Cambio de cromos en Uber. ?Servir¨¢ de algo?
El elegido para liderar la compa?¨ªa, Dara Khosrowshahi, llegar¨¢ al cargo con varios frentes abiertos
Puede gustarte o no su modelo de negocio, c¨®mo se las traen con las autoridades o que hayan sido se?alados en m¨¢s de una ocasi¨®n por tratar mal a sus empleados. Pero la realidad es que Uber es una de las empresas del momento. Si saliera a Bolsa su valoraci¨®n, unos 70.000 millones de d¨®lares, superar¨ªa a la de General Motors. Pero por el momento no le hace falta. La empresa sigue perdiendo dinero (en el segundo trimestre fueron 645 millones de d¨®lares), pero los inversores est¨¢n tan convencidos de que la apuesta es ganadora que siguen inyectando miles de millones. Ese tremendo caudal de dinero est¨¢ alimentando la brutal expansi¨®n internacional de la mayor startup del mundo.
El fundador de la compa?¨ªa que maravilla a las escuelas de negocios, Travis Kalanick, dej¨® la direcci¨®n ejecutiva (aunque sigue en la junta directiva) hace dos meses. La versi¨®n oficial es que el ejecutivo daba un paso a un lado, apesadumbrado por la muerte de su madre, para recuperar fuerzas. La oficiosa, que inversores y trabajadores de Uber hab¨ªan pedido su cabeza, entre otras cosas por haber permitido (o no haber cortado de ra¨ªz) malas pr¨¢cticas y hasta acoso sexual en el entorno laboral.
Parece que Kalanick ya tiene sustituto. Tras un intenso casting, el elegido es Dara Khosrowshahi, el hasta ahora m¨¢ximo responsable de la firma digital estadounidense de viajes Expedia. Seg¨²n The New York Times, su nombre se ha impuesto al de quien fuera CEO de General Electric, Jeffrey R. Immelt, y a Meg Whitman, primera ejecutiva de Hewlett-Packard y a quien se le atribuye el enorme crecimiento de Ebay.
Los deberes de Khosrowshahi
?Qu¨¦ se encontrar¨¢ Khosrowshahi cuando llegue a la oficina? En el plano contable, la situaci¨®n es clara: la compa?¨ªa est¨¢ quemando miles de millones de d¨®lares aportados por sus m¨²ltiples inversores, entre los que se cuentan Google Ventures, Goldman Sachs, Qatar Investment Authority o empresarios como Jeff Bezos, CEO de Amazon, para crecer. Ganar masa de usuarios cuesta dinero: ofrecer un servicio barato depende por ahora de su capacidad para operar con p¨¦rdidas. Su objetivo no es tener beneficios a corto o medio plazo (sigue perdiendo dinero todos los a?os, aunque cada vez menos), sino establecerse en el imaginario colectivo como una opci¨®n de movilidad. Tal y como nos cont¨® Carles Lloret en esta entrevista, la idea es conseguir que hasta quienes se desplazan en su propio coche acaben considerando la opci¨®n de coger un Uber.
En el plano tecnol¨®gico, una parte de sus grandes reservas de efectivo (m¨¢s de 6.000 millones al finalizar el segundo trimestre, seg¨²n Bloomberg) se est¨¢n destinando a proyectos muy innovadores. La firma tiene claro que no quiere perder el tren de los coches aut¨®nomos. Su alianza con Volvo, firmada el a?o pasado, rema en esa direcci¨®n. Incluso dedican dinero a proyectos todav¨ªa inveros¨ªmiles, como el desarrollo de coches voladores.
