¡°Compa?¨ªas de todo el mundo siguen usando t¨¢cticas como las que emple¨¢bamos en Cambridge Analytica¡±

Brittany Kaiser conoce las entretelas de lo que ella misma llama "cleptocracias digitales". Puso una de las primeras piedras de este imperio que, asegura, convierte nuestros datos en un b¨²meran que una vez liberado, regresan en forma de mensajes dirigidos espec¨ªficamente a nosotros y con fuerza suficiente como para influir nuestra participaci¨®n en unas elecciones. Ayud¨® a construir Cambridge Analytica y luego ayud¨® a destruirlo. ?Una raya menos en un tigre?

"Hay compa?¨ªas en todo el mundo que est¨¢n utilizando t¨¢cticas similares a la de Cambridge Analytica", asegura la informante en una abarrotada rueda de prensa durante el Web Summit, que se celebra estos d¨ªas en Lisboa. La exdirectora de estrategia de la empresa acusada de recopilar los datos de m¨¢s de 50 millones de norteamericanos duda, por ejemplo, que las elecciones que vivir¨¢ Reino Unido en diciembre "puedan conducirse democr¨¢ticamente". Han pasado casi dos a?os desde que la empresa de Alexander Nix saltara a los titulares por sus pr¨¢cticas para manipular a quienes identificaba como votantes persuasibles y, en opini¨®n de Kayser, poco ha cambiado: "Estamos tan desprotegidos en 2019 como est¨¢bamos en 2016. ?Por qu¨¦ lo digo? Porque en 2016, yo estaba all¨ª. Desgraciadamente lo que vi fueron casos de uso muy avanzados en los que los datos de la gente se convirtieron en un arma", sentencia.

La ahora activista, defiende la urgencia de contrarrestar estas pr¨¢cticas con educaci¨®n, legislaci¨®n y herramientas tecnol¨®gicas dise?adas para monitorizar nuestros datos y saber c¨®mo y para qu¨¦ se usan. "No podemos esperar a las elecciones", insiste. "Es imposible que recuperemos los datos que ya est¨¢n fuera, pero podemos proteger los que generaremos en el futuro".

• Vientos de cambio

Pese a todo, Kaiser se muestra moderadamente optimista, ante el creciente mercado de startups que est¨¢ floreciendo en torno a estas necesidades. "Ser¨¢ duro llegar al punto de adopci¨®n masiva, pero creo en esta ola de impulso. Veo en todo el mundo que a la gente de verdad le importa". La norteamericana vaticina un mercado enorme para estas herramientas, que ve imprescindibles para las hostilidades del entorno digital. "Empresas como Facebook han demostrado que no van a tomar decisiones para protegernos a menos que se vean obligadas".

Sin embargo, la tarea no es exclusiva de estas nuevas startups. "Grandes empresas del mundo pueden decidir tomar la decisi¨®n ¨¦tica y tener una relaci¨®n m¨¢s transparente con sus consumidores", afirma la impulsora del movimiento #OwnYourData. Su receta para un espacio comercial "mucho m¨¢s ¨¦tico" es ir de frente: "Si alguna de mis marcas favoritas me preguntase lo que he desayunado y me dijese que despu¨¦s voy a tener un descuento del 25%, seguramente contestar¨ªa. No tengo problemas con compartir datos, solo quiero que las empresas sean honestas conmigo sobre lo que est¨¢n recolectando, qu¨¦ est¨¢n haciendo con eso y por qu¨¦".

• Expiaci¨®n

Kaiser hace un balance agridulce de sus experiencias recientes: "Ha sido el a?o y medio m¨¢s duro de mi vida. Mucha gente no se da cuenta de lo que supone decidir convertirse en informante. Si lo eres, significa que has estado implicada en algo sobre lo que informar", explica. Describe el proceso como una reacci¨®n emocional y de culpabilidad que la ha llevado a confrontar lo ocurrido y ayudar a los reguladores e individuos de todo el mundo a descubrir estas lagunas y encontrar soluciones para protegernos en el futuro.

En este contexto, califica como "heroica" la reciente decisi¨®n de Twitter de prohibir la publicidad de car¨¢cter pol¨ªtico en la plataforma, ante el hecho de que no tenemos soluciones para monitorizar la desinformaci¨®n online. "No creo que esto sea una soluci¨®n permanente. De hecho, soy una gran activista pol¨ªtica, siempre lo he sido. Soy un animal pol¨ªtico y pienso que necesitamos publicidad pol¨ªtica para conseguir que la gente vote", matiza. "Es triste ver que hemos llegado hasta el punto de necesitar prohibir la publicidad pol¨ªtica para evitar que la gente sea manipulada. Pero lo necesitamos". ?Seguir¨¢ Zuckerberg los pasos de Twitter? "No s¨¦, si le veremos prohibir el discurso pol¨ªtico sin que se le obligue a ello. Espero que antes de que llegue ese momento hayamos encontrado soluciones tecnol¨®gicas que permitan la publicidad pol¨ªtica buena y positiva".

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