?Qu¨¦ hace que un gobierno sea propenso a intervenir Internet?

Un gobierno con un bajo ¨ªndice de democracia tiene m¨¢s probabilidades de intervenir Internet. Un presidente con muchos a?os en el poder tiene m¨¢s tendencia a ceder a la tentaci¨®n de bloquear la red. En un pa¨ªs con escasa penetraci¨®n de Internet es m¨¢s posible que se produzcan interrupciones. Un pa¨ªs en periodo electoral es m¨¢s proclive a los apagones digitales. Los estados con operadores de Internet y telefon¨ªa poco transparentes tiene m¨¢s riesgo de sufrir interferencias en la red.

Son algunas de las tendencias de la relaci¨®n entre democracia y cortes de Internet en el continente africano que ha detectado CIPESA (Collaboration on International ICT Policy in East and Southern Africa) una prestigiosa organizaci¨®n de defensa de los derechos digitales,?una organizaci¨®n de defensa de los derechos digitales. Una de las conclusiones m¨¢s claras del an¨¢lisis es que ¡°cuantas menos credenciales democr¨¢ticas posee un gobierno, mayor es la probabilidad de que ordene interrupciones de Internet¡±, asegura Juliet N. Nanfuka, una de las investigadoras ugandesas.?

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Solo en las primeras semanas de este a?o, al menos, cinco pa¨ªses africanos bloquearon el acceso a Internet a sus ciudadanos. Todos ellos estaban viviendo crisis sociales. Ante una cierta ambig¨¹edad, CIPESA quiso estudiar de una vez por todas la relaci¨®n entre los cortes en la red y algunos indicadores de calidad democr¨¢tica, buscando factores de riesgo y una posible predicci¨®n de apagones digitales futuros.

¡°En los ¨²ltimos a?os¡±, advierte Nanfuka, ¡°hemos sido testigos del aumento continuo de las interrupciones de la red en varios estados africanos. En las primeras tres semanas de 2019, se registraron interrupciones en cinco pa¨ªses (Chad, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Gab¨®n, Sud¨¢n y Zimbabu e) debido a elecciones, protestas contra las pol¨ªticas del gobierno y lo que parec¨ªa un intento de golpe de estado. En 2019 y en 2020, hab¨ªa muchos pa¨ªses que ten¨ªan citas con las urnas, as¨ª que nos parec¨ªa necesario producir un informe que siguiera las tendencias que han influido en las interrupciones de la red en el pasado, incluso durante los per¨ªodos electorales, para intentar establecer cu¨¢les son los factores de riesgo y avanzar posibles interrupciones de Internet o intromisiones en la libertad de la red en ?frica¡±.

Para ello, los investigadores han manejado cinco variables: el ?ndice de Democracia que publica el Economist Intelligence Unit (EIU); los a?os que un presidente lleva en el poder; el impacto econ¨®mico de un bloqueo de la red; los posibles escenarios cr¨ªticos, en base a las citas electorales pr¨®ximas; y la transparencia (u opacidad) de las empresas que prestan los servicios de Internet y telefon¨ªa en cada pa¨ªs. ¡°Pretend¨ªamos que la investigaci¨®n proporcionase las evidencias necesarias para que los actores ya sea la sociedad civil, los medios de comunicaci¨®n, los legisladores, los acad¨¦micos o los usuarios de Internet, tomen decisiones informadas que consideren oportuno¡±. Ofrecer una plataforma para directamente afectados, as¨ª como aquellos involucrados en la defensa de los derechos digitales.

Algunos los resultados que muestra el informe son inapelables como, por ejemplo, el hecho de que de los 22 pa¨ªses africanos en los que se registraron interrupciones de Internet en los ¨²ltimos cinco a?os, el 77% son autoritarios, seg¨²n el ?ndice de Democracia de la EIU, mientras que el 23% est¨¢n en la clasificaci¨®n de reg¨ªmenes h¨ªbridos, que significa que son pa¨ªses en los que se aprecian algunos elementos de democracia y fuertes dosis de autoritarismo. Sin embargo, ning¨²n pa¨ªs africano de los clasificados como democracias imperfectas o como una democracia plena, ha ordenado interrupci¨®n de Internet en el mismo periodo.

