El consumismo que promueve el Black Friday amenaza el planeta
En los pa¨ªses ricos acumulamos unos 10.000 objetos por persona. ?Cu¨¢ntos de ellos necesitas realmente?
Entre las costumbres heredadas del pa¨ªs m¨¢s consumista del mundo est¨¢ el llamado viernes negro. Aunque es mentira que sea un d¨ªa: son varios. M¨¢s de 24 horas de rebajas ¨Creales o maquilladas¨C para alimentar la compra por impulso. Las estrellas de esta pretendida barra libre son la electr¨®nica y la moda. Y aunque las marcas se empe?en en vender un Black Friday m¨¢s green, lo cierto es que la ¨²nica v¨ªa sostenible es no comprar¡ o repensar el modelo econ¨®mico.
¡°?Por qu¨¦ en Espa?a adoptamos Halloween o Black Friday y Estados Unidos no adopta nuestros patrones culturales? Porque hay detr¨¢s un fuerte inter¨¦s econ¨®mico; la gente solo percibe la parte buena y no quiere ver las consecuencias¡±. Es la opini¨®n de Nicola Cerantola, director del proyecto Ecologing, profesor y experto en econom¨ªa circular y ecodise?o. Se refiere a todo el sistema montado alrededor del consumo. Interesa que los aparatos y la ropa se rompan pronto porque es el ¨²nico garante de que compraremos m¨¢s. Que las colecciones y modelos cambien r¨¢pido. Los talleres de reparaci¨®n van echando el cierre a medida que los aparatos cierran sus dise?os, haciendo imposible abrirlos para repararlos. La ropa cada vez es de peor calidad y va quedando menos gente que sepa arreglarla.
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?Cu¨¢nto duraba una camiseta de algod¨®n hace dos d¨¦cadas? ?Y qu¨¦ ha sido de la que compr¨® en las ¨²ltimas rebajas? Lejos de sorprender, se ha asumido que un aparato electr¨®nico si es barato no va a durar, y si es caro, habr¨¢ un modelo mejor en pocos meses y que la ropa no dura. Quiz¨¢ porque se ignora que para hacer una camiseta (250 gramos de algod¨®n) se necesitan 2.700 litros de agua, que es lo que bebe una persona en tres a?os, seg¨²n cifras de la consultora de moda sostenible Slow Fashion Next. Si tenemos en cuenta que cada a?o se hacen 100.000 millones de prendas de ropa, ?a qui¨¦n le extra?a la falta de agua en el planeta? El inventor del concepto huella h¨ªdrica, Arjen Hoekstra, da otra cifra: un solo vaquero requiere de 10.000 litros de agua. Adem¨¢s, la ropa es uno de los materiales m¨¢s dif¨ªciles de reciclar y cuyos tintes m¨¢s contaminan.
- Cambio de modelo
Reciclar ya no es suficiente, toca consumir menos y exigir m¨¢s calidad en lo que compramos. Amazon vendi¨® el a?o pasado m¨¢s de 10 art¨ªculos por segundo solo en Espa?a¡ casi un mill¨®n de productos se vendieron en 24 horas, y el top diez fueron art¨ªculos electr¨®nicos. ¡°El impacto del consumo compulsivo es nefasto, y a nivel social y medioambiental tiene consecuencias¡±, sentencia el director de Ecologing. A mayor consumo, ¡°m¨¢s impacto ambiental porque las cosas no se hacen bien¡±.
Cerantola se refiere al llamado ecodise?o. No solo producir para que dure, sino con el menor impacto, teniendo en cuenta el ciclo de vida del producto desde que es materia hasta que deja de usarse y se tira. ¡°Si los productos estuvieran ecodise?ados, su impacto se desvincular¨ªa del crecimiento econ¨®mico¡±. Mantiene que fomentar el consumo no genera riqueza. Para ¨¦l, ¡°con la demanda existente, los sistemas industriales van a estar sometidos a mucha presi¨®n y van a colapsar los ecosistemas, y con ello, se reducir¨¢ la capacidad de producir comida¡±.
¡°Los ecologistas nos ense?aron las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar. Se nos olvid¨® aplicar la m¨¢s importante, que es reducir el consumo¡±, explica Carlos Ballesteros Garc¨ªa, de la Universidad Pontificia de Comillas. ¡°En la cultura de la acumulaci¨®n cada uno de nosotros posee 10.000 objetos frente a los 236 de los indios navajos, tenemos el doble de cosas que nuestros padres y no las necesitamos¡±, comparte Charo Rom¨¢n, coordinadora del ¨¢rea de Consumo de Ecologistas en Acci¨®n. ¡°La ropa es de los puntos m¨¢s perjudiciales, pero la tecnolog¨ªa tambi¨¦n, porque est¨¢ hecha para reemplazarse continuamente¡±.
