Futuro compartido: Davos en la era de las oportunidades
El consejero delegado de BBVA nos narra en primera persona sus impresiones en la cumbre de Davos, en la que cuestiones como la inteligencia artificial estuvo muy presente
Una vez al a?o, Davos acoge la mayor concentraci¨®n de l¨ªderes mundiales, pensadores y expertos para hablar sobre c¨®mo construir un mundo mejor para todos: Creating a Shared Future in a Fractured World ha sido el lema este a?o. De lo que m¨¢s hablamos en las reuniones que mantuve la semana pasada con l¨ªderes de empresas tecnol¨®gicas y fintech, investigadores de primer nivel, as¨ª como con otros bancos, gobiernos y organismos internacionales, no fue tanto de los temas geopol¨ªticos y de su impacto econ¨®mico, sino de las inmensas oportunidades que se abren gracias a la tecnolog¨ªa y los datos.
La inteligencia artificial (IA) es uno de los ejemplos m¨¢s claros, que empezamos a ver ya en nuestras vidas con la proliferaci¨®n de ¡°asistentes¡± que nos entienden y contestan preguntas complicadas, servicios de traducci¨®n automatizados, y podemos visualizar ya un largo etc¨¦tera de futuros servicios mejorados por la IA: desarrollo de f¨¢rmacos individualizados, identificaci¨®n de personas por su cara o por su voz, coches sin conductor o hasta para combatir grandes retos como el desarrollo sostenible o el cambio clim¨¢tico. En BBVA estamos aplicando IA a los datos para ayudar a las personas a optimizar sus gastos, a predecir sus movimientos y a conseguir sus metas vitales, para que tengan mayor libertad financiera. El potencial es grande hacia este objetivo, y tambi¨¦n para mejorar procesos, para prevenir el fraude con mecanismos de predicci¨®n y monitorizaci¨®n avanzados.
Una de las tendencias m¨¢s claras comentadas en Davos es la omnipresencia futura de la IA, pues los propios dispositivos (coches, electrodom¨¦sticos, luces, muebles, ¡) la integrar¨¢n (AI on the edge), dibujando un futuro en el que quiz¨¢ no seamos tan dependientes del tel¨¦fono m¨®vil porque podamos ir hablando con todo lo que nos rodea, que nos reconocer¨¢, nos conocer¨¢, y nos ayudar¨¢ en lo que necesitemos. Interesante tambi¨¦n la ¡°democratizaci¨®n¡± creciente de la propia IA, pues el desarrollo de modelos avanzados estar¨¢ a disposici¨®n de casi cualquiera que tenga una formaci¨®n en inform¨¢tica, sin necesidad de ser un experto en IA. Eso s¨ª, siempre que tenga acceso a datos que permitan entrenar a los modelos de IA.
Uno de los aspectos m¨¢s relevantes es que esta revoluci¨®n sea inclusiva, que logremos gestionar el impacto en el mercado de trabajo, que todos se beneficien de ella, y que evitemos la formaci¨®n de monopolios o mayores concentraciones de riqueza. Est¨¢ claro que al reducir mucho los costes esta tecnolog¨ªa va a permitir a much¨ªsimas personas acceder a productos y servicios hasta ahora reservados a una minor¨ªa. Los consumidores tendr¨¢n m¨¢s capacidad de hacer cosas por s¨ª mismos, con la ayuda de la IA. Otras tecnolog¨ªas como el blockchain, tambi¨¦n muy comentada en Davos, podr¨ªan impulsar adicionalmente la descentralizaci¨®n de servicios al eliminar la necesidad de ¡°intermediarios de confianza¡±.
Es importante adem¨¢s que estos beneficios sociales no vengan a costa de derechos y libertades fundamentales. Como los datos son la aut¨¦ntica materia prima de esta revoluci¨®n, es importante que el valor de los datos se devuelva al individuo que los genera. Es decir, no solamente los datos han de ¡°trabajar para las personas¡±, ayudando a solucionar sus necesidades, sino que el valor de sus propios datos les debe corresponder.
Uno de los aspectos m¨¢s relevantes es que esta revoluci¨®n sea inclusiva, que logremos gestionar el impacto en el mercado de trabajo, que todos se beneficien de ella, y que evitemos la formaci¨®n de monopolios o mayores concentraciones de riqueza.
En Davos debatimos sobre la necesidad de fijar unos ¡°principios universales¡± que rijan el correcto uso de los datos y de la IA. Que las personas tengan el control total, transparente, revocable sobre qui¨¦n accede a sus datos y para qu¨¦, que ellas mismas tengan acceso a esos datos cuando quieran, que est¨¦n protegidas frente a potenciales ataques a la privacidad, y muy importante, que se beneficien de su ¡°monetizaci¨®n¡±. Tambi¨¦n es necesario en muchos casos, sobre todo para decisiones relevantes (desde la concesi¨®n de un cr¨¦dito hasta un tratamiento m¨¦dico) el poder explicar las razones que llevaron a una decisi¨®n determinada. Esto no es tan f¨¢cil con la IA, pues a diferencia de algoritmos tradicionales es una caja negra de dif¨ªcil interpretaci¨®n. Tambi¨¦n es fundamental evitar que los sesgos que hoy puedan existir en nuestras decisiones (g¨¦nero, raza, religi¨®n, inclinaci¨®n sexual u otros) se perpet¨²en en los modelos entrenados con esos datos.
Las implicaciones de todo esto para la industria financiera son enormes. Podemos pasar de ser ¡°proveedores de infraestructuras en torno al dinero¡±, a tener un impacto positivo mucho m¨¢s profundo en la vida de las personas y de las empresas. En BBVA creemos que los datos s¨®lo deben usarse en beneficio de los clientes, siempre con su consentimiento, y de manera transparente. Aplicando IA a los datos queremos crear soluciones sorprendentes que ayuden a nuestros clientes a tomar las mejores decisiones financieras, adaptadas a sus necesidades y a su situaci¨®n personal. Esto es lo que significa, en esencia, nuestro prop¨®sito ¡°poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era¡±.
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