Otra de las observaciones especialmente ilustrativas es la relaci¨®n entre el apego por el poder y la tendencia al control de Internet. El informe establece un simb¨®lico muro de la verg¨¹enza con los catorce presidentes africanos que en enero de 2019 llevaban m¨¢s de 13 a?os en el poder. Once de ellos han ordenado en los ¨²ltimos a?os bloqueos de Internet durante procesos electorales o en momento de protestas sociales en las calles. De hecho, los seis presidentes m¨¢s veteranos del continente, con mandatos que van de los 29 a?os del chadiano Idriss Deby, hasta los 39, del ecuatoguineano Teodoro Obiang Nguema, hab¨ªan recurrido a estas medidas de restricci¨®n de la red. En este top 6, se encontraba tambi¨¦n el presidente sudan¨¦s Omar al Bashir, que bloque¨® Internet, durante las manifestaciones que acabaron cost¨¢ndole el poder. Quiz¨¢ ese caso ejemplifique los motivos por los que los gobernantes intentan silenciar la protesta digital.

Las interrupciones de Internet, aunque sean de corta duraci¨®n, afectan a muchas facetas de las econom¨ªas nacionales".?

Para Nanfuka estas dos variables suponen ¡°un indicativo de las medidas que un estado tomar¨ªa en momentos de protesta o de elecciones y de la probabilidad de experimentar un bloqueo de Internet¡±. Y a pesar de ello se?ala una salvedad: ¡°Hay pa¨ªses que est¨¢n clasificados como autoritarios por el ?ndice de Democracia pero que nunca han ordenado un apag¨®n. Es probable que en esos pa¨ªses, el estado autoritario sea tan brutal o dominante que la organizaci¨®n y las protestas de la sociedad civil o de la oposici¨®n, tanto en l¨ªnea y como en las calles, sean imposibles. En otros pa¨ªses, como Yibuti, Eritrea o Ruanda, las medidas de control de Internet de alto nivel que se han puesto en marcha hacen innecesario ordenar interrupciones¡±.

Otros lastres

M¨¢s all¨¢ de estas variables, el informe pone de manifiesto el lastre que suponen los bloqueos de Internet para las econom¨ªas de los pa¨ªses afectados. ¡°Las interrupciones de Internet, aunque sean de corta duraci¨®n, afectan a muchas facetas de las econom¨ªas nacionales y su efecto tiende a persistir mucho m¨¢s all¨¢ del per¨ªodo de la interrupci¨®n, porque socavan la confianza de los inversores, aumentan el riesgo reputacional y son perjudiciales para las inversiones extranjeras directas¡±, se?ala el informe. Solo a modo de estimaci¨®n, el estudio considera un bloqueo de cinco d¨ªas en Etiop¨ªa, Chad, la RD Congo, Camer¨²n y Mali costar¨ªa 65,6 millones de d¨®lares a sus econom¨ªas. La menci¨®n a estos pa¨ªses se debe a que consideran que hay un riesgo potencial, por haber ordenado bloqueos previamente y por tener previstas citas con las urnas.

La investigaci¨®n vincula, adem¨¢s la querencia por los apagones digitales con la tasa de penetraci¨®n de Internet, en unos t¨¦rminos que pueden sorprender. ¡°Los pa¨ªses en los que se ha bloqueado el acceso a Internet tienen algunas de las tasas m¨¢s bajas de penetraci¨®n de Internet y los precios de datos m¨¢s altos¡±, apunta el estudio de CIPESA. Al menos 14 de los pa¨ªses en los que se han detectado interrupciones en los ¨²ltimos cinco a?os est¨¢n por debajo de la media de penetraci¨®n de Internet del continente, que en el momento de la investigaci¨®n se situaba en el 24,4%, es decir, poco menos de uno de cada cuatro ciudadanos africanos ten¨ªan acceso a la red.

