar la partitura resultante. Menos mal que estamos en el futuro.
"La biblioteca nacional nos habl¨® del proyecto hace bastantes a?os, hicimos una peque?a prueba de concepto para ver que era posible, pero nos quedamos con las ganas de implementarlo", recuerda Juan Alonso, de Liquid Squad (antes Tecnil¨®gica). Este equipo, equipo especializado en tecnolog¨ªas de c¨®digo abierto, e integrado en Accenture Digital, fue el responsable traducir el algoritmo del manuscrito bicentenario al siglo XXI. "El programa es sencillo, lo complicado era que no pod¨ªamos pregenerar 120.000 cuatrillones de minu¨¦s, porque no habr¨ªa base de datos lo suficientemente grande para almacenarlos".
Parte de la respuesta a los problemas de almacenamiento estuvo en el formato musical midi donde, que no almacena el sonido si no las 'instrucciones' para reproducir la pieza. "Adem¨¢s, el reproductor ten¨ªa que funcionar en todos los dispositivos y navegadores que fuera posible", a?ade Alonso. Al final, tinta, papel y cuero se convirtieron en c¨®digo: PHP para el backend -procesamiento del algoritmo- y Javascript y HTML para el front-end -interacci¨®n con el usuario-; y todo esto se comparti¨® con el mundo en un repositorio de Github. "Como es c¨®digo abierto, cualquier usuario con un poco de iniciativa puede mejorar el juego". Por ahora, componer, escuchar y compartir un minu¨¦ in¨¦dito cuesta un click.
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