Apocalipsis o redenci¨®n, los futuros paralelos de Elon Musk y Jack Ma
Los dos empresarios, gur¨²s de la tecnolog¨ªa, enfrentan sus visiones del mundo que se avecina. El americano aboga por ir a Marte para salvar a la Humanidad; el chino, por enfatizar las humanidades en la Tierra.
Un optimista antropol¨®gico, y un hombre que lo ve todo negro. Un gur¨² del comercio electr¨®nico que ha revolucionado la forma en la que compran los chinos, y un visionario sudafricano que ha popularizado el autom¨®vil el¨¦ctrico y que quiere que la poblaci¨®n viaje a la velocidad del sonido por un tubo. El fundador y presidente ejecutivo de Alibaba Group,?Jack Ma, y el fundador de PayPal y de Tesla, Elon Musk, se sentaron juntos frente al expectante p¨²blico de la Conferencia Mundial de Inteligencia Artificial, celebrada la semana pasada en Shangh¨¢i, para predecir el futuro que le espera a la Humanidad. Y sus visiones no pueden ser m¨¢s opuestas.
Musk est¨¢ convencido de que el ser humano tiene que convertirse en la primera especie multiplanetaria para no extinguirse, y por eso est¨¢ empe?ado en propiciar su llegada a Marte. ¡°As¨ª podr¨ªamos escapar de un apocalipsis en la Tierra, que puede suceder, y asegurarnos la salvaci¨®n. Puede que ese viaje se pueda hacer durante mucho tiempo, pero tambi¨¦n que la ventana temporal en la que sea posible resulte peque?a. Por eso, debemos ir a Marte cuanto antes¡±, afirm¨®.
Por si no fuese suficientemente pesimista, Musk a?adi¨® que, aunque nuestra presencia en el Planeta Azul logre extenderse durante mucho tiempo, eso no quiere asegura que vaya a ser pl¨¢cida. Y no solo por la crisis clim¨¢tica que acecha a la vuelta de la esquina, sino porque la inteligencia artificial puede acarrear la obsolescencia del homo sapiens. ¡°Los investigadores creen que son m¨¢s inteligentes que la inteligencia artificial, pero se equivocan. El desarrollo tecnol¨®gico es m¨¢s veloz que nuestra capacidad para entenderlo y adaptarnos a ¨¦l. Los ordenadores ya han demostrado que pueden batir nuestra inteligencia, y hay juegos como el ajedrez o el go en el que una persona nunca lograr¨¢ batirlos nunca m¨¢s. Nuestra ventaja sobre las m¨¢quinas ser¨¢ cada vez menor y estar¨¢ cada vez m¨¢s confinada¡±, sentenci¨® el fundador de Tesla.
A su lado, Ma negaba con la cabeza. ¡°Yo creo que deber¨ªamos centrarnos m¨¢s en el bienestar de los 7.000 millones de personas que habitan la Tierra, y asegurar su futuro para los pr¨®ximos 100 a?os. Necesitamos concentrar nuestros recursos en solucionar los problemas que tenemos aqu¨ª y ahora. Y tener en cuenta que la gran mayor¨ªa de las profec¨ªas que se han hecho a lo largo de la historia no se han cumplido. Si alguna lo han hecho ha sido fruto de la casualidad¡±, se?al¨® el fundador de Alibaba. ¡°Personalmente, yo no veo la inteligencia artificial como una amenaza, sino como una herramienta para conocernos mejor a nosotros mismos y, as¨ª, encontrar las soluciones que buscamos¡±, a?adi¨®.
El debate entre Musk y Ma, al que asisti¨® EL PA?S RETINA, se articul¨® de forma curiosa: sin moderador que les interrumpiese, los dos empresarios eligieron los temas de la conversaci¨®n en un panel que recog¨ªa de forma muy resumida las preguntas m¨¢s frecuentes de los asistentes, que pudieron enviarlas previamente a los organizadores. La vida en Marte y la automatizaci¨®n fueron las primeras cuestiones que abordaron, pero luego ambos se adentraron en desarrollar asuntos relacionados m¨¢s con esta ¨²ltima, como la destrucci¨®n de empleo y la educaci¨®n.
Ma sorprendi¨® con sus observaciones sobre el trabajo. ¡°Con cada revoluci¨®n tecnol¨®gica, la esperanza de vida ha crecido y la gente se ha preocupado por su empleo. Ahora, gracias a la inteligencia artificial y sus aplicaciones en medicina, quiz¨¢ lleguemos a vivir 120 a?os. Pero la verdadera revoluci¨®n ser¨¢ trabajar tres d¨ªas a la semana, cuatro horas al d¨ªa. As¨ª podremos dedicarnos m¨¢s a disfrutar de la vida. Porque viviremos m¨¢s y mejor, pero no necesariamente m¨¢s felices¡±, asegur¨® entre el murmullo de unos espectadores que se?alaron la contradicci¨®n que supone el discurso de Ma con su apoyo de la cultura laboral 996 -trabajar de 9 a 9, seis d¨ªas a la semana- que aplaudi¨® hace unos meses el empresario chino.
Pero Ma encontr¨® aqu¨ª el ¨²nico punto de encuentro con Musk: la preocupaci¨®n por la ca¨ªda de la natalidad. ¡°Necesitamos robots y algoritmos para hacer los trabajos que no queremos desempe?ar y para cuidar del creciente n¨²mero de ancianos¡±, sentenci¨® el empresario chino. Su hom¨®logo nacionalizado canadiense y estadounidense asinti¨®. ¡°La gente cree que nuestro problema es la superpoblaci¨®n, cuando lo que deber¨ªa preocuparnos es la exponencial ca¨ªda de la natalidad¡±, concord¨® Musk.
Para el impulsor de Hyperloop y Space X, en esta nueva era el ¨¦xito pasa por diluir la frontera entre seres humanos y m¨¢quinas. Para ello, ¨¦l ha propuesto Neuralink, un chip implantado en el cerebro que permitir¨¢ combinar las cualidades del ¨®rgano humano por excelencia con la potencia de los ordenadores. No es ciencia ficci¨®n. ¡°Ya somos un poco ciborgs. No hay m¨¢s que ver c¨®mo dependemos de los tel¨¦fonos m¨®viles, que se han convertido en una extensi¨®n de nuestro cuerpo. Tenemos que avanzar en esta direcci¨®n porque, de lo contrario, vamos a resultar demasiado lentos. Para nosotros, un milisegundo no es nada, pero para un ordenador es una eternidad¡±, explic¨® Musk.
Ma, sin embargo, subray¨® que las m¨¢quinas nunca controlar¨¢n a las personas. ¡°Tampoco creo que vayan a ser m¨¢s inteligentes, porque somos nosotros quienes las creamos. No es l¨®gico medir la inteligencia de un ordenador con un juego como el go, creado para enfrentar a dos seres humanos, como tampoco es l¨®gico tratar de correr m¨¢s que un coche. El ser humano utiliza las m¨¢quinas en su beneficio y cuenta con otras cualidades, como los sentimientos. La inteligencia artificial puede funcionar muy bien con la raz¨®n, pero no en situaciones que desaf¨ªan a la l¨®gica y que son comunes entre humanos¡±, rebati¨®.
Por eso, el creador del mayor imperio del comercio electr¨®nico chino tambi¨¦n incidi¨® en la necesidad de reformar los sistemas de educaci¨®n para potenciar la creatividad: ¡°La educaci¨®n actual se dise?¨® para la era industrial y est¨¢ obsoleta. No hay que dedicarse a memorizar datos o hacer c¨¢lculos, porque las m¨¢quinas lo har¨¢n mucho mejor y m¨¢s r¨¢pido. Tenemos que centrarnos en actividades creativas. Hace falta m¨¢s arte, m¨¢s danza¡±. A su lado, Musk reiter¨® la val¨ªa de su Neuralink. ¡°Con ese chip, podremos programarnos y adquirir conocimientos de forma instant¨¢nea¡±, se?al¨®.
Finalmente, afianzado su visi¨®n humanista, en su conclusi¨®n Ma volvi¨® a arremeter contra el proyecto espacial de Musk. ¡°Tenemos que concentrar nuestros esfuerzos en mejorar el mundo actual. Limpiar de pl¨¢stico nuestros mares es m¨¢s dif¨ªcil que llegar a Marte¡±, dispar¨®. Curiosamente, quiz¨¢ debido a los constantes ataques de Ma, Musk cerr¨® sus intervenciones con una nota positiva. ¡°Creo que terminaremos alcanzando la sostenibilidad, porque nuestra supervivencia depende de ello. Pero no podemos ser complacientes¡±, advirti¨®.
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