¡°El sentido com¨²n podr¨ªa sugerir que los pa¨ªses con poca penetraci¨®n de Internet ser¨ªan los ¨²ltimos en interrumpir el acceso, porque podr¨ªan considerar que la poblaci¨®n en l¨ªnea es demasiado peque?a para amenazar el orden p¨²blico, la seguridad nacional o el poder del r¨¦gimen. Sin embargo, parece que los gobiernos africanos con deficiencias de democracia, reconocen y temen el poder de Internet para fortalecer la organizaci¨®n de los ciudadanos y empoderar a la gente com¨²n¡±, se?ala el informe de CIPESA.

En ese sentido, la investigadora ugandesa de CIPESA recuerda c¨®mo las experiencia previas han evidenciado la diferencia entre los argumentos oficiales y la realidad. ¡°A menudo, el Estado pone excusas vagas para justificar una interrupci¨®n de Internet, incluidas la protecci¨®n de la 'seguridad nacional' y el mantenimiento del 'orden p¨²blico'.

Sin embargo, a juzgar por los casos africanos registrados en los ¨²ltimos a?os, los bloqueos de la red no han sido una respuesta necesaria ni proporcionada a las situaciones para las que han sido empleados. Lejos de fomentar la estabilidad, como los gobiernos esperan cuando ordenan apagones durante las protestas, elecciones o per¨ªodos de examen, de hecho, socavan numerosos derechos, incluido el del acceso a la informaci¨®n, la participaci¨®n ciudadana en l¨ªnea, la libertad de expresi¨®n o la actividad econ¨®mica¡±, se?ala Nanfuka.

Amenaza

La investigadora, adem¨¢s, recuerda que la libertad en Internet est¨¢ amenazada desde diferentes ¨¢mbitos. ¡°Se extiende m¨¢s all¨¢ de las interrupciones de la red¡±, advierte Nankufa, ¡°que es solo una de las formas en que se obstaculizan los derechos digitales. Por ejemplo, actualmente, la regi¨®n de ?frica Oriental est¨¢ experimentando un aumento en las restricciones del espacio c¨ªvico, que se han manifestado principalmente a trav¨¦s de la aprobaci¨®n de leyes regresivas¡±.

De esta manera, adem¨¢s de los apagones digitales, algunos gobiernos se han dotado de una legislaci¨®n que sustentada en la lucha contra los delitos inform¨¢ticos, apuntala la censura y el control y que se complementa con medidas concretas, como las tasas al uso de Internet, o las concesiones a las operadoras de telefon¨ªa condicionadas al establecimiento de sistemas de vigilancia y a la transferencia de datos a esos mismos gobiernos.

El informe de CIPESA se enmarca en una estrategia de la sociedad civil para preservar los derechos en Internet y para luchar contra la deriva vigilancia y censura. Juliet N. Nankufa recuerda que cada acci¨®n de esta estrategia tiene su papel: ¡°A medida que las interrupciones de la red ha evolucionado, se ha hecho m¨¢s necesario documentarlas con el objetivo de recomendar el desarrollo de pol¨ªticas opuestas, la recopilaci¨®n de datos y la recogida de pruebas para caminos como el litigio estrat¨¦gico.

La combinaci¨®n de estrategias muestra los perjuicios de las interrupciones desde el punto de vista econ¨®mico, de la libertad de prensa, de los derechos humanos y de los derechos digitales. Se dirigen a la comunidad internacional, a las compa?¨ªas de telecomunicaciones, a los gobiernos y a otros actores involucrados. Y los datos recogidos pueden servir a los medios de comunicaci¨®n, a la sociedad civil, a los acad¨¦micos e, incluso, a los encargados de dise?ar las pol¨ªticas p¨²blicas¡±.