El cine del futuro se mete en la pantalla
Butacas dispuestas en c¨ªrculo, a modo de anfiteatro. Realidad virtual. Interacci¨®n con los actores. Las salas de cine buscan soluciones para crear experiencias inolvidables
Peter Jackson entra por la puer?ta. Christopher Nolan entra por la puerta. George Lucas entra por la puerta. Ang Lee entra por la puerta. Se sientan a ver una pel¨ªcula y el proyector se rompe. Aparece un operario en pantalla para avisar de que ha habido un problema t¨¦cnico dif¨ªcil de solu?cionar. Los cineastas, confusos, se levantan. Y es entonces cuan?do Douglas Trumbull, creador de los efectos especiales de 2001. Una odisea en el espacio, Encuentros en la tercera fase, Blade runner o El ¨¢rbol de la vida indica a sus colegas, son?riente, que se vuelvan a sentar. Porque la pel¨ªcula no se ha roto en ning¨²n momento. La pel¨ªcula era ese operario dirigi¨¦ndose al p¨²blico y diciendo que hab¨ªa un problema t¨¦cnico.
¡°Es una historia totalmente cierta. Y es muy f¨¢cil enga?ar?los¡±, confiesa el cineasta de 75 a?os, tres veces nominado al Oscar. Trumbull vive el ocaso de su carrera obsesionado por encontrar un Grial que al cine se le escapa desde hace medio siglo, uno que pocas veces aca?para titulares porque quedan mucho mejor los que anuncian que se ha batido un nuevo r¨¦cord hist¨®rico de recauda?ci¨®n en taquilla. Desde los a?os sesenta, la cuota de p¨²blico que va al menos una vez al cine por semana se ha mantenido pr¨¢cti?camente invariable. En Estados Unidos, uno de cada 10, cuando en los mejores tiempos, en la ¨¦poca de la Gran Depresi¨®n, m¨¢s del 70% de los estadouni?denses pasaban semanalmente por taquilla. Este dato negativo, medio siglo sin lograr estimular al p¨²blico, se ha enmascarado con una mete¨®rica subida del precio de las entradas.
Hoy, las amenazas para el cine son m¨²ltiples. La mayor de todas es el ¨¦xito imparable de Netflix, la plataforma de streaming que acumula 118 millones de suscrip?tores en todo el mundo. Pero el ¨¦xito de Netflix y otras simila?res ¡ªDisney lanzar¨¢ la suya en 2019¡ª va en paralelo al aumen?to de la calidad de imagen de los televisores, en muchas ocasio?nes muy por encima de la imagen de la sala de cine convencional. El sue?o de Trumbull es vencer en este campo, el de la tecno?log¨ªa, para crear una experien?cia por la que merezca la pena pagar una entrada incluso m¨¢s cara. ¡°Se trata de aprovechar la tecnolog¨ªa digital para ofrecer una experiencia cinematogr¨¢fi?ca muy mejorada¡±.
El c¨®ctel tecnol¨®gico pro?puesto por Trumbull responde a las siglas de MAGI. Tras ellas se oculta un complejo sistema de proyecci¨®n que multiplica la velocidad por encima de las 120 im¨¢genes por segundo, a una resoluci¨®n 4K y con una mayor luminosidad. ¡°Al llegar a estos umbrales, se produce un efecto nuevo. Los espectadores no sienten que est¨¢n viendo la imagen proyectada en una pan?talla, sino una ventana a otra realidad¡±. Trumbull combina esta calidad de imagen con la proyecci¨®n en pantallas curvas para engrandecer a¨²n m¨¢s la experiencia cinematogr¨¢fica al envolver al espectador.
El cineasta define esta expe?riencia como cercana al teatro y la ha aprovechado en un cor?tometraje que prueba el poder de la tecnolog¨ªa, Ufotog, para romper la cuarta pared de for?mas no convencionales. ¡°Hice que mis personajes miraran y hablaran directamente al p¨²bli?co como si fuera teatro. El nivel de intensidad e inmersi¨®n ante estos trucos es tremendo¡±. Este creador destaca c¨®mo mejora la verosimilitud de los efectos digitales. Elimina el uncanny valley ¡ªla repulsi¨®n de recono?cer una imagen digital que emu?la a lo real¡ª y lo integra sin que se aprecie la diferencia con los actores de carne y hueso. Entre los cineastas que contemplan adoptar la tecnolog¨ªa MAGI sobresale el director James Cameron, que tiene pendiente de estreno cuatro continuacio?nes de Avatar, la pel¨ªcula m¨¢s taquillera de todos los tiempos.
