Los ¡®smart contracts¡¯ no son tan perfectos como nos han vendido
Los contratos inteligentes no son infalibles. Para que funcionen correctamente hace falta un marco legal adecuado y adaptar normas ya existentes a las caracter¨ªsticas de ¡®blockchain¡¯
Nada que ver con un pol¨ªgrafo. Ni cables, ni sensores, ni cardi¨®grafos¡ La nueva m¨¢quina de la verdad se llama blockchain y es una mezcla de criptograf¨ªa, matem¨¢ticas y comunidad que salvaguarda el intercambio de valor en internet a trav¨¦s de las cadenas de bloques. Seg¨²n ?lex Preukschat, profesor asociado del IE, al igual que el internet de la informaci¨®n revolucion¨® muchos negocios, este nuevo ¡°sistema para compartir valor sin censura¡± a trav¨¦s de redes descentralizadas cambiar¨¢ muchas industrias siempre y cuando las partes implicadas est¨¦n de acuerdo sobre cu¨¢l es la verdad. ¡°Por eso se dice que blockchain es la m¨¢quina de la verdad o del consenso¡±, apunt¨® en un encuentro del Center for Insurance Research del IE sobre la aplicaci¨®n de esta tecnolog¨ªa en el sector financiero y asegurador.
?Pero c¨®mo se esclarece qu¨¦ es cierto en esta realidad? Llegar hasta la verdad en el nuevo internet del valor es m¨¢s f¨¢cil gracias a los smart contracts (contratos inteligentes), unas aplicaciones inform¨¢ticas que se ejecutan a s¨ª mismas cuando se cumplen las condiciones programadas en su c¨®digo. Se calcula que ya existen unos 12 millones de smart contracts s¨®lo en Ethereum, la plataforma de cadenas de bloques mejor adaptada para este tipo de operaciones, pero la cosa ir¨¢ a m¨¢s cuando se popularicen las ?Apps, acr¨®nimo en ingl¨¦s de aplicaciones descentralizadas,que permiten cualquier interacci¨®n entre particulares, desde la web o a trav¨¦s de una app m¨®vil, sin la necesidad de un agente central que gestione ese servicio. De momento, el portal The State Of The ?apps ya recoge cerca de 1.200 proyectos en torno a estas apps.
- ?Qu¨¦ falta por atar?
Pero no todo est¨¢ bien atado. Seg¨²n comenta a EL PA?S RETINA Eduardo Garc¨ªa, socio del despacho de servicios jur¨ªdicos Clifford Chance, para la correcta utilizaci¨®n de los contratos inteligentes a¨²n es preciso solventar algunos riesgos como los siguientes.
Virtualizaci¨®n sin fronteras. Desde el punto de vista legal, una de las principales barreras es que es un fen¨®meno multijurisdiccional, es decir, las partes est¨¢n situadas en distintos pa¨ªses y el activo sobre el que se est¨¢ transaccionando puede ser algo virtual, sin una presencia f¨ªsica. Para un abogado, esto es muy importante porque la mayor¨ªa de las veces se aplica una norma u otra en funci¨®n de d¨®nde est¨¦ f¨ªsicamente el activo. Seg¨²n Garc¨ªa, los sistemas legales son conscientes de que hay avances en esta materia, pero su complejidad impide que haya un frente com¨²n sobre c¨®mo actuar: ¡°Existe un problema global, pero el debate sigue abierto y estamos en un momento embrionario donde hay m¨¢s preguntas que respuestas certeras¡±.
Trabas a la libre competencia. Al basarse todo en una tecnolog¨ªa que para muchos puede ser costosa o para la que no cuentan con conocimientos adecuados, tanto la implementaci¨®n de una blockchain como la codificaci¨®n de los smart contracts pueden subcontratarse a terceros expertos en esas materias. Esto puede favorecer el surgimiento de trusts o situaciones similares donde unos pocos jugadores rijan el mercado de las infraestructuras necesarias para estas transacciones. ¡°No es un escenario deseable, as¨ª que las normas de competencia deben evitar cualquier posici¨®n dominante que perjudique la expansi¨®n de esta tecnolog¨ªa¡±, expone Garc¨ªa.
?Hay vuelta atr¨¢s? Una de las caracter¨ªsticas inherentes a blockchain es que las operaciones realizadas dentro de ella son imborrables. En este contexto, Garc¨ªa se pregunta: ¡°?Un contrato inteligente es reversible? Si no lo es, ?qu¨¦ ocurre cuando ha habido un error humano en la codificaci¨®n y se ejecuta autom¨¢ticamente una operaci¨®n incorrecta?¡±. Se trata de una cuesti¨®n t¨¦cnica que debe quedar bien resuelta, al igual que otras relativas a la privacidad. Por ejemplo, si la normativa de protecci¨®n de datos dice que podemos exigir a una entidad que borre la informaci¨®n personal que tiene sobre nosotros, pero dicha informaci¨®n est¨¢ dentro de un smart contract en una cadena de bloques, ?cu¨¢l ser¨¢ el procedimiento para eliminarla? ?El hecho de que esos datos est¨¦n encriptados es suficiente? ?O el usuario puede seguir exigiendo el borrado? En algunos casos, las normas a¨²n deben adaptarse a las imposibilidades t¨¦cnicas de blockchain.
A pesar de todo, Garc¨ªa recuerda que muchas de las transacciones dentro de esta nueva tecnolog¨ªa en realidad son s¨®lo ejecuciones de c¨®digos perfectamente v¨¢lidas que no tienen por qu¨¦ obedecer a un contrato inteligente. ¡°Pero en el caso de que s¨ª sean smart contracts, esos riesgos no deben traducirse en una visi¨®n apocal¨ªptica, sino en una llamada para elaborar una regulaci¨®n que se anticipe a los problemas que pueden aparecer¡±, remarca Garc¨ªa.
Ni son contratos ni son inteligentes
En casi todos los encuentros sobre blockchain sale a relucir un chascarrillo que va camino de convertirse en t¨®pico: "Los contratos inteligentes ni son contratos ni son inteligentes". Eduardo Garc¨ªa, socio de Clifford Chance, nos saca de dudas.
?Por qu¨¦ no son contratos? "Que exista un c¨®digo dentro de una blockchain que active autom¨¢ticamente una operaci¨®n al cumplirse una condici¨®n no es un contrato en s¨ª, sino la ejecuci¨®n de un contrato que ya exist¨ªa", recuerda. Previamente, las partes han llegado a un acuerdo formal y el hecho de que eso se ejecute a trav¨¦s de una cadena de bloques o de cualquier otra plataforma es irrelevante para que sea considerado un contrato.
?Por qu¨¦ no son inteligentes? "En la mayor¨ªa de los casos, se tratan de una mera automatizaci¨®n de ¨®rdenes b¨¢sicas previamente establecidas, lo cual no es muy inteligente", seg¨²n Garc¨ªa. La aut¨¦ntica revoluci¨®n ser¨ªa aplicar t¨¦cnicas de aprendizaje autom¨¢tico para que ese c¨®digo sea capaz de hacer valoraciones subjetivas por s¨ª mismo, como determinar si una sociedad est¨¢ v¨¢lidamente constituida para despu¨¦s ejecutar sobre ella esas ¨®rdenes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.