Muerte y resurrecci¨®n del Apolo israel¨ª, que ya no volver¨¢ a la luna
El ingeniero Diego Saikin, que particip¨® como voluntario en el fallido intento de alunizaje de SpaceIL, repasa su experiencia en el proyecto Beresheet, cuya continuidad no tiene tan clara
El pasado 12 de abril, Israel lleg¨® a la luna¡ Pero en trocitos. La sonda espacial Beresheet se estrell¨® en la superficie del sat¨¦lite por un fallo t¨¦cnico. "Hubo un espectro muy grande de emociones. Depende de a qui¨¦n le preguntes. Fue una monta?a rusa", recuerda Diego Saikin, que trabaj¨® como voluntario en el alunizaje truncado de SpaceIL. La monta?a rusa no termin¨® con el aterrizaje fatal. Al d¨ªa siguiente, el emprendedor millonario Morris Khan proclam¨® que el proyecto volv¨ªa a la vida: renaci¨® como Beresheet 2.
No se dieron muchos m¨¢s datos, pero el comunicado parec¨ªa entra?ar un segundo intento de alunizaje. "Ac¨¢ se recibi¨® con much¨ªsima ilusi¨®n la posibilidad de intentarlo de vuelta", afirma el ingeniero, que, por su parte, acogi¨® la noticia con cierto escepticismo. "El anuncio se hizo tambi¨¦n con toda la emoci¨®n del momento del aterrizaje. A mi forma de verlo, declarar Beresheet 2 fue un poco prematuro porque no hay todav¨ªa un programa. Por eso es que todav¨ªa no se sabe muy bien qu¨¦ va a pasar".
Tanto es as¨ª que ese segundo alunizaje qued¨® oficialmente cancelado este mismo martes, cuando SpaceIL difundi¨® a trav¨¦s de sus perfiles en redes sociales que Beresheet 2 tiene otros planes: "Esta vez no iremos a la luna. El viaje de Beresheet a la luna ya se recibi¨® como una expedici¨®n exitosa y que rompi¨® r¨¦cords. En su lugar, buscaremos otros objetivos m¨¢s significativos para Beresheet 2". Tampoco hay muchos m¨¢s detalles en este segundo comunicado.
- El plan es que no hay plan
¡°Est¨¢n un poco en stand by por no ponerse de acuerdo en qu¨¦ intentar la pr¨®xima vez¡±, explica Saikin, que est¨¢ estos d¨ªas en Madrid para el evento Thinking different: In Art, Science and Entrepreneurship: Israel model organizado por The Arth¨ªan y la Embajada de Israel. Desde su punto de vista, el cambio de objetivos es un acierto: ¡°Intentar exactamente lo mismo, ser¨ªa una inversi¨®n muy grande para hacer algo que ser¨ªa un 5% mejor¡±.
El primer Beresheet supuso una inversi¨®n de 100 millones de d¨®lares procedentes mayoritariamente de donaciones privadas. "La gente que puso dinero para la primera misi¨®n lo hizo por pura filantrop¨ªa. Nadie esperaba ver nada de vuelta y muchos ni siquiera sab¨ªan si iba a tener ¨¦xito", se?ala Saikin. Conseguir esta financiaci¨®n fue una carrera de obst¨¢culos para SpaceIL, pero aun as¨ª la cifra est¨¢ muy por debajo de las que habitualmente se manejan en la exploraci¨®n espacial. "Si se intenta de nuevo, yo creo que se podr¨ªa hacer un programa de que ya no sea donaci¨®n, sino una especie de inversi¨®n. Esto no es oficial. Es una idea m¨ªa. Los que pongan dinero en eso, quiz¨¢ a largo plazo ver¨¢n alg¨²n dividendo, y la raz¨®n es que el concepto ya est¨¢ probado. Ya probamos que somos capaces de hacer una misi¨®n lunar por una fracci¨®n del costo de cualquier otra misi¨®n que haya llegado a la luna".
- ?xito en el fracaso
Saikin particip¨® en Beresheet en dos periodos, uno al inicio de proyecto y otro en la fase final. Siempre como voluntario. "No recib¨ª ninguna contribuci¨®n. Recib¨ª una estatuita de "gracias" y, por supuesto, un mont¨®n de exposici¨®n medi¨¢tica. Lo hice por puro placer y lo volver¨ªa a hacer. Me divert¨ª much¨ªsimo", afirma. El hecho de que el resultado de la primera misi¨®n de alunizaje privada est¨¦ ahora hecho pedacitos en el espacio exterior no cambia nada: "Por supuesto, me habr¨ªa gustado tener ¨¦xito, pero definitivamente no fue un fracaso".
En los planes de SpaceIL estaba recrear el efecto Apolo entre los j¨®venes israel¨ªes. "Esto es algo que se not¨® en los a?os subsiguientes al alunizaje de las misiones Apolo cuando todos los chicos que estaban enfrente de la tele ese d¨ªa crecieron, se fueron a las universidades y eligieron m¨¢s carreras STEM", explica Saikin. A¨²n habr¨¢ que esperar para ver si el plan da resultado, pero el ingeniero ya hace balance positivo: "La misi¨®n de recrear el efecto Apolo tambi¨¦n va con demostrar que hay que romper esos estigmas de que el proyecto es muy grande y es imposible y no se puede. Esto lo empezaron tres chicos que se encontraron en un bar, dibujaron la primera misi¨®n espacial en una servilleta y terminaron arrastrando a un pa¨ªs entero y llegando de verdad a la luna".
Voluntariado espacial
Space IL comenz¨® su andadura basado en el trabajo de voluntarios como Saikin. Conforme la misi¨®n tomaba forma, estas participaciones se fueron distanciando de los trabajos m¨¢s t¨¦cnicos y quedaron centradas en tareas de divulgaci¨®n, con excepciones como la de Saikin, que sigui¨® contribuyendo al desarrollo del software. "Trabajaba por las noches, durante los fines de semana... Pero no necesariamente con la m¨¢xima intensidad. A veces hab¨ªa cosas que eran m¨¢s urgentes y, bueno, entonces no dorm¨ªa, o me iba antes del trabajo. Pero otros meses hab¨ªa muy poco que hacer".
La visualizaci¨®n en 3D del ahora desintegrado Beresheet, que fue una de las contribuciones m¨¢s medi¨¢ticas de Saikin al proyecto, sali¨® de una clase de gr¨¢fica computacional. "Cuando me lo pidieron, no sab¨ªa ni por donde empezar", recuerda. El ingeniero argentino-israel¨ª mat¨® dos p¨¢jaros de un tiro: convirti¨® el desarrollo de estas im¨¢genes en el proyecto final de una de las asignaturas optativas que ten¨ªa pendientes en la universidad.
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