- Butacas en c¨ªrculo
Salto de coordenadas en el mapa. Barcelona, las butacas circulares, dispuestas como en coliseo, de la ¨²nica sala Dolby Vision de Espa?a. El objetivo es similar al de Trumbull, aun?que desde una tecnolog¨ªa m¨¢s pegada al presente. Si un tele?visor dom¨¦stico es capaz de reproducir 4K y HDR para una resoluci¨®n, color y una lumino?sidad mucho mayor, ?por qu¨¦ no un cine? Las salas Dolby Vision, y las de su competidor IMAX, buscan aplastar la experien?cia televisiva por una cuesti¨®n de tama?o. Golpe por golpe, la diferencia en calidad de imagen apenas es apreciable. Lo que s¨ª marca un abismo es obser?var esas im¨¢genes de colores perfectos y negros profundos en una pantalla de 200 metros cuadrados con 93 altavoces que ofrecen un sonido en tres dimen?siones. Y otros peque?os deta?lles, como un pasillo curvo que prolonga el momento de entrar a la sala y proyecta im¨¢genes gigantes de la pel¨ªcula.
¡°Pero hay que dejar claro que la experiencia de ver una pel¨ªcu?la est¨¢ en eso, en la experiencia, no en la tecnolog¨ªa. Lo que bus?camos con la calidad de imagen y de sonido es que la tecnolog¨ªa se vuelva invisible y solo quede la historia. De ah¨ª que en una sala Dolby Cinema no veas los alta?voces¡±, explica Julian Stanford, director de desarrollo de nego?cio de Dolby Cinema Europa.
Stanford reconoce que es necesario convencer a los pro?pietarios de los cines de que hay que renovar las salas. Y no solo en la calidad de imagen y sonido. ¡°El mundo del cine est¨¢ cam?biando. Hace veinte a?os la men?talidad era la de los multicines. El mismo tama?o y sala sirve para todos los p¨²blicos. El suelo, el olor y la comida era igual. Esto ya no es as¨ª. Hay espectadores que quieren ir con frecuencia pero sin pagar tanto. Y los hay que no van tan a menudo pero que, cuando lo hacen, quieren la mejor experiencia posible. En ese nicho de mercado es donde una sala de alta calidad como Dolby Cinema tiene sentido¡±.
Hay una segunda v¨ªa m¨¢s radical para reformular el cine, una que pioneros como James Cameron o Francis Ford Coppo?la exploraron en pel¨ªculas pen?sadas para parques tem¨¢ticos. Terminator 2 3-D: Battle Across Time ¡ªuna de las atracciones m¨¢s longevas del parque Universal Studios de Florida, que se mantuvo operativa durante 21 a?os¡ª mezclaba la proyecci¨®n de una pel¨ªcula convencional, que continuaba la historia de Terminator 2, con un espect¨¢culo interactivo con actores en vivo. Esa v¨ªa para un cine llevado por la interacci¨®n es la que exploran empresas como The Void.
- Ir a jugar al cine
El concepto es similar a un mul?ticine. Diversas salas con distin?tas experiencias, del intimismo a la epopeya. Pero en el interior no hay butacas, sino un mismo espacio que se reinventa gracias al uso de visores de realidad vir?tual y trajes h¨¢pticos, con los que sentir los efectos.
Curtis Hickman, mago de formaci¨®n y CCO de The Void, explica c¨®mo se logra el truco de tener encerrados a los asis?tentes en una habitaci¨®n de dimensiones limitadas y hacer?les creer que caminan por enor?mes extensiones con diversos niveles de altura: ¡°Desde fuera, haremos que la gente camine en c¨ªrculos. Pero ellos no se dar¨¢n cuenta porque jugaremos con su percepci¨®n. Alteraremos el entorno virtual para que parez?ca que avanzan a otros lugares¡±.
Una de las experiencias, que ya se puede probar en Londres, Orlando y Anaheim, permite convertirse en un rebelde dis?frazado de tropa imperial y vivir una aventura de Star Wars. El precio es superior al de una entrada convencional de cine, cerca de 25 euros.
Nomadic VR, una empre?sa californiana dedicada a la tecnolog¨ªa virtual, plantea esa integraci¨®n con la sala de cine en t¨¦rminos cercanos a LEGO. Sus objetos f¨ªsicos manipula?bles en el mundo virtual son modulares: palancas, armarios, monitores que adquieren nue?vos significados y sensaciones al superponerse la capa virtual. En su amplio art¨ªculo sobre la convenci¨®n de exhibidores, la CinemaCon, Brian Bishop escri?b¨ªa esta opini¨®n en The Verge: ¡°[Nomadic] ilumina un posible futuro potencial para las salas de cine, uno en el que ya no son las catedrales para los cin¨¦filos de hoy, sino centros de entrete?nimiento que ofrecen una gran variedad de opciones. Y, si las tendencias del p¨²blico conti?n¨²an como hasta ahora, esto tal vez no sea una opci¨®n m¨¢s; tal vez sea la ¨²nica¡±.
Julian Stanford, directivo de Dolby, contrarresta esta visi¨®n pesimista de que a la sala solo le queda el renovarse o morir: ¡°Un amigo de mi hijo, cineasta, me dijo algo que creo que es la clave: ¡®Voy al cine porque me obliga a apagar el m¨®vil y concentrarme totalmente en la pel¨ªcula. Y eso si estoy en casa es pr¨¢cticamente imposible¡±.
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