?Te incomoda ver c¨®mo pegan a un robot?
La viralizaci¨®n de un v¨ªdeo par¨®dico en el que dos personas golpean repetidamente a una de estas m¨¢quinas nos lleva a plantearnos algo... ?Por qu¨¦ nos preocupan tanto los sentimientos de los androides?
Cuando Philip K. Dick escribi¨® ?Sue?an los androides con ovejas el¨¦ctricas? no imaginaba que su historia terminar¨ªa convirti¨¦ndose en uno de los cl¨¢sicos del cine de ciencia ficci¨®n. La pel¨ªcula que dirigi¨® Ridley Scott no ten¨ªa f¨¢cil llegar al gran p¨²blico con este t¨ªtulo, por lo que decidieron rebautizarla como Blade Runner. La estrategia de marketing pudo haber funcionado bastante mejor: la cinta nunca lleg¨® a ser un ¨¦xito en taquilla. Y no fue el p¨²blico no fue lo ¨²nico que perdi¨® con la nueva nomenclatura: en su b¨²squeda de dar con un nombre m¨¢s comercial, el largometraje huy¨® de la declaraci¨®n de intenciones que hac¨ªa el autor en la novela, la pregunta que dejaba en el aire: ?Tienen sentimientos las m¨¢quinas?
La respuesta, al menos en nuestros d¨ªas, est¨¢ bastante clara: por supuesto que no. Sin embargo, la empat¨ªa que han expresado muchas personas ante la viralizaci¨®n de un v¨ªdeo en el que dos personas golpeaban repetidamente a un robot nos cuenta algo interesante.
Empecemos por el principio. El v¨ªdeo del que estamos hablando, obra de la compa?¨ªa de producci¨®n de Los ?ngeles Corridor Digital, es una parodia de los que suele compartir la empresa de rob¨®tica Boston Dynamics. En ¨¦l, se observa una r¨¦plica del robot Atlas ¡ªque no es m¨¢s que una imagen generada por ordenador (CGI)¡ª siendo golpeado y disparado mientras trata de cumplir con la misi¨®n de entregar un paquete a un operario humano.
Muchas cuentas en redes sociales compartieron este contenido en baja resoluci¨®n y fuera de contexto y muchos usuarios no percibieron que el robot era falso y el v¨ªdeo una parodia. La producci¨®n de Corridor Digital no se sac¨® de la manga el acoso ejercido sobre el androide; Boston Dynamics realiza pruebas de estr¨¦s con sus robots para comprobar que son capaces de adaptarse a todo tipo de imprevistos. Y, aunque no son tan extremas como las que muestra el v¨ªdeo viral, pueden resultar inc¨®modas para algunos.
Pruebas de estr¨¦s a robots de Boston Dynamics.
Las muestras de preocupaci¨®n o l¨¢stima por estas m¨¢quinas, como si estuvieran m¨¢s cerca de un ser vivo que de una tostadora, es especialmente llamativa. Un robot no puede sufrir o hacerse da?o; en todo caso se rompe. Sin embargo, muchos estudios confirman que, en determinadas ocasiones, tendemos a tratarlos como iguales.
La revista cient¨ªfica PLOS One public¨® el a?o pasado los resultados de un estudio en el que 89 personas respond¨ªan las preguntas del robot Nao con la excusa de ayudarle a entrenar sus algoritmos. Nada m¨¢s lejos de la realidad: el experimento ven¨ªa cuando ten¨ªan que apagar el robot al finalizar la prueba, tal y como les hab¨ªan indicado los investigadores. Llegado este momento, el robot suplic¨® por su vida a algunos de los participantes rog¨¢ndoles que no lo apagasen. Muchos obedecieron al robot antes que a los investigadores. M¨¢s de la mitad confesaron que lo hiceron porque el androide les dio pena o sintieron que al apagarlo estar¨ªan haciendo algo malo.
Los investigadores relacionaron estas reacciones con la denominada ¡°ecuaci¨®n de los medios¡±, una teor¨ªa que defiende que los humanos suelen tratar ciertos medios infomatizados como si fueran humanos. Y, para colmo, cada vez parecen m¨¢s humanos. Las voces femeninas de la pr¨¢ctica totalidad de asistentes de voz en el mercado, adem¨¢s de generar ciertas controversias, implican que asociemos estereotipos de g¨¦nero a un conjunto de algoritmos. Si un bot suena amable cuando interact¨²a con nosotros, actuaremos de forma rec¨ªproca. Incluso aceptamos ¨®rdenes de una m¨¢quina si se nos presenta como una figura de autoridad.
Nuestra tendencia a la empat¨ªa con los robots tiene incontables ventajas, pero tambi¨¦n riesgos importantes a futuro. Muchas empresas podr¨ªan aprovechar esta debilidad humana para conseguir una mayor cercan¨ªa con sus clientes y elaborar estrategias de venta que explotaran esta afinidad con las m¨¢quinas. Imagina que tu querida amiga Alexa te recomiende comprar un coche nuevo porque te lo has ganado y nadie se lo merece m¨¢s que t¨². El anuncio perfecto. En nuestras manos est¨¢ decidir hasta qu¨¦ punto empatizar con la tecnolog¨ªa.
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