La ¨®pera en los tiempos del p¨ªxel
El m¨²sico Keiichiro Shibuya trae a Espa?a un montaje protagonizado por Hatsune Miku, una 'celebrity' virtual vestida por Marc Jacobs y que ha sido telonera de Lady Gaga
Para hacer una ¨®pera en la era digital no hacen falta grandes divos y divas de mucha carne y mucho hueso, ni siquiera una orquesta sinf¨®nica con viento, percusi¨®n y cuerda: basta una estrella del pop pixelada y de largas coletas turquesa, una buena base de m¨²sica electr¨®nica bien mel¨®dica y percusiva y un programa como VOCALOID, capaz de sustituir a la voz humana y hacerla cantar. Por ¨²ltimo, alguien que ponga en marcha y sinton¨ªa todo lo anterior, como el m¨²sico Keiichiro Shibuya y el artista digital YKBX. Ser¨¢ una mezcla de artes esc¨¦nicas, cultura pop japonesa y tecnolog¨ªa que puede que escandalice a los m¨¢s puristas.
Esta ¨®pera del futuro que ya est¨¢ en el presente, la primera completamente digital, se llama The End y llega a Espa?a despu¨¦s de cosechar ¨¦xito en varias plazas de prestigio alrededor del globo, como son el Th¨¦?tre du Ch?telet de Par¨ªs, el Theatre of the National Opera & Ballet de ?msterdam, el K6 de Hamburgo o el Bunkaramura Opera Hall de Tokio. No hizo falta montar grandes escenograf¨ªas, ni contratar grandes elencos: todo ocurre en cuatro pantallas gigantescas entre las que los espectadores se acomodan. En escena tambi¨¦n se encuentra el compositor Shibuya, ¡°dentro de una caja de pantallas transl¨²cidas que es como un ata¨²d¡±, seg¨²n ¨¦l mismo relata, ¡°porque la puesta en escena es una met¨¢fora de la muerte¡±.
Del programa VOCALOID, compaginando la voz computerizada y los gr¨¢ficos por ordenador, han salido grandes estrellas de la m¨²sica nipona (en Espa?a seguimos tirando de algoritmos m¨¢s tradicionales como Operaci¨®n Triunfo, basados en el carbono y no en el silicio). La gran diva manga que protagoniza esta historia es la estrella del j-pop (pop japon¨¦s fuertemente influenciado por la m¨²sica mainstream occidental y que en la actualidad tiende a los sonidos electr¨®nicos) Hatsune Miku, que existe, s¨ª, pero solo en el mundo de los unos y los ceros: es un personaje virtual. ¡°Es la Vocaloid que m¨¢s ¨¦xito ha tenido hasta el momento¡±, dice Shibuya, ¡°no creo que haya nadie en Jap¨®n que no la conozca¡±. El glamur no le falta: ha sido telonera de Lady Gaga y en este espect¨¢culo la celebrity va vestida por el c¨¦lebre dise?ador de moda Marc Jacobs, que fue director creativo de Louis Vuitton. Del bel canto al bel techno.
Hay que tener en cuenta que lo que llamamos ¨®pera cl¨¢sica tambi¨¦n se desarroll¨® tras absorber y devorar la m¨²sica de vanguardia del momento¡±
A pesar de todo, de que pueda parecer un v¨ªdeo de la banda Daft Punk o una pel¨ªcula de anime, esto es una ¨®pera: ¡°La pregunta sobre la muerte es un tema tradicional de la ¨®pera, y aqu¨ª tambi¨¦n se encuentra¡±, dice Shibuya. ¡°Adem¨¢s, hay arias y recitativos, hay tragedia. En The End lo ¨²nico que faltan son los seres humanos que sobre estos elementos construyen las ¨®peras. As¨ª que solo quedan las formas y las convenciones de la ¨®pera¡±. As¨ª argumentado se da la paradoja de que, contra todo pron¨®stico, mediante la tecnolog¨ªa llegamos a decantar las esencias de la ¨®pera pura.
Si las descontextualizaciones y adaptaciones de la ¨®pera contempor¨¢nea son frecuente motivo de pol¨¦mica sobre los escenarios esto ya es un paso m¨¢s all¨¢. ?Gustar¨¢ la propuesta a los amantes del g¨¦nero de toda la vida? ¡°Hay que tener en cuenta que lo que llamamos ¨®pera cl¨¢sica tambi¨¦n se desarroll¨® tras absorber y devorar la m¨²sica de vanguardia del momento¡±, apunta el compositor, ¡°tambi¨¦n puede hacerlo con los beats o los sonidos electr¨®nicos de este tiempo¡±. Shibuya piensa que, teniendo esto en cuenta, es f¨¢cil aceptar The End como una ¨®pera: seg¨²n dice tambi¨¦n se encuentran influencias de La flauta m¨¢gica de Mozart o de Wozzeck de Alban Berg, entre otras.
Respecto al sonido, ¡°la sala se transforma en un entorno sonoro a¨²n m¨¢s complejo que el de una orquesta¡±, dice el m¨²sico, ¡°con el ruido flotando en el aire como una nube de polvo o los instrumentos de cuerda movi¨¦ndose sobre las butacas¡±. El proyecto comenz¨® cuando Shibuya recibi¨® una oferta para crear una obra por parte del museo YCAM, situado en la ciudad de Yamaguchi y puntero dentro de Jap¨®n en el campo del arte tecnol¨®gico. ¡°Cuando consider¨¦ cu¨¢l ser¨ªa el desaf¨ªo m¨¢s exigente, pens¨¦ que me apetec¨ªa crear una pieza que fuera muy representativa de mi propia obra y que contara con una complejidad de medios a¨²n mayor que la de una instalaci¨®n¡±, cuenta el artista, ¡°pens¨¦ que la ¨®pera ser¨ªa un marco efectivo para desarrollar, mediante la tecnolog¨ªa y el arte, lo que me caracteriza: la m¨²sica¡±.
El estreno de The End llega a Espa?a de la mano de la Fundaci¨®n Jap¨®n (se enmarca dentro de las celebraciones del 150 aniversario del establecimiento de las relaciones diplom¨¢ticas entre Espa?a y el pa¨ªs oriental), el Centro Internacional de Artes Vivas en Matadero Madrid (donde se podr¨¢ ver del 22 al 24 de marzo) y L¡¯Auditori de Barcelona (donde estar¨¢ el d¨ªa 27). Para la producci¨®n de este espect¨¢culo se involucran, a pesar de todo lo tecnol¨®gico, unas 50 personas y otras 15 en las giras. ?Cu¨¢les son las mayores dificultades que se encuentran a la hora de levantar un espect¨¢culo como este? ¡°Son tantas que no terminar¨ªa de enumerarlas nunca¡±, concluye Shibuya.
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