La obsesi¨®n del cantante de Black Eyed Peas con la inteligencia artificial

Muchos os estar¨¦is preguntando qu¨¦ hago yo aqu¨ª, rodeado de aficionados a la tecnolog¨ªa, hablando de inteligencia artificial¡±. Will.I.Am, cantante de The Black Eyed Peas, no anda desencaminado. No son pocos los que han acudido a su conferencia atra¨ªdos por la curiosidad. ?Qu¨¦ hace una estrella musical en el escenario por el que pasar¨¢n estos d¨ªas varios emprendedores de Silicon Valley?

La respuesta es sencilla: el artista tambi¨¦n es emprendedor tecnol¨®gico. Lo es desde que en 2012 decidi¨® fundar I.am+, una empresa que se dio a conocer por comercializar wearables que van desde una pulsera inteligente a unos auriculares. Su startup, en la que trabajan unas 300 personas, recaud¨® 100 millones de euros el a?o pasado tras abandonar su apuesta por el hardware para centrarse en el software conversacional. Recientemente ha tenido la oportunidad de presentar el estado de este proyecto en el marco del Dreamforce, un evento que organiza la compa?¨ªa Salesforce en San Francisco y al que ha sido invitado EL PA?S RETINA.

• Oye, Omega

¡°Hemos desarrollado un sistema que permite interactuar con tu dispositivo hablando de la manera m¨¢s natural posible¡±, explica el artista. ¡°Porque las personas no quieren tener que hablar como una m¨¢quina para que la m¨¢quina les entienda: necesitan que sea esta la que aprenda a hablar como ellas¡±. La soluci¨®n en la que trabajan est¨¢ destinada a empresas ¡ªconcretamente, buscan sus clientes en el sector retail¡ª, se llama Omega y su primera versi¨®n lleva algo menos de un a?o funcionando para algunas compa?¨ªas en Austria, donde han lanzado su proyecto piloto.

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El cantante considera que el valor diferencial de Omega reside en lo que define como una soluci¨®n de dominios cruzados o, en otras palabras, la integraci¨®n de sistemas. ¡°Omega me permite buscar una receta de cocina, comprar los ingredientes que necesito para preparar el plato y seleccionar la m¨²sica que quiero escuchar mientras cocino sin necesidad de acceder a ning¨²n otro sitio¡±, resume.

Como artista, es consciente de que una imagen vale m¨¢s que mil palabras y recurre a una demostraci¨®n en tiempo real para ense?ar su funcionamiento. ¡°Nunca hago playback cuando act¨²o con mi banda, as¨ª que esta prueba tambi¨¦n la haremos en directo¡±, bromea. Coloca su tel¨¦fono sobre un atril y comienza a utilizar su Siri particular. Le pide que ponga una canci¨®n de Bruno Mars, pregunta cuando ser¨¢ su pr¨®ximo concierto y lo a?ade al calendario, sin usar las manos. Despu¨¦s, ordena al software que pida mesa en un restaurante para cenar; el sistema realiza la llamada, interact¨²a mediante una interfaz de voz con el camarero y gestiona la reserva.

La mayor¨ªa de expertos coincide en que la voz ser¨¢ la pr¨®xima gran revoluci¨®n que veremos como sociedad y, como tal, implicar¨¢ una revoluci¨®n en nuestros h¨¢bitos. ¡°Las interfaces conversacionales est¨¢n cambiando la forma en la que nos relacionamos con nuestros dispositivos¡±, advierte Peter Doolan, vicepresidente ejecutivo de Salesforce. Hoy, tenemos un motor de b¨²squeda que ordena los resultados de su cat¨¢logo seg¨²n puedan ser relevantes para nosotros. La voz implica una interacci¨®n a trav¨¦s de preguntas y respuestas que concede una personalizaci¨®n mayor.

Las interfaces conversacionales est¨¢n cambiando la forma en la que nos relacionamos con nuestros dispositivos.

Peter Doolan, vicepresidente ejecutivo de Salesforce

Abordar este tema desde una perspectiva empresarial, haciendo ¨¦nfasis en el papel de esta disrupci¨®n, supone otro cambio de paradigma en un campo fundamental: la experiencia de usuario. ¡°Cuando las personas puedan dirigirse a sus marcas por medio de la voz y estas sean capaces de atender sus necesidades por el mismo medio, la conexi¨®n entre ambos ser¨¢ m¨¢s cercana¡±, reflexiona el directivo.

• Cantantes y actores, todos emprendedores

Will.I.Am no es el ¨²nico artista de ¨¦xito que ha decidido meter las narices en las tecnol¨®gicas. Al margen del sorprendente caso de Bruce Dickinson, cantante de Iron Maiden, emprendedor en serie y piloto de aviones, entre otras cosas, encontramos casos m¨¢s comunes. El actor Ashton Kutcher invirti¨® en empresas como Foursquare, Skype, Airbnb y Uber antes de que alcanzaran un impacto m¨¢s global. Justin Timberlake tambi¨¦n puso su dinero en varias startups, pero su apuesta m¨¢s conocida y arriesgada fue la red social MySpace, que compr¨® cuando empezaba a perder su brillo ante el auge de Facebook. Bono, cantante de U2, supo apostar a caballo ganador y se convirti¨® en el m¨²sico m¨¢s acaudalado del mundo tras comprar m¨¢s del 2% de las acciones de la compa?¨ªa de Mark Zuckerberg.