El laberinto regulatorio
Estas dos l¨ªneas estrat¨¦gicas no parece que vayan a cambiar con la llegada de Khosrowshahi. Lo que s¨ª podr¨ªa alterar son las otras dos caracter¨ªsticas que han definido en los ¨²ltimos a?os a Uber. La primera es su aproximaci¨®n a la cuesti¨®n reguladora. La compa?¨ªa ha mantenido un perfil agresivo en la mayor¨ªa de los casos en los que las autoridades han puesto pegas a su modelo. Durante los primeros a?os, cuando se expandi¨® por varias ciudades de EE UU, lo hizo amparado por el vac¨ªo legal que no prohib¨ªa el transporte a manos de conductores sin licencia. Tener a decenas de miles de conductores operando, lo que logr¨® en pocos a?os, pod¨ªa hacer que la Administraci¨®n se lo pensase dos veces antes de cortarle las alas a un negocio que funcionaba.
La f¨®rmula funcion¨®, de modo que se decidi¨® aplicarla en otros pa¨ªses. Su desembarco en Espa?a, frenado por los tribunales, se hizo de la mano de UberPop: cualquiera puede bajarse la aplicaci¨®n en el m¨®vil, subirse al coche y empezar a llevar gente desde ya. Solo despu¨¦s de comprobar que en Europa, con una regulaci¨®n menos permisiva que la de EE UU, muchos pa¨ªses no le compran el modelo, Uber ha rectificado y puesto en marcha servicios como UberX, en el que los conductores cuentan con licencias VTC (aqu¨ª te contamos en qu¨¦ consisten). En otras regiones, como Latinoam¨¦rica, se ha seguido expandiendo de acuerdo con el esquema original.
Uber tiene litigios abiertos en varios pa¨ªses, la mayor¨ªa de ellos relacionados con el propio modelo que defiende (libertad VS licencias y regulaci¨®n) o, como sucedi¨® en Reino Unido, con los propios conductores de los veh¨ªculos (?son o no empleados de Uber?). En los pr¨®ximos meses ir¨¢n cayendo sentencias. ?Cambiar¨¢ la aproximaci¨®n al negocio tras la llegada de Khosrowshahi? No parece necesario, en tanto que, a fin de cuentas, a Uber no le ha ido tan mal.
?Un lavado de imagen?
El segundo frente abierto con el que se topar¨¢ Khosrowshahi, el que de hecho ha propiciado su nombramiento, tiene que ver con la mala reputaci¨®n que se ha labrado Uber. La propia idiosincrasia de la compa?¨ªa, cuyo negocio vive del limbo regulatorio, se basa en una concepci¨®n liberalizadora de los servicios y amenaza a un sector con millones de empleados/votantes, le resta simpat¨ªas entre buena parte de la ciudadan¨ªa. El peculiar car¨¢cter de Kalanick, a quien se pill¨® gritando a un conductor que se quej¨® de sus bajos ingresos y bajo cuyo mandato se produjeron casos de acoso sexual, tampoco ha ayudado a mejorar el cuadro.
?Cu¨¢l ser¨¢ el sello de Khosrowshahi? La magnitud del cargo que asume, la direcci¨®n de una de las empresas m¨¢s observadas y estudiadas del mundo, le colocar¨¢ inevitablemente en el disparadero. La compa?¨ªa ya ha dado pasos para corregir su imagen de empresa tirana y desalmada, como lo son el fichaje de la profesora de Harvard Frances Frei, de quien se espera que revolucione la cultura corporativa de la compa?¨ªa, o el m¨¢s reciente de Bozoma Saint John, nueva responsable de diversidad.
?Adoptar¨¢ Khosrowshahi un pefil bajo? ?O defender¨¢ los intereses de su nueva empresa sin evitar los medios de comunicaci¨®n? ?Aportar¨¢ m¨¢s pol¨¦micas, como su antecesor? Y, sobre todo, ?alterar¨¢ de alg¨²n modo el rumbo fijado del transatl¨¢ntico Uber? Con el tiempo se ver¨¢ de qu¨¦ pie cojea. Y si el cambio de cromos en la c¨²pula se queda en la an¨¦cdota o tiene calado.
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