- Nada crece de forma infinita¡ excepto la basura
En 2014, la Iniciativa StEP (Solving the E-Waste Problem; con el respaldo de la ONU) estimaba que para 2017 habr¨ªa 65 millones de toneladas de basura electr¨®nica, un incremento del 33% en solo cinco a?os. Si esa masa mundial de objetos inservibles se transportara en camiones de 40 toneladas, ¡°formar¨ªan una fila que ocupar¨ªa de extremo a extremo una autopista que abarcase las tres cuartas partes del ecuador del planeta¡±, escrib¨ªan entonces. Este mapa refleja la ¨²ltima actualizaci¨®n. Espa?a gener¨® en 2014 ¨Cla ¨²ltima cifra publicada¨C 17,8 kilos por habitante. Otro problema derivado del consumo de electr¨®nica es ¡°la mochila ecol¨®gica¡± del aparato. ¡°Todo lleva asociado un entramado de cables, servidores, sat¨¦lites, antenas que muchas veces van por bajo el mar¡±, cuenta Charo Rom¨¢n.
Un vertedero global
48,1 millones de toneladas al a?o. Esta es la cifra de la basura electr¨®nica que se produce en el mundo: piezas, nanochips, circuitos¡ Materiales fabricados con colt¨¢n o recursos naturales cuya extracci¨®n est¨¢ vinculada a la explotaci¨®n de recursos naturales y humanos.
Adem¨¢s, muchos pa¨ªses que sirven de despensa para el primer mundo son adem¨¢s grandes vertederos; monta?as de basura con la que no se hace nada y cuyos componentes pasan a la tierra, o a las aguas que dan a parar a r¨ªos y campos de cultivo.
"Todo este sistema afecta a los oc¨¦anos y a la desertificaci¨®n porque tiene relaci¨®n con la trastocaci¨®n del ciclo del agua, con las altas emisiones de CO2 de lo que producimos, cada vez m¨¢s r¨¢pido", explica Rom¨¢n. Adem¨¢s, menciona la basura espacial. "Cada vez hay m¨¢s residuos orbitando. Hay fotograf¨ªas sobre la basura orbital, aunque apenas se hable de ello".
El sistema funciona ¡°como un reloj, pero el de una bomba at¨®mica para el medio ambiente, y es uno de esos relojes que adem¨¢s van acelerados¡±, resume Ballesteros. ¡°Ya en 2000 se dijo que si todo el mundo produjera al mismo ritmo que los pa¨ªses del primer mundo, har¨ªan falta tres planetas. La econom¨ªa lineal, la nuestra, produce r¨¢pido y barato en pa¨ªses con laxas o inexistentes legislaciones ambientales ni laborales, con una calidad cada vez m¨¢s baja. El proceso de producci¨®n de la industria de la moda y la electr¨®nica ¨Cextractiva y con altas emisiones de CO2 a la atm¨®sfera¨C y en el caso de la ropa, contaminante adem¨¢s por los tintes de la ropa, tiene un impacto destructivo sobre el medio ambiente.
- Una obsolescencia que nadie oculta
Hace pocos a?os, un grupo de alemanes, agraviados por la p¨¦rdida de calidad del made in Germany, se organizaron como una guerrilla contra la obsolescencia. El proyecto Murks, Nein Danke lista todos los productos que se rompen; se destripan, cuando se puede, para intentar arreglarlos y localizar d¨®nde est¨¢ la trampa. A veces es una pieza mal ensamblada, otras un pl¨¢stico de mala calidad. ¡°Uno de nuestros voluntarios es un trabajador de una cadena de producci¨®n; asegura que prueban cu¨¢ntas veces hay que abrir un envase para que sus enganches fallen, hasta ah¨ª programan¡±, apunta el director del proyecto, Stefan Schridde desde Berl¨ªn.
Pero mientras la producci¨®n lineal de producir, usar y tirar solo se ocupa de vender mucho y r¨¢pido, hay ramas de la econom¨ªa que reflexionan sobre las opciones que nos quedan como parte del planeta. Roberto Ruiz Robles, del Instituto Superior de Medioambiente, es experto en decrecimiento, una rama de la econom¨ªa que defiende que el crecimiento infinito es insostenible porque vivimos en un planeta con recursos limitados. ¡°No podemos mantener un crecimiento continuo. Es f¨ªsicamente imposible. El agua es un buen ejemplo: hay que usarla de forma m¨¢s eficiente porque va a haber cada vez m¨¢s sequ¨ªa¡±. Para el director del proyecto Ecologing, ¡°el decrecimiento es una apuesta, un b¨¢lsamo, pero debe vivirse de forma aut¨¦ntica y ver como una tonter¨ªa el comprar tanto¡±.
¡°Un consumidor deber¨ªa enfrentarse al Black Friday cuestion¨¢ndose por qu¨¦ compra las cosas, si realmente necesitamos ese objeto, si hace nuestra vida mejor o nos esclaviza¡±, apunta Cerantola. ¡°El consumismo es una deformaci¨®n de la realidad. Estamos rodeados de objetos que no necesitamos y nos da pena tirar. Tener tantas cosas no es positivo ni bueno para la salud y el medioambiente¡±.
¡°El mejor favor que se le puede hacer a un cliente es no obligarle a comprar por impulso¡±, destaca Gema G¨®mez, directora de Slow Fashion Next. Tal y como recuerda Carlos Ballesteros, ¡°la sociedad de consumo esconde todo lo que pasa antes de que llegue a mi casa y todo lo que pasa despu¨¦s¡±.
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