Ciencia ficci¨®n: una historia del presente con vistas al futuro
?Qu¨¦ nos pueden decir los robots positr¨®nicos, las invasiones extraterrestres o las naves interestelares acerca de nosotros mismos? Casi todo
Hugo Gernsback, uno de los padres de la ciencia ficci¨®n, la defin¨ªa como "un fascinante romance entremezclado con el hecho cient¨ªfico y la visi¨®n prof¨¦tica". Y puede que raz¨®n no le faltara, ya que ning¨²n otro g¨¦nero como este es capaz de aunar los conceptos cient¨ªficos m¨¢s ¨¢ridos con las pasiones y esperanzas m¨¢s profundas del ser humano. Pero, ?es siquiera esto posible? ?Qu¨¦ nos pueden decir los robots positr¨®nicos, las invasiones extraterrestres o las naves interestelares acerca de nosotros mismos? Casi todo.
Lejos de lo que se suele pensar, no toda la ciencia ficci¨®n tiene como objetivo evadirnos de la realidad, del mismo modo que no se limita a hablar de tecnolog¨ªa imaginaria solo apta para ingenieros nerd. Tampoco entre sus finalidades se encuentra necesariamente la de predecir el futuro o advertirnos sobre ¨¦l, aunque a veces lo haga. ?Entonces? La ciencia ficci¨®n es, sobre todo, un reflejo del presente, de cada presente: el de H. G. Wells, el de Isaac Asimov y Leight Brackett, el de Ursula K. Le Guin, el de William Gibson, el de Cixin Liu... No es solo un g¨¦nero, sino que siempre ha sido uno de los espacios de reflexi¨®n m¨¢s importantes de cada ¨¦poca, y en la nuestra desempe?a, si cabe, un rol m¨¢s crucial: solo comprendiendo lo que somos existe la posibilidad de vislumbrar lo que podr¨ªamos llegar a ser.
Acabamos de entrar en un nuevo paradigma tecnol¨®gico: inteligencia artificial, big data, cambio clim¨¢tico, exploraci¨®n espacial¡ que se ve reforzado por las figuras de visionarios como Elon Musk. ?Hacia d¨®nde vamos ahora? No es casualidad que HBR y The New Yorker hayan publicado recientemente art¨ªculos acerca de los posibles usos de la ciencia ficci¨®n como herramienta para poder realizar prospectiva. ?Por qu¨¦ incluso el Ej¨¦rcito franc¨¦s se ha sumado a la multitud de compa?¨ªas que contratan escritores para poder anticipar escenarios futuros? ?Es realmente ¨²til la ciencia ficci¨®n para hacer predicciones? Tan solo sabemos que nos encontramos frente a un horizonte de sucesos tras el cual desconocemos si existe un agujero negro o un nuevo para¨ªso para la humanidad. Debemos estar preparados.
James A. Dator, director del Hawaii Research Center for Futures Studies, ha intentado dar respuesta a muchas de las preguntas que hemos planteado. Si tenemos en cuenta la primera ley de Dator ?el futuro no se puede predecir?, aunque s¨ª se puede pronosticar. Para poder hacer proyecciones v¨¢lidas, es fundamental encontrarse en un estado mental (mindset) que nos permita poder pensar de determinada manera. Para llegar a este mindset s¨ª que es realmente ¨²til la ciencia ficci¨®n, no solo a trav¨¦s de las visiones de renombrados escritores para que nos ayuden a realizar pron¨®sticos, sino para permitirnos pensar de forma divergente, aunque con restricciones.
La segunda ley de Dator nos dice algo muy interesante: ?cualquier idea ¨²til para el estudio de los posibles futuros debe parecer rid¨ªcula?. Pensemos en cu¨¢ntas ideas de la ciencia ficci¨®n nos parecen hoy rid¨ªculas, pero podr¨ªan ser ¨²tiles para pronosticar futuros. Y, sobre todo, pensemos en cu¨¢ntas, en el pasado, nos lo parecieron y hoy son una realidad.
Cualquier idea ¨²til para el estudio de los posibles futuros debe parecer rid¨ªcula
Segunda ley de Dator
Llegados a este punto, se hace muy dif¨ªcil saber qu¨¦ ideas llevan a qu¨¦ futuros. ?Predijo Ray Bradbury los auriculares en Farenheit 451 o alg¨²n dise?ador posterior se inspir¨® en ellos para dise?arlos veintis¨¦is a?os despu¨¦s? Gracias a Marshall McLuhan tenemos una visi¨®n m¨¢s clara de una teor¨ªa sobre el cambio social por la que existe una clara relaci¨®n entre nuestras herramientas y nosotros, por lo que "nosotros dise?amos nuestras herramientas y despu¨¦s nuestras herramientas nos moldean a nosotros".
Un ejemplo en sentido inverso lo tenemos en Frankestein: Mary Shelley decidi¨® que su doctor resucitara al monstruo utilizando descargas el¨¦ctricas. Esto, probablemente, no fuera una elecci¨®n casual en aquella ¨¦poca, la del electromagnetismo; Galvani estimulaba en sus experimentos el sistema nervioso de cad¨¢veres de ranas de la misma manera. Ciencia ficci¨®n y ciencia se retroalimentan en ambos sentidos y, en ocasiones, es dif¨ªcil discernir qui¨¦n tuvo la idea original.
Tal vez las visiones de Gattaca, In Time o Elysium nos parezcan tan lejanas como los planetas que visita el Endurance en Interestellar, o tan ajenas como la lengua de los hept¨¢podos en La llegada (basada en el relato ?La historia de tu vida? de Ted Chiang). Pero tambi¨¦n puede ser que Marte no se encuentre tan lejos como cuando Ray Bradbury escribi¨® Cr¨®nicas marcianas; que la singularidad tecnol¨®gica de Accelerando, de Charles Stross, ya nos aceche; o que pronto podamos descargar nuestra conciencia en una pila cortical como en Carbono Modificado, de Richard Morgan. El futuro ya ha llegado, porque todo lo que ha creado el ser humano sucedi¨® siempre, primero, en su imaginaci¨®n.
Luis Gonz¨¢lez Lorenzo es Immune Head of Human Science y Gisela Ba?os Ros es Immune Science Fiction Expert
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