Los robots que te llevan la cena del restaurante a la puerta de casa

Para los estudiantes de la universidad de Berkeley (California, Estados Unidos) los robots rodantes de Kiwi ya son parte de su d¨ªa a d¨ªa. Estas simp¨¢ticas m¨¢quinas llenan las calles del campus transportando comida y bebida de los restaurantes a la puerta de las casas de los universitarios. Fueron precisamente un par de estudiantes, Felipe Ch¨¢vez y Sasha Iatsenia, quienes fundaron esta startup y ahora est¨¢n en pleno proceso de expansi¨®n.

Su modelo de negocio es igual que el de plataformas que ya funcionan en Espa?a, como Deliveroo o Glovo. Solo que, en lugar de ser un ser humano quien llama a tu timbre, es un robot. Cuando el usuario realiza el pedido, el restaurante lo prepara y lo mete dentro de los compartimentos de uno de los robots, que est¨¢n aislados y tienen cerradura. Atrav¨¦s de la app puedes ver por d¨®nde va la m¨¢quina e incluso ver lo que el robot est¨¢ viendo.

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Pero, ?lo hacen todo solos? No, todav¨ªa son semiaut¨®nomos. Aunque pueden circular por la mayor¨ªa de las aceras y evitar a los peatones, cada uno tiene un humano que lo monitorea y establece puntos de referencia para que lo siga.?Sasha Iatsenia, una de las fundadoras, explic¨® a Techcrunch que "hab¨ªan intentado que fueran completamente aut¨®nomos y que funcion¨® la mayor parte del tiempo. Pero la mayor¨ªa de las veces la calidad del servicio no es lo suficientemente buena para un servicio comercial, por lo que tienen a los humanos al tanto".

Uno de los motivos que puede estar detr¨¢s de la popularidad de estos simp¨¢ticos robots es que pedir comida a trav¨¦s de este m¨¦todo es mucho m¨¢s econ¨®mico para los clientes. Principalmente, por que se ahorran la propina. Es conocida la costumbre de dejar un buen porcentaje de propina a qiuen te atiende en Estados Unidos. Pero, ?qu¨¦ pasa cuando es una m¨¢quina? En este caso, no ha habido lugar para el debate y los usuarios han tomado la decisi¨®n: se la ahorran.

Sea cual sea el m¨¦todo, Kiwi funciona: ha realizado m¨¢s de 35.000 entregas a un ritmo cada vez mayor desde que comenz¨® hace dos a?os y el modelo parece haber demostrado su eficacia. Tambi¨¦n hay cada vez menos incidentes en los que un robot es pateado (aunque un fallo en las bater¨ªas hizo que uno saliera ardiendo). Los transe¨²ntes parecen haberse adaptado a los robots y, seg¨²n cuentan los fundadores, "si uno se da la vuelta o se queda atascado, cualquier ciudadano vuelve a ponerlo en marcha poco despu¨¦s". Ahora, los responsables tambi¨¦n planean expandirse a m¨¢s universidades.?