La innovaci¨®n empresarial no entra en campa?a
En Espa?a nos hemos autoconvencido de que somos un pa¨ªs que no innova, y por ende nuestras empresas tampoco, cuando la realidad es otra muy diferente: lo ¨²nico que les falta es capacidad para comunicarlo.
Alguno de ustedes ser¨ªa capaz de recordar la ¨²ltima vez que se habl¨® de innovaci¨®n empresarial en alg¨²n acto de campa?a electoral? Yo desde luego no podr¨ªa: el tema no parece figurar entre las grandes preocupaciones de nuestros pol¨ªticos, a pesar de que de ella depende el futuro del tejido empresarial de este pa¨ªs, y nuestra competitividad a escala global. Y tal vez alguno de ustedes est¨¦ pensando ¡°si no hablan de ello, ser¨¢ porque en Espa?a la empresa no innova¡±. En tal caso, perm¨ªtame corregirle: la empresa espa?ola s¨ª innova. Y mucho.
Es cierto que por culpa de la crisis nuestros niveles de innovaci¨®n como pa¨ªs est¨¢n por debajo de la media europea, pero tambi¨¦n lo es que el a?o pasado la inversi¨®n en I+D subi¨® un 2%, y que nuestras empresas cargaron con el 52% del total de dicho esfuerzo. No estoy hablando s¨®lo de empresas del sector TIC (las que m¨¢s publicidad se suelen llevar), sino de sectores percibidos normalmente como ¡°tradicionales¡±, tales como el agroalimentario, que es el cuarto en volumen a nivel europeo, y que tiene un 63% de empresas que realizan innovaci¨®n de manera continuada.
De hecho, algunas de las innovaciones m¨¢s espectaculares vistas en el tejido empresarial espa?ol durante los ¨²ltimos a?os provienen de sectores normalmente percibidos como cl¨¢sicos o poco innovadores. El agroalimentario nos ha dejado grandes avances este a?o, en forma de biotecnolog¨ªa que permite crecer cultivos en climas imposiblemente ¨¢ridos, sensores que controlan la salud del ganado de forma remota o packaging nanotecnol¨®gico que prolonga la vida ¨²til de los alimentos. Por su lado, el castizo sector del ladrillo, cl¨¢sico pilar de la econom¨ªa espa?ola, ha empezado a adoptar soluciones de blockchain para realizar pagos o firmar cualquier tipo de documento oficial, o dispositivos de realidad virtual que permiten visitar pisos sin moverse de una oficina. Todo esto est¨¢ sucediendo en Espa?a, se lo prometo.
?Por qu¨¦ nuestra percepci¨®n de estos sectores no se corresponde con el car¨¢cter innovador que demuestran con sus inversiones en I+D? En parte, porque sufrimos de una falta de tradici¨®n y pr¨¢ctica de comunicar la innovaci¨®n, dado que a veces ¨¦sta no es percibida como una ventaja competitiva clara para la marca. Adem¨¢s, la difusi¨®n de ciertos avances tecnol¨®gicos no siempre es tarea f¨¢cil: hay que saber transformar informaci¨®n muy t¨¦cnica y acercarla al lenguaje y las preocupaciones de la sociedad. En otras palabras, que el p¨²blico vea el valor real que va a tener la innovaci¨®n en su d¨ªa a d¨ªa.
Por otra parte, yo tambi¨¦n achaco esta disonancia entre realidad y percepci¨®n a una falta de iniciativas e ilusi¨®n por parte de la administraci¨®n p¨²blica para potenciar la difusi¨®n de los logros de sus empresas. Esto me resulta particularmente chocante al compararlo con otros pa¨ªses en los que habitualmente opero. En Singapur, por ejemplo, la involucraci¨®n del gobierno con la promoci¨®n de la innovaci¨®n empresarial es total: los ministros se esfuerzan en mantenerse al tanto de los ¨²ltimos desarrollos de sus empresas m¨¢s innovadoras, y no tienen problema en sacarlos a relucir durante los debates parlamentarios, utilizando los logros de dichas empresas como prueba de la eficacia de sus pol¨ªticas en I+D.
En Espa?a, sin embargo, nos hemos autoconvencido de que somos un pa¨ªs que no innova, y por ende nuestras empresas tampoco, cuando la realidad es otra muy diferente: lo ¨²nico que les falta es capacidad para comunicarlo. Nuestros pol¨ªticos deber¨ªan ser conscientes de ello, y por ello los animo a que durante esta campa?a se acuerden de la innovadora empresa espa?ola y se encarguen de recordarnos a todos que, aunque no queramos creerlo, la innovaci¨®n ya est¨¢ arraigada en el tejido empresarial de este pa¨ªs.
Manuel Fuertes es CEO de Grupo Kiatt y profesor adjunto en IE Business School.
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