La ¡®tinderizaci¨®n¡¯ del mercado de trabajo
Las relaciones laborales se parecen cada vez m¨¢s a las sentimentales. Muchos hablan de la ¡®uberizaci¨®n¡¯ de la Econom¨ªa. El autor, sin embargo, detecta m¨¢s bien una ¡®tinderizaci¨®n¡¯ del mercado de trabajo
En el siglo XXI, las relaciones laborales se parecen cada vez m¨¢s a las relaciones sentimentales y, aunque mucha gente habla de la uberizaci¨®n de la Econom¨ªa, yo creo que, m¨¢s bien, se est¨¢ produciendo una tinderizaci¨®n del mercado de trabajo. Y las plataformas digitales de la -mal llamada- econom¨ªa colaborativa cada vez se parecen m¨¢s a las plataformas digitales de contactos, como Tinder.
Ya pocas personas quieren casarse con alguien y prefieren mantener contactos a la vez con varias personas que les gustan. Y, aunque se centren m¨¢s en una, si hay alg¨²n problema, a la primera de cambio pasan a la siguiente. Nos parecer¨¢ mejor o peor, moral y socialmente, pero es lo que hay, son las reglas del juego y quien est¨¢ en esas plataformas sabe que no son relaciones como las de antes.?
Imaginemos que una chica abre un perfil en alguna de dichas plataformas y dice, claramente, que quiere conocer y salir con varios chicos. ?Ser¨ªa l¨®gico que luego los administradores le exigieran que se casara con uno de ellos? Sin embargo, si una empresa ofrece trabajo en determinadas condiciones y los trabajadores las aceptan, ?nos parece bien que la administraci¨®n presione para cambiarlas?
Hablemos de derechos
S¨¦ que el s¨ªmil es provocador, pero, a mi juicio, sirve para ilustrar crudamente la clave del problema: para bien y para mal las relaciones de antes ya no ser¨¢n las mayoritarias; ni las sentimentales ni las laborales. Lo normal ya no es que vivas toda tu vida con la misma persona ni trabajes y te jubiles en la misma empresa. Nos tenemos que acostumbrar a una mayor movilidad sentimental y profesional.
Por eso, como ya he dicho alguna vez, no entiendo bien la obsesi¨®n de algunos de reconducir todas las relaciones laborales a contratos fijos por cuenta ajena. Es como reconducir todas las relaciones sentimentales al matrimonio can¨®nico. Pareciera que la relaci¨®n ideal es el trabajo por cuenta ajena (o el matrimonio) y que los trabajadores aut¨®nomos (o las uniones de hecho) no son una opci¨®n.
Igual que ha habido una evoluci¨®n hist¨®rica en la que se han ido reconociendo derechos fundamentales a todas las parejas y todos los hijos, con independencia de su estado civil y su filiaci¨®n, porque son ciudadanos y seres humanos iguales, quiz¨¢s, en vez de empe?arnos en que todos los trabajadores deben encajar en una figura determinada, tendr¨ªamos que reconocer m¨¢s derechos a otras figuras.
Nuevas figuras
Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs de su entorno en que el Gobierno ha abordado el tema con una estrategia inspectora y judicial, en vez de crear una mesa de di¨¢logo para abordar el debate sobre los falsos aut¨®nomos y las plataformas, y legislar despu¨¦s. Los jueces aplican la legislaci¨®n vigente, pero reconocen en sus sentencias que no se adapta bien a la nueva realidad y piden que se regulen nuevas figuras.
En Francia existe una figura denominada auto-entrepreneur, creada hace diez a?os y que ha sido varias veces modificada (la ¨²ltima tuvo un problema formal y debe repetirse), con la que se est¨¢ avanzando hacia un ¨¢mbito especial para el trabajador independiente de plataforma, creando una serie de protecciones y beneficios extras para ¨¦l, pero manteniendo el estatus de trabajador aut¨®nomo.
En Reino Unido hay una categor¨ªa de trabajador denominada worker que est¨¢ siendo utilizada, junto con el self-employee y el employee, como instrumento para dar encaje a las relaciones de trabajo en las plataformas. Y el Gobierno est¨¢ llevando a cabo un proyecto piloto con los trabajadores de plataforma en materia de pensiones y ahorro.
La Uni¨®n Europea, a trav¨¦s del Parlamento, la Comisi¨®n y otros organismos, ha elaborado varios informes sobre el trabajo en plataformas y creado espacios de debate y dise?o de propuestas con las partes afectadas, p¨²blicas y privadas. Adem¨¢s, ha aprobado recientemente una Directiva relativa a unas condiciones laborales transparentes y previsibles en la UE, que afectar¨¢ a las plataformas.
La 'flexiguridad¡¯
Hace cuatro a?os (el 28 de octubre de 2015), la Comisi¨®n Europea aprob¨® una comunicaci¨®n (al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comit¨¦ Econ¨®mico y Social Europeo y al Comit¨¦ de las Regiones): ¡°Hacia los principios comunes de la flexiguridad: m¨¢s y mejor empleo mediante la flexibilidad y la seguridad¡±, en la que apostaba por una estrategia integrada de ambas cosas.
Su finalidad era tener en cuenta las necesidades de empleadores y empleados, con herramientas y pol¨ªticas para que ambas partes salgan beneficiadas de este nuevo paradigma, porque se consideraba un aspecto clave en la Estrategia para el Crecimiento y el Empleo de la UE, ya que ayudar¨ªa a las empresas y a los empleados a adaptarse a los desaf¨ªos y a las oportunidades de la globalizaci¨®n.
Creo que ese nuevo paradigma, en que se combinan flexibilidad y seguridad, es al que se dirigen las relaciones del siglo XXI, tanto sentimentales como laborales. Pocas personas quieren ya atarse de por vida a otra y prefieren relaciones con mayor libertad, en las que, si van mal, el coste de separarse no resulte excesivo, reconociendo derechos esenciales y respetando la naturaleza de cada relaci¨®n.
Borja Adsuara es Experto en Derecho, Estrategia y Comunicaci¨®n Digital
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.