Marina Garc¨¦s: ¡°El problema no es la tecnolog¨ªa sino qui¨¦n la crea y desde qu¨¦ intereses¡±
La fil¨®sofa Marina Garc¨¦s critica las actitudes reactivas que nos poseen y la costumbre de estar de acuerdo por comodidad. Asegura que la filosof¨ªa nos puede ayudar a repensar nuestra realidad
P¨¢rate y piensa antes de hacer ese retweet. ?Est¨¢s reaccionando autom¨¢ticamente? El contenido que te bombardea. La necesidad de dar feedback. El corazoncito en Instagram. Lo mucho que te enfada ese bulo que est¨¢ por todas partes. ?Son decisiones conscientes? La hiperconectividad y la inmediatez est¨¢n cambiando nuestra forma de procesar la informaci¨®n y de actuar sobre nuestro entorno. Y las voces que nos dicen que ya es hora de hacer un esfuerzo por pararse a pensar resuenan a nuestro alrededor. Una de ellas es la de la fil¨®sofa Marina Garc¨¦s, tambi¨¦n profesora de los Estudios de Artes y Humanidades y directora del m¨¢ster de Filosof¨ªa para los Retos Contempor¨¢neos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Garc¨¦s critica la confianza ciega en cualquier cosa, las actitudes reactivas que nos poseen y la costumbre de estar de acuerdo por comodidad. Pero asegura que la culpa no es de la tecnolog¨ªa y que la filosof¨ªa nos puede ayudar a repensar nuestra realidad.
- P. ?Qu¨¦ papel tienen las humanidades en una sociedad en la que la tecnolog¨ªa cobra cada vez m¨¢s protagonismo?
- R. La tecnolog¨ªa es una expresi¨®n de nuestra visi¨®n del mundo, como sociedad y como civilizaci¨®n. Si no cuidamos los imaginarios, las ideas y las maneras en que pensamos ese mundo, la tecnolog¨ªa se empobrece y se convierte en algo que solo pretende controlar, aunque sea de forma aparentemente sofisticada. Enriquecer la experiencia con las humanidades es clave para la creaci¨®n de una tecnolog¨ªa m¨¢s interesante y m¨¢s emancipadora.
- P. La tecnolog¨ªa tambi¨¦n trae de la mano una sensaci¨®n de urgencia e impaciencia y de que todo va m¨¢s r¨¢pido. ?C¨®mo afecta esto a nuestra capacidad de pararnos a reflexionar y no tomar decisiones impulsivas?
- R. Estamos en tiempos de reacci¨®n. No sabemos hacia d¨®nde vamos pero hay que estar dando respuestas y soluciones inmediatas todo el tiempo. La tecnolog¨ªa ofrece una experiencia de la inmediatez que acent¨²a esa sensaci¨®n, pero en una parte de nuestras interacciones a trav¨¦s de la tecnolog¨ªa realmente no estamos haciendo nada. Meros clics que van y vienen y que nos van haciendo cada vez m¨¢s reactivos.
- P. Suena raro que, teniendo ahora m¨¢s acceso a la informaci¨®n que nunca, no seamos capaces de reflexionar sobre ella y ser cr¨ªticos, ?a qu¨¦ se debe esta disonancia?
- R. Tener m¨¢s informaci¨®n no significa saber qu¨¦ pasa ni c¨®mo comportarnos respecto a ello. El acceso a la informaci¨®n ha ido acompa?ado de una producci¨®n deliberada de confusi¨®n. Es una nueva forma de ignorancia, un analfabetismo ilustrado que necesita ser abordado de otra manera. Por eso hay tanta gente hoy, especialmente la m¨¢s joven, que se acerca a la filosof¨ªa, al arte o a otros modos de elaborar una experiencia m¨¢s comprensiva y compartida de la realidad.
- P. Inconscientemente, dise?amos las redes a nuestra medida y vemos solo lo que nos gusta o aquello con lo que estamos de acuerdo. ?C¨®mo podemos ser cr¨ªticos con la realidad si en gran medida est¨¢ filtrada por los algoritmos de las redes?
- R. Eso es lo que pasa, precisamente. Construimos peque?as burbujas a nuestra medida, en la que solo entra y sale eso que ya hemos previsto que ocurra: los temas que nos interesan, nuestros contactos, el tipo de parejas que supuestamente sabemos que nos gustan... ?Qu¨¦ espacios tenemos hoy para el encuentro con lo desconocido, con lo imprevisto, con lo extra?o, con lo que nos puede inquietar, sorprender o transformar?
- P. ?Esto nos hace m¨¢s dogm¨¢ticos?
- R. Por supuesto. El dogmatismo es tener opiniones o creencias que damos por incuestionables. No hace falta abrazar una fe religiosa o una ideolog¨ªa pol¨ªtica para ser dogm¨¢ticos. De hecho, hoy es m¨¢s f¨¢cil ser dogm¨¢tico de la opini¨®n fast food. Compramos opiniones incuestionables todo el tiempo.
- P. ?Y m¨¢s f¨¢ciles de convencer?
- R. Ni siquiera hace falta que nos convenzan mucho. Afirmar opiniones que ni siquiera nos convencen es una manera de darnos seguridad en un mundo en qu¨¦ no sabemos muy bien qu¨¦ pensar. Por eso triunfa la arbitrariedad y el cambio tan r¨¢pido de posiciones en cuestiones como el sentido del voto, la moral o la est¨¦tica.
- P. La verdad, que siempre ha sido el objetivo a alcanzar por la filosof¨ªa, ahora est¨¢ m¨¢s en tela de juicio que nunca con el auge de las fake news. ?Por qu¨¦ es tan f¨¢cil cre¨¦rselas?
- R. Porque nos resultan c¨®modas. Esa es la gran efectividad de las fake news. La mentira, el enga?o o la propaganda han existido siempre, en todas las civilizaciones y culturas. Las fake news son otra cosa: las consumimos sin que nos importe saber si son o no verdad. Lo que ofrecen como producto medi¨¢tico es otra cosa: una sensaci¨®n temporal de seguridad en la incertidumbre.
- P. ?Le hemos regalado nuestra vida y nuestras decisiones a la tecnolog¨ªa porque somos perezosos?
- R. La pereza es humana, porque supone ahorrar energ¨ªa. El problema es instalarse en ella. Instalarse en el "no s¨¦", en el "no puedo" y delegar la responsabilidad, las decisiones, incluso la vida. Ser vidas delegadas es una nueva forma de servidumbre voluntaria.
- P. Criticas la confianza ciega en la tecnolog¨ªa, ?por qu¨¦? ?C¨®mo nos puede perjudicar?
- R. Critico la confianza ciega en cualquier cosa. La confianza no puede ser ciega. Es una relaci¨®n con lo que no sabemos. Confiar no es desentenderse de las consecuencias de lo que hacemos o de lo que pasa, sino todo lo contrario. Actualmente, ante los miedos que se han apoderado del futuro, renace esa vieja idea de que algo nos salvar¨¢, en este caso la tecnolog¨ªa. Es una idea religiosa. Y permite el reforzamiento de nuevos poderes muy autoritarios.
- P. ?Qu¨¦ puede aportar la filosof¨ªa a carreras t¨¦cnicas como las ingenier¨ªas e incluso a la programaci¨®n de algoritmos?
- R. La actitud filos¨®fica es fundamental para cualquier dedicaci¨®n en la vida. Desplaza los l¨ªmites, no de forma invasiva, sino para ense?arnos lo que nos estamos dejando fuera. Supone inquietud e inconformismo.
- P. Ya hemos repasado algunos de los aspectos en que la tecnolog¨ªa pone trabas a las humanidades, ?hay alg¨²n ¨¢mbito en el que nos ayude (m¨¢s all¨¢ de las cuestiones pr¨¢cticas)?
- R. Por supuesto. El problema no es tecnolog¨ªa s¨ª o no, sino qui¨¦n la crea, desde qu¨¦ intereses y con qu¨¦ visi¨®n de la sociedad y del mundo. Eso es lo que debemos preguntar siempre, como consumidores, como ciudadanos y, de forma siempre cr¨ªtica, desde las humanidades y la filosof¨ªa.
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