Espa?a en la encrucijada: el futuro ser¨¢ digital o no ser¨¢

El pasado s¨¢bado 1 de Julio, Estonia pasaba a ocupar la presidencia rotatoria de la Uni¨®n Europea con una clara prioridad : digitalizar la econom¨ªa. El peque?o pa¨ªs a orillas del B¨¢ltico tiene la mayor tasa de startups per capita del mundo, es la cuna de dos unicornios como Skype y Transferwise y el para¨ªso de la administraci¨®n electr¨®nica: sus 1,1 millones de habitantes pueden hacer absolutamente cualquier tr¨¢mite salvo casarse (y divorciarse) de forma virtual. La eliminaci¨®n de tr¨¢mites burocr¨¢ticos en papel les ha permitido ahorros equivalentes al 2% de su PIB; la digitalizaci¨®n de su sanidad disminuir las listas de espera en m¨¢s de un tercio. Estonia parece vivir en el futuro, pero como dec¨ªa William Gibson, ese futuro est¨¢ muy mal repartido y aqu¨ª en Espa?a con la "fibra ¨®ptica y ladillas¡± que cantaba Sabina, parece que est¨¢ tardando en llegar.

Sin duda, se han producido avances en los ¨²ltimos a?os pero estos avances no son lo suficiente r¨¢pidos y el gap con los pa¨ªses m¨¢s avanzados lejos de cerrarse parece haber aumentado. Algunos ejemplos: el ¨²ltimo informe de COTEC alertaba de una preocupante situaci¨®n de la inversi¨®n en Innovaci¨®n en nuestro pa¨ªs: mientras el conjunto de la UE invierte hoy un 25% m¨¢s en I+D que antes del inicio de la crisis econ¨®mica, nuestra econom¨ªa invierte un 10% menos. Y este problema no se debe s¨®lo a las administraciones p¨²blicas, nuestras empresas tambi¨¦n invierten menos en innovaci¨®n que las de nuestros vecinos europeos: si en la media de la UE la inversi¨®n privada en innovaci¨®n supone el 63% del total, en nuestro pa¨ªs este porcentaje se queda en el 52,5%.

Y este abismo se manifiesta tambi¨¦n en otros indicadores clave de la econom¨ªa digital como es el emprendimiento. La proliferaci¨®n de incubadoras, aceleradoras, premios y festivales para startups no se ve a¨²n acompa?ada por las cifras. Cierto es que el capital invertido sigue siendo a¨²n bajo en comparaci¨®n con otros pa¨ªses, pero el dato demoledor no es el de la inversi¨®n sino el de las ventas de startups espa?olas. Sirva de muestra este dato: El capital invertido en este tipo de empresas en Espa?a en 2016 fue de 568 millones de euros frente a los m¨¢s de 1.000 millones en Israel. All¨ª las ventas de startups sobrepasaron los 7.000 millones en 2015, casi 100 veces m¨¢s de lo que se consigui¨® vender desde Espa?a el mismo a?o. Muchos factores explican este dato pero entre ellos destaca el poco porcentaje de startups B2B (de servicios y soluciones para empresas) que suelen tener un perfil de innovaci¨®n m¨¢s a largo plazo. Las startups B2B son mayor¨ªa en Israel (como lo son en t¨¦rminos de valor en Silicon Valley), pero son minor¨ªa en nuestro pa¨ªs donde solo h¨¦roes como Carto, Logtrust o Scytl pertenecen a este grupo.

D¨¦ficits similares se ven en otros ¨¢mbitos como el de la administraci¨®n electr¨®nica, donde nuestro pa¨ªs fue pionero con casos que fueron referentes en Europa como la Agencia Tributaria. Pero a?os de recortes indiscriminados han ahogado muchos de estos proyectos que se encuentran hoy en una complicada situaci¨®n. La necesaria modernizaci¨®n de las administraciones precisa de una dotaci¨®n presupuestaria suficiente m¨¢s all¨¢ de los planes que tanto gustan en este pa¨ªs.

Por ¨²ltimo, pero no menos importante, es preciso revisar nuestro modelo educativo que hace que cientos de miles de j¨®venes est¨¦n desempleados mientras las empresas no encuentran los perfiles que necesitan. Volviendo a los datos, la tasa de desempleo de Estonia es del 6%, la nuestra casi lo triplica.

La soluci¨®n a estos retos que hoy vive nuestro pa¨ªs pasa por un di¨¢logo abierto entre gobiernos, instituciones y empresas y el compromiso de todos para construir juntos un futuro que ser¨¢ digital o no ser